Enzo Nicolá De la Vera Dalmau

Nombre: Enzo Nicolá De la Vera Dalmau

Edad: 25 años

Raza: Mestizo de ángel

Fuerza: ★★★★

Social: ★★★★

Agilidad: ★★★

Resistencia/Salud: ★★

Inteligencia: ★★

Enzo es la clase de persona que trata de mostrarse confiado y alegre delante de todos, puesto que siente que es un papel a interpretar todo el tiempo. No le resulta difícil, pues es sumamente vanidoso y egocéntrico, y aunque sabe que a dominado el arte del llanto y el dramatismo, sabe que una sonrisa es mas coqueta.

Si bien puede ser alguien superficial, es una persona idealista que le es leal a sus amigos y seres queridos. Se guia por un camino de rectitud basado en lo que se esperaría de un príncipe de cuentos, pues se considera uno.

Enzo creció en cuna oro, siendo el único hijo de una familia que rogó durante años tener uno. De linaje torero, fue educado en la tauromaquia desde una corta edad.  A los dieciséis años fue su primer corrida y se destacó por sobre el resto; desde ahí su familia lo consintió aun más. Con cada corrida, su fama creció y su publico comenzó a llamarlo “El Pequeño Príncipe”, eventualmente para solo ser llamado “El Príncipe”. Adoró cada halago, alimentando su ego, su soberbia y vanidad, haciendo que cada vez se esforzara por dar un gran espectáculo.

A los 21 años planeó su mejor espectáculo, su primer presentación en la más importante de todas las Plazas, Las Ventas; las gradas se llenaron y todos aclamaban al Principe mientras hacía reverencias a sus fanáticos, ataviado en su traje de luces dorado como si fuese su armadura. Vitoreos y ovaciones, un espectáculo como ningún otro. Todo era perfecto… hasta que no lo fue. El segundo toro de la corrida, y el último con el que debía enfrentarse en la enorme plaza, se soltó antes de tiempo cuando él estaba desprevenido. El animal se lanzó contra él y sin su equipo preparado, no supo cómo defenderse; aun así, no hubo estoque, banderilla o puntilla que pudieran salvarlo. Los cuernos se encajaron en su abdomen y fue levantado en el aire. Ni siquiera gritó, no pudo, comenzó a ahogarse con su propia sangre.

Lo próximo que recuerda es despertar en una cama de hospital, seis meses después de la corrida; sus padres al pie de la cama, llorando de felicidad al ver que su hijo y su linaje de mantenía. Después de una lenta recuperación y para descontento de su padre, decidió darse un tiempo alejado de las corridas. Fue gracias a la ayuda de un amigo y a una fama por su belleza, que logró meterse al mundo del espectáculo, iniciando por roles secundarios y de extras, hasta obtener papeles protagónicos. Gracias a esta nueva faceta, los ultimos años se ha logrado refugiarse de un “arte” que cada vez ve mas como lo que es: violencia innecesaria. Lamentablemente, esta negación de volver al tauromaquia le ha generado conflicto con su padre, rompiendo relaciones con su progenitor.