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Post by Ciro Santamaría on Feb 17, 2022 15:31:34 GMT
Después de la catástrofe, tanto Ciro como Charlie habían puesto su situación en perspectiva, aceptando que sus dilemas de romance y sexo casual no eran problemas comparados con lo que había sucedido a los demás. Luego de hablarlo con calma, y dejándose invadir por la montaña rusa de emociones fuertes, repitieron su aventura carnal, pero esta vez sin la culpa dramática de antes. Estaban más concentrados en continuar ayudando, sirviendo de voluntarios los días siguientes al accidente, repartiendo comida y agua entre los brigadistas, personal médico y heridos, aprovechando que el español había pedido un descanso en el trabajo para ello.
Y al igual que ellos, Paris quería levantarse cuanto antes. En un parpadeo el lugar ya estaba cercado para su reconstrucción, los heridos mejoraron, sus amigos en el hospital despertaron y algunos hasta fueron dados de alta. Sin embargo, los ciudadanos inconformes también alzaron la voz… Las críticas a la autoridad se desataron con violencia, con múltiples marchas por toda la ciudad. Esa tarde en particular, un grupo de manifestantes se plantó por donde Ciro y Charlie iban pasando, con sus pancartas sobre la negligencia del gobierno y la falta de sensibilidad ante el atentado. Obviamente los muchachos intentaron pasar de largo, pues vaya que no querían verse involucrados en algo así, pero lastimosamente resultó en algo aún más fortuito.
En tanto el español pasaba junto al grupo, un escalofrío le recorrió la espalda, robándole el aliento al notar algo peligrosamente familiar por el rabillo del ojo. Su mente se nubló ante lo imposible, sin siquiera preguntarse cómo podía ser real, sin procesar si debía hacerlo o no y volteando de inmediato… El tiempo se detuvo en segundos que parecían años, reviviendo todas las veces en su vida en que se preguntó si eso podía suceder algún día, simplemente mirando aquel rostro entre la multitud, con la boca entreabierta y los ojos como platos por el impacto, aguantando la respiración inconscientemente. El rostro que había visto cientos de veces en fotografías, con la cabellera cobriza enmarcando como ceda, y los ojos grises brillando cual espejos.
- ¿Madre…? - articuló con la garganta seca, haciendo que la mujer volteara y lo imitara en la expresión de pánico total. El contacto visual se sentía como cuchillas, atravesando el alma del español que se había quedado petrificado. Todo lo que alguna vez escuchó decir a su padre, todo lo que alguna vez él mismo pensó, calando hasta los huesos. En especial porque la mujer reaccionó tomando una bocanada profunda de aire y dando la vuelta, huyendo entre los manifestantes hasta perderse de vista... Solo entonces Ciro parpadeó, dejando escurrir las lágrimas acumuladas y las que vinieron después, sintiendo el vacío en el pecho crecer. Todo el aprendizaje sobre prioridad de problemáticas se había ido por la borda en un segundo.
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Post by Charlie Arlette on Feb 21, 2022 2:36:11 GMT
Si algo conocía Charlie eran las protestas, y con todo lo que estaba pasando, naturalmente quería ser parte de esto. Además de que agradecía poder pasar tiempo con el español. Una de las cosas que más había temido cuando se empezaron a acostar era el cambio de dinámica, le aterraba que la viera solo como algo sexual, pero se había hecho obvio que eso no pasaría, y sinceramente eso le alegraba muchísimo.
Estaba algo distraída, parada junto a él pero observando los carteles de la gente que pasaba a su alrededor. Algunos eran muy creativos, y se notaba el descontento comunal por la negligencia gubernamental, pero cuando se giró para decirle algo pudo verlo con la mirada perdida y las mejillas mojadas, lágrimas aún corriendo por estas con la expresión de alguien que había visto un fantasma.
-"Ciro? Ciro! Hey, hey estás bien?"-rápidamente se puso frente a él, tomando su rostro en sus manos para que sus miradas se encontraran.-"Te sientes mal? Quieres que nos apartemos un momento?"
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Post by Ciro Santamaría on Feb 21, 2022 3:41:29 GMT
El rostro de Charlie plantándose frente a él fue lo único que rompió el shock, mirando a la rubia tan espantada que hacía preguntar a Ciro qué tan mal debía verse. Tragó saliva pesadamente, tomándose un par de segundos con la boca abierta a espera de que su cerebro pudiera procesar el habla.
- ¿No la viste? - musitó, lo cual no lo hacía ver menos alterado, pues evidentemente la irlandesa no había visto, por algo había preguntado si se sentía mal en lugar de por qué había llamado "madre" a una extraña en la calle. - ¿Podemos...? Vamos a casa, ¿si? - convino, tomando a la chica de la mano para caminar a paso rápido por la calle. Le apretaba la mano, no con fuerza pero sí con necesidad, con ligeros temblores que solo remarcaban lo aterrado que estaba.
El español no pronunció una sola palabra en lo que llegaban al departamento, como si temiera explotar al comenzar a armar oraciones. Lo cual, no estaba tan lejos de la realidad, sintiendo el vómito verbal cada vez más fuerte en lo que subían las escaleras del edificio. Solo hasta que cerró la puerta detrás de Charlie, fue que soltó un suspiro pesado, llevándose ambas manos a la cara y al cabello, en un torpe intento de mantenerse en una pieza.
- Estaba ahí - masculló en una queja con la quijada apretado. - Solo... ¡Ahí! Como cualquier persona - se dejó caer en el sofá, desparramándose pero de inmediato contrayendo la espalda para encorvarse y volver a buscar consuelo en sus manos temblorosas. - ¿Por qué?... Esto no debería pasar... No debería verla. Se supone que jamás la vería - las horas de terapia reconociendo el daño de su madre ausente no parecían surtir efecto en ese momento. - Solo es una señora más, ¿cierto?... No mi madre.
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Post by Charlie Arlette on Feb 25, 2022 17:56:39 GMT
Decir que la rubia estaba confundida era un subestimado. Corría tras él sosteniendo su mano sin cuestionarlo, pero su ceño se mantenía fruncido intentando entender lo que acababa de suceder sin nada de éxito.
Cuando por fin llegaron y la soltó para comenzar su extraña "explicación" solo tenía más preguntas que respuestas, correteándolo para seguirlo hasta el sofá y arrodillarse frente a él para buscar su mirada gacha, poniendo una mano en su rodilla a modo de apoyo.
-"...Viste a tu... madre?"-preguntó cuando le pareció que había terminado, ladeando la cabeza y aún frunciendo el ceño, se podían ver los engranajes moviéndose en su cerebro.-"Por eso querías que nos fuéramos?"
Su voz era dulce y comprensiva, comenzando a acariciar la rodilla del español para consolarlo. Había escuchado de la mujer, o más bien, de su ausencia, sabía que se había ido en cuando se recuperó del parto, dañando eternamente al padre de Ciro y causándole a él algo que Valery llamaba "la madre de todos los Mommy issues".
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Post by Ciro Santamaría on Feb 25, 2022 19:41:40 GMT
Lo único que Ciro pudo hacer ante las preguntas fue asentir, pues en realidad no había nada más qué decir sobre el incidente, habían sido a lo mucho diez segundos.
- Necesito un abrazo - soltó luego de por fin concentrarse en su respiración y las caricias de Charlie. Claro que la irlandesa subió con él al sofá y obedeció la petición, pero a lo que Ciro se refería era a necesitar un abrazo muy, muy largo. Literalmente solo se separaba cuando uno de los dos tenía que ir al baño o para cenar, y tan pronto podía volvía a rodear a la rubia como koala, escondiendo la cara en su pecho mientras ella cariñosamente le pasaba la mano por el cabello y la espalda. Ocasionalmente farfullaba algunas cosas, sin esperar una respuesta alentadora a cambio, hasta que finalmente se quedó dormido ahí mismo.
Rara vez hacía eso, pero esta era una ocasión especial, poco importaba pasar la noche con ropa de calle y en el sillón. Ni siquiera se dio cuenta cuando el regazo de Charlie fue intercambiado por una almohada, ni cuando la chica le puso una colcha encima, durmiendo tan profundamente que parecía tener paz interior abundante en lugar de un terremoto. Despertó con el Sol colándose por la ventana, sintiendo que la cabeza le daba vueltas como si tuviera resaca. Una resaca de ansiedad, si es que eso existía. El desayuno fue un poco menos lastimero que la cena, pues ya no buscaba abrazar a la rubia de inmediato, externando que estaba mejor luego de descansar... Pero, oh destino cruel, solo estaba por ponerse peor.
Un simple mensaje de texto lo hizo palidecer, con los ojos completamente abiertos y aguantando la respiración como si estuviera nuevamente en la manifestación. Era ella. La mujer había conseguido el número en el chat de Paris, y ahora, luego del descaro de salir huyendo, pedía que se conocieran. Ciro tan solo dejó el teléfono en la mesa para que Charlie lo viera, mientras él retomaba el balbuceo rápido de sus pensamientos siendo vomitados sin filtro.
- Debo bloquearla, obviamente. No puedo verla, digo no de nuevo, no hablando. ¿Qué le diría? ¿Qué me diría? No creo que se arrepienta, no me buscó, solo aparecí. Aunque soy partidario de las segundas oportunidades. Aunque no la quiero en mi vida. Pero ¿por qué siento que si debo ir? No como algo bueno, pero como cortesía. Solo dar la oportunidad, no ser como ella fue. Yo... ¿Puedo? - tomó aire pesadamente por fin, mirando a Charlie con súplica. Pedirle un abrazo de toda la noche era una cosa, pero pedirle ayuda con ver a su madre lo hacía sentir que abusaba de la posición vulnerable y su cariño por él.
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Post by Charlie Arlette on Feb 26, 2022 6:31:51 GMT
Después de esa bizarra y deprimente noche, la rubia había despertado algo cansada. Quería decirle que quizá era una mujer similar, que las probabilidades de que en verdad fuera ella eran mínimas, y que no debía preocuparse mucho por ello... pero le pareció demasiado insensible. Se veía tan frágil, tan necesitado, no recordaba la última vez que lo había visto así. A veces las personas no buscaban soluciones, solo buscaban consuelo, y lo que sea que Ciro necesitara se lo iba a dar.
Sirvió el desayuno cuando se levantó, batallando un poco para comer sin la ayuda de la hierba que la esperaba en su departamento, pero demasiado avergonzada como para hacerlo mientras se quedaba con él. Apenas iba en el tercer bocado cuando levantó la vista para ver el celular, frunciendo el ceño y apoyando la cabeza en su mano derrotada. Definitivamente no había duda que era su madre.
Extendió la mano por la mesa para tomar la suya y darle un pequeño apretón, sonriéndole en un intento de transmitirle seguridad.
-"Hey... respira, si?"-respondió con voz suave, contrastando con su vómito verbal.-"Quizá si debas verla... para darte un cierre, sabes? No por ella, pero por ti... y si la llevas a mi cafetería? Yo los puedo ver desde lejos, para que no estés solo!"
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Post by Ciro Santamaría on Feb 26, 2022 17:20:37 GMT
- ¿En serio?... Es decir si. Si, quiero eso. Gracias, Charles - un suspiro de alivio salió de él, llevando la mano de Charlie sobre la suya para dejarle un beso quedo en el dorso. Solo decir gracias no alcanzaba a contemplar lo que sentía, pues vaya que la irlandesa lo estaba procurando. Y aunque quería devolver la atención, en ese momento solo quedaba prepararse mentalmente.
Luego del desayuno ahora silencioso, ambos salieron rumbo a la cafetería donde trabajaba la rubia, donde al parecer a todos los demás empleados les confundió su presencia. Ciro no haría preguntas, asumiendo que se debía a él acompañando a la chica, prefirió tomar asiento de inmediato en la mesa para dos más cercana a la ventana. Los siguientes minutos fueron un constante mirar el reloj, releer los mensajes y mirar a Charlie en el mostrador, hasta que finalmente apareció la melena cobriza ondeando libre y llamando la atención de más de uno de los presentes. Ciro no podía negar el parecido, aunque ahora que la veía por más de diez segundos podía notar que el tiempo también había pasado en ella, y que esa mujer no era la misma joven irresponsable y cobarde de las fotografías... ¿O si?
Ella se acercó con una sonrisa amplia y extendiendo los brazos al español. Tal vez ella lo recapacitó, o tal vez no era su intención desde un principio, pero en lugar de abrazar "amorosamente" al muchacho, le tomó ambas manos para sentarse frente a él. Su discurso comenzó con el clásico - Mírate! Eres todo un hombre - seguido del bombardeo de preguntas sobre cómo estaba, cómo lo trataba la vida, cómo estaba su familia, a qué se dedicaba. Y a pesar de que era algo impersonal, a Ciro le vino bien para romper el hielo sin colapsar, pues era una charla bastante básica y ensayada, como cuando haces un nuevo amigo o vas a una entrevista... Luego fue su turno, sin cambiar la sensación ajena, escuchando de la vida comunal de su madre y los sitios donde había estado hasta llegar a Paris. Y solo hasta que ambas historias llegaron a la actualidad, fue que la mujer cambió la expresión alegre por una lastimosa.
- ¿Me permites ser parte de tu vida ahora? - soltó, haciendo que Ciro abriera los ojos por completo, volteando hacia Charlie por un segundo pero volviendo a la señora de inmediato, esperando que no hubiera notado eso. Quería llorar, y de hecho si lo hizo, dándose cuenta que la mujer no se había disculpado por el abandono, sino que esperaba empezar de cero, solo eso... ¿Él quería eso? No parecía ser la mejor manera de lidiar con su duelo. Pero aún así, asintió con la quijada apretada, sin volver a hablar mientras la mujer se ponía de pie y ahora le tomaba las mejillas mojadas. - Awww, mi niño - seguido de una despedida algo tumultuosa, diciendo que lo dejaba procesar las cosas y que luego lo llamaría para conocer mutuamente sus hogares y vidas. Así de simple, como el viento sopla, dejó al español y su café sin tomar.
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Post by Charlie Arlette on Mar 4, 2022 5:57:18 GMT
Al llegar al café sus compañeros estaban sumamente confundidos de verlos ahí, en específico a la rubia... pues era su día libre. Típico de la chica olvidarse de su horario, pero por lo general olvidaba ir a trabajar, no aparecía de más.
-"Solo necesito unas horas, no me tiene que pagar! Es para... eh... reponer las horas que me faltan?"-rogó a su jefe que la miraba con el ceño fruncido, pero que acabó por aceptar.
Estaba parada en la barra, más que nada observando al español y a su madre de manera NADA discreta, entregando algunas órdenes mal por no prestar atención a nada más que a ellos.
Cuando sus ojos se cruzaron en esa mirada paniqueada y seguida de lágrimas se enderezó corriendo con el gerente para entregar su mandil y gorrita, diciendo que su tiempo extra terminó (no lo había hecho) y tomando su corona de flores antes de salir corriendo a la mesa de Ciro, donde ahora estaba solo, y sentándose donde había estado la mujer.
-"Hey... estás bien? Como salió?"-preguntó en un susurro mientras le pasaba una servilleta, mirando entonces el café intacto y tomando un sorbo.
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Post by Ciro Santamaría on Mar 4, 2022 19:28:35 GMT
- Pudo ser peor - respondió con la frente arrugada, tomando la servilleta para limpiarse. Técnicamente había salido bien, pero no por eso podía decir que él lo estaba, así que la confusión e intento de neutralidad se mantuvieron. Bebió del café junto a Charlie, contando a grandes rasgos lo que fue su charla, y lo que sería la siguiente... Porque esa era la conclusión: había aceptado más.
Era un error y lo sabía, pero no hacerlo solo traería más ansiedad. Se le notaba tenso, cosa que no cambió en los días siguientes, jugueteando con los dedos y repitiendo sin parar que estaba bien, pero pareciendo que iba a un juicio en su contra cuando salió a solas con la mujer. Conoció la "casa" de Afrodita, un remolque en la comuna de romaníes a las afueras de la zona industrial, donde se mezclaban casas rodantes y de madera, se vendía algo diferente en cada patio, y hacían fogata en botes de basura para calentarse por la noche. Era algo extraño de ver, pero la mujer aclamaba ser feliz así, aun si Ciro no entendía cómo alguien había elegido esa vida por gusto y no por necesidad. Romantizaba su pobreza, comparándola con libertad, haciendo que el español sintiera aún más vergüenza de sí mismo al llevarla a su departamento, donde todo estaba limpio y el espacio sobraba.
Peor aún: volvió a pedirle a Charlie estar con él, necesitado de su compañía al invitar a su madre a cenar. Era su turno de "mostrar su vida", y aunque la mujer se mostraba amable y dispuesta, la incomodidad estaba a flor de piel. Tan pronto entraron al departamento, la atención de Afrodita se centró en Charlie, quien en ese momento se estaba quedando a dormir ahí por las manifestaciones violentas en su colonia.
- Oh, que adorable~ ¿Desde cuándo son pareja? - inquirió al asumir que vivían juntos, y que aquella era una cena para presentarle a su novia. El bochorno en Ciro fue tan evidente que solo pudo tragar saliva e ir a sacar la cena de la estufa.
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Post by Charlie Arlette on Mar 6, 2022 4:36:10 GMT
A pesar de que todos los amigos de Ciro habían hecho muy evidentes sus opiniones sobre su madre, Charlie quería darle una oportunidad a la mujer.... no por que creyera que lo merecía, por que a sus ojos no lo hacía, pero por Ciro. Quizá eso le daría paz, quizá ella si tenía las buenas intenciones que lo ayudarían a ser más feliz a la larga, y realmente eso era lo único que le interesaba.
Cuando la mujer llegó, Charlie la saludó con una gran sonrisa en el rostro, dispuesta a tener su mejor actitud durante la cena para mantener una buena energía, aunque la pregunta de la mujer la tomó desprevenida, ocasionándole un fuerte rubor y mirando a Ciro por apoyo antes de verlo desaparecer en la cocina, soltando una risita incómoda.
-"A-Ah, no! Solo somos buenos amigos... Ciro nos- bueno, me deja quedarme aquí por ahora... antes mi hermano también se quedaba pero ahora está ocupado cuidando de otro amigo... volveré a mi casa cuando bajen un poco las protestas!"-explicó mientras el rubor empezaba a bajar, sin perder la sonrisa o buen humor.
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Post by Ciro Santamaría on Mar 6, 2022 5:22:58 GMT
Pero Afrodita no quedó satisfecha con la respuesta. A partir de entonces el juicio hacia Charlie se intensificó, incluso cuando la rubia no estaba presente. Aun si esa cena terminó bien, con sonrisas forzadas y despedida cordial, a la primera oportunidad que la mujer tuvo de estar a solas con su hijo, habló con toda la intención de manipular la perspectiva, aprovechando el momento de evidente vulnerabilidad del español. - No me agrada Charlie - soltó sin más al día siguiente, mientras Ciro mantenía la mirada en la taza entre sus manos. - Se aprovecha de que la amas - aseguró, y aunque el español quisiera negarlo, era tan descaradamente obvio que no tenía manera de fingir demencia. - Digo, seguro hay cosas de ti que ama, como lo sexual, pero no tiene ninguna intención de corresponder tus sentimientos… Eres su juguete - palabras crudas que calaron en el alma, principalmente por tratarse de cosas que él mismo se había dicho. - Lo sé porque ella te trata igual que como yo trato a otros hombres… Les damos la atención necesaria para que sigan enganchados, que nos sigan dando lo que queremos, pero no la suficiente para que se crean capaces de dominarnos - hablaba con calma, pareciendo que podía leer los pensamientos de Ciro, respondiendo a su silencio con exactitud. - Y aún así, mi niño, te entiendo - sus cejas bajas en un semblante melancólico.
- Hay algo en nosotros, tal vez nuestra conexión con los dioses, que nos hace amar con una devoción casi inhumana… Nos entregamos por completo a la persona, y solo a esa persona - ahora era ella quien miraba la taza y su lejanía. - Lo viví. Aunque sea difícil de creer… Me obsesioné con lo que sentí. Lo amaba por encima de mí… Dejé la comuna por un año entero para vivir a su lado. Estaba más que dispuesta a renunciar a mi vida, a amoldarme con su entorno… Sacrifiqué todo lo que soy por él - y si Ciro aún dudaba de quién hablaba, fue entonces que Afrodita estiró la mano para tomar la suya sobre la mesa, dedicando una sonrisa rota de párpados temblorosos. - Solo hasta que te llevé en mi vientre fue que comprendí… Que estaba convirtiéndome en nada más que su pareja, sin voluntad, sin deseos propios… Y lo peor es que él no me lo pidió, yo lo hice por gusto… Tenía que elegir. Porque es él, o nadie… Lo sabes bien. Es Charlie o nadie - el hueco en el pecho del muchacho se revolvió en sí mismo, sintiendo las lágrimas escurrir por el impacto. - La amarás aunque jamás corresponda… No importan sus defectos, porque obviamente hay cosas de ella que no te gustan, pero te fuerzas a ignorarlas. Sencillamente porque no te ves con nadie más después de ella… Y es verdad... Así nos toca vivir, mi niño… Siendo marionetas del amor. O aprendes a vivir con el amor imposible, o aceptas dejar de ser tú mismo por lo que ella quiera - una conclusión radical pero que inevitablemente llegaba hasta lo más profundo de la mente de Ciro, quien por primera vez devolvió el agarre de mano de su madre con un gesto recíproco. Era así como conectaba con ella, tristemente, con un tema sobre analizado que jamás superaría. [ Fin del Thread ]
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