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Post by Themis Silvereel on Jun 10, 2022 0:04:35 GMT
Luces neon iluminaban las calles del distrito bañándolas en tonos rojizos alejando la oscuridad del lugar y dandole algo de vida. Algunos locales retumbaban al son de la música como si de un palpitar se tratara e instantes después se entremezclaba con el bullicio en el exterior. Selenitas de todas las clases anunciaban a gritos las ofertas de su establecimiento. Otros invitaban a los transeúntes a pasar mientras que al mismo tiempo repartían volantes con toda la información que necesitaban para considerar entrar.
Guiada por el estruendo del mismo distrito rojo de Mistery City así como por su hermano, Themis paseaba por el mar de gente que visitaba el lugar en busca de algo. Experiencia. Durante toda su vida había experimentado diferentes emociones en donde el odio como el amor habían sido de las ultimas cosas que había sentido. Y en un momento de revelación, con toda su inteligencia e inocencia, dedujo junto a su hermano que el mejor lugar para experimentar o conocer más sobre el amor era el distrito en el que ahora se encontraban.
— ¿En dónde deberíamos iniciar la investigación? — Preguntó Themis lo suficientemente alto para que su hermano la escuchase. Pues al ser su primera vez en allí no sabía cuál podría ser el mejor lugar para entrevistar a las personas sobre el amor. — Los edificios se escuchan algo animados por dentro. ¿Tal vez preguntar afuera sea mejor idea? —
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Post by Alphonse Silvereel on Jun 11, 2022 22:26:49 GMT
Hacia unos días su hermana le había hecho la petición de recorrer el Distrito Rojo por cuestiones investigativas. En un principio, Alphonse pensó que era una idea descabellada; incluso algo tonta, pero conforme más le platicaba la albina más se convencía de que debían ir. Al final, el selenita se decidió a acompañarla, con la condición de que no le dijeran ni a Nereo ni a Ada. Además, si la seguía de cerca podría protegerla de los peligros en las calles. No sonaba tan mal... ¿Verdad?
No tardaron mucho en llegar a su destino. Las calles se coloreaban por tonos rojizos y los ciudadanos atraían a la gente a sus comercios a través de gritos y carteles luminosos. Alphonse se aseguró de tomar firmemente la mano de Themis, pues a sus ojos la mayoría de los habitantes no parecian tener buenas intenciones. — No me sueltes ¿De acuerdo? — Estableció como regla adicional. Dicho esto, respondió la pregunta formulada — También creo que recorrer la calle será lo mejor. Podemos observar los locales por fuera y... Si llega a haber alguno que nos llame la atención, entraremos. Pero con cuidado. La gente de por aquí me da mala espina — No era extraño que los residentes del Rojo se dejaran llevar por instintos y placeres. Había casinos, bares y tiendas de índole sexual, así que sí, debían ser precavidos o se dejarían engatusar por los comerciantes.
Una vez establecido el plan de acción el par se dirigió a uno de los establecimientos. El local consistía de dos partes: la primera un bar de aura serena, siendo la segunda un club nocturno cuyas luces coloridas podían ser observadas desde fuera. — Disculpe... ¿Cree que podamos hacerle unas cuantas preguntas? — Preguntó a la guardia que yacía afuera, una teriántropo de zorro con cola y orejas visibles. La joven pronto se imaginó que estaban perdidos, a lo que una sonrisa ancha y maliciosa se formó en su rostro —¿Ah? ¿Pero que hacen este par de pequeñines en un lugar como este? Son tan brillantes, hasta me dan ganas de comermelos~ — Respondió con voz melosa mientras se acercaba para abrazarlos, uno en cada brazo. — Ustedes... Son demasiado llamativos. Tienen que ocultarse mejor o podrian ser devorados de un bocado — Sugirió susurrandoles al oído en un tono juguetón, aunque no había mentira alguna en sus palabras. —¡Está bien, estoy aburrida! Suelten las preguntas antes de que me arrepienta — Comentó soltandolos por fin, observando a ambos con detenimiento.
En ese momento, a pesar de que Alphonse conocía bien que podía adoptar la forma de una serpiente de 5 metros, simplemente no pudo evitar sentirse como una presa. — Empieza tú, Themis — Dijo avergonzado. Tenía el rostro enrojecido y se moría de la vergüenza, por lo que esperaba que su hermana se encontrara en mejor situación. Tal vez ir al Distrito Rojo sí había sido mala idea. Pronto lo averiguarían.
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Post by Themis Silvereel on Jun 17, 2022 0:07:39 GMT
Con reglas establecidas no había nada otra cosa que hacer más que seguirlas. Con algo más de fuerza se aferró a su hermano por el hombro siguiendo de cerca sus pasos. Así evitaría alejarse de el y perderse en aquel lugar que a penas y conocía. Sus agudos oídos permanecían al tanto de sus alrededores, escuchando con atención cada anuncio y local por el que pasaban. Atenta a cualquier indicio de peligro. Y por que no, a ese algo que pudiera llamar su atención aunque no sabía con exactitud lo que se encontraba buscando en aquel distrito.
Pronto su gemelo pararía en seco indicando haber encontrado un buen lugar en el cual realizar su investigación. A ella legaría la melosa voz de una joven selenita que respondía a la petición de Alphonse. Y lo que parecía un buen inicio pronto se convertiría en una situación de alto peligro para la sirena, quien a pesar de su inteligencia, no era capaz de captar el doble sentido de lo que la trabajadora del lugar estaba diciendo.
— ¡¿EH!? ¡¿C-COMO QUE COMERNOS?! — Asustada intento arrastrar a su similar lejos del origen de aquella voz dulce pero malévola. — ¿Sabe usted que el canibalismo es un delito? — Pregunto. Pues el dialogo siempre es la mejor forma de salir de un conflicto según las enseñanzas que había recibido. ¿Pero eso serviría en esta situación? ¿Que pasaría si eran atacados en ese momento? Sin tener las respuestas a aquellas preguntas que surgían en su cabeza se apresuró a actuar al intentar proteger a su hermano al ponerse frente a él. O bueno… a su lado. Entre el y la multitud que pasaba desconcertada a su costado. — Alphonse creo que lo mejor sería irnos.— Susurro lo más bajo que pudo a sus espaldas advirtiendo del peligro en el que se sentía.
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Post by Alphonse Silvereel on Jun 18, 2022 8:26:08 GMT
La teriantropo no pudo evitar echarse a reír. Mientras uno se moría de la vergüenza como para preguntar cualquier cosa, la otra pensaba que de verdad los devoraría ¡De verdad que eran ambos adorables!
—¡¿D-De qué se ríe?! — Preguntó el peligris con el rostro enrojecido y una mueca en la boca. — No hay manera de que nos vayamos ahora, Themis. Creo que este es el lugar perfecto para conseguir una respuesta. Además, ¡no podemos permitir que se burlen así de nosotros!— Le comunicó a su acompañante, aunque esto último procuró hacerlo en voz baja, en caso de que la guardia de verdad fuera alguien hostil. "Para nada es una cuestión de orgullo" se decía, mintiendose a sí mismo. Cuando menos en algo tenía razón, y era en que la selenita estaba lo suficientemente dispuesta a ayudarlos.
Así, la serpiente marina se aclaró la voz para hacer la primera pregunta. — Señorita, ¿usted qué piensa del amor? — Cuestionó con total seriedad una vez que había retomado la compostura. Sin embargo, contrario a la respuesta que esperaba, la de cabellos rojizos estalló en risas una vez más.
Alphonse se sintió lo suficientemente ofendido como para volver a tomar en cuenta las palabras de Themis — Ahora sí que nos vamos — Comunicó mediante un puchero, más justo cuando ambos se daban la vuelta, su pregunta fue resuelta.
— Hay muchos tipos de amor, niños. Puedes sentir amor por tus familiares, por tus amigos o por una pareja. Aunque creo que ustedes buscan saber sobre lo que es una pareja ¿o no?— Su sonrisa volvió a ensancharse, plantando un escalofrío en ambos individuos. — Dicen que el amor es cuando encuentras a tu media naranja, pero yo no creo eso. Ambas personas deben ser naranjas completas, y al juntarse, podrían hacer el jugo de naranja más delicioso de todos ¿entienden? — Preguntó retoricamente ya que estaba segura de que ninguno sabía de lo que hablaba — A lo que quiero llegar es... Para amar a otros, debes amarte a ti mismo primero. Una vez que tengas eso, serás capaz de aceptar los defectos y cualidades de la otra persona, de amarla tanto como te amas a ti mismo — Un leve brillo se asomó en sus ojos, como el de un docente conmovido por las reacciones de sus alumnos — Y si se lo preguntan, yo le amo mucho a mí misma — Finalizó limpiándose el polvo invisible sobre sus hombros.
Justo entonces, un estruendo se escuchó desde el interior del local. La guardia se asomó por una pequeña compuerta, mostrandose de pronto alarmada. —¡Rápido, escondanse! Seguramente mi jefe me escuchó reir a carcajadas... — Miró a ambos lados en un acto desesperado cuando una idea iluminó su mente — ¡Ya sé! Pueden entrar al burdel de enseguida. Diganles que Roxanne los envía y los acogerán con gusto. Andando — Apresuró al par dándoles algunos empujoncitos. — Podrán hacer las preguntas que quieran, no se preocupen por eso, mis muchachos. Nos vemos pronto—. Sé despidió entre risillas una vez que emprendieron camino.
El peligris se despidió en silencio ondeando su mano de un lado a otro, dirigiendose junto a su hermana al lugar señalizado. Su nueva "amiga" quedó detrás muy pronto, de manera que los colores rojizos pasaron a ser azules y morados. Telas suaves colgaban del techo y los laterales en el nufvo comercio, mientras un aroma afrodisíaco les invitó a entrar. El selenita, en cambio, se mostraba cada vez más rehacio a acceder al local. — No sé si haber venido aquí haya sido buena idea. Sólo...- Quedémonos un rato hasta que esos tipos se vayan, entonces seguiremos — Comentó intentando aparentar seguridad. Sólo le quedaba esperar a que tuvieran buena suerte.
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Post by Themis Silvereel on Jul 27, 2022 1:28:23 GMT
Como si de algodón de azúcar en la boca se tratase, la carcajada de la trabajadora a quien interrogaban disolvió la tensa atmósfera que la joven Silvereel sentía. Llenándola ahora de mas dudas que respuestas. No era normal que alguien se riera de las consecuencias de un acto criminal… ¿O sí? ¡¿Es que acaso se encontraban delante de un psicópata como los de los programas de radio?! Si así era debían salir de ahí de inmediato. No eran rivales para una persona así. Aunque no contaba con que su hermano negara ese plan segundos después de aquella carcajada.
— Puede que se el lugar correcto pero eso no significa que sea la persona correcta. — Desde su lugar llevó sus manos al brazo de su hermano intentando abrazarlo, intentando expresarle su preocupación. — Estando aquí siempre podemos buscar a alguien más. No creo que sea la única persona en todo el distrito que sepa sobre el tema. — Incluso podían buscarlo por internet, aunque ciertamente encontrarían miles y miles de resultados. Sería mas difícil entender haciendo una investigación por ese medio que preguntándole directamente a los expertos. Sin embargo, pese a sus palabras, su valiente hermano finalmente hizo la pregunta.
—…— Medio segundo paso en lo que se sintieron horas.
La respuesta llegó a modo de una segunda carcajada más fuerte que la anterior. Quedando ambos selenitas insatisfechos por no haber recibido una respuesta decente y decididos a seguir buscando quién pudiera ayudarles con aquella duda que aquejaba a Themis. Pero es entre esas carcajadas que la respuesta viene acompañada de un par de saladas lagrimas. La explicación es confusa en un inicio pero no tarda en ir entendiendo a lo que la contraría se refiere. <<El amor es aceptar, entender y querer a alguien más como lo haces contigo mismo.>> Ahora tiene sentido que un lugar como este exista en la ciudad. ¡La gente viene aquí a entenderse ella misma! Eso explica por que hay tanta variedad de selenitas.
¡¡¡THUMB!!!
El estruendo del interior saca a la joven sirena de sus pensamientos. Nuevamente el peligro parece asecharlos, aunque esta vez parece ser algo serio pues reciben instrucciones de cómo proceder. — Gracias por responder nuestra pregunta, señorita. — Agradeció amablemente antes de ser guiada apresuradamente por su hermano al interior del burdel. Dentro una agradable fragancia le dio la bienvenida. A diferencia de Alphonse, quien cada vez se notaba mas nervioso, Themis encontraba emocionante tantas experiencias nuevas.
— Es muy probable que venir no haya sido buena idea, Alphonse. Pero creo que encontramos lo que estábamos buscando. — Aseguró intentando calmar a su hermano. — Además. Hasta el momento creo que lo único peligroso que nos hemos encontrado son aquellas extrañas amenazas sobre comernos. Y si nos fuéramos a encontrar algún peligro siempre podemos llamar a la tía Ada y al tío Nereo. — Algo torpe mostró con confianza su teléfono, pues sabía que con tan solo una llamada alguno de los dos se mostraría en cuestión de minutos para ayudarlos en caso de necesitarlo. —Así que sigamos tanto como creamos que podemos. —
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