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Post by Joseph O'Brien on Apr 28, 2022 15:53:13 GMT
Entre varias recomendaciones que escuchaba de sus compañeros de departamento para ir a probar buena comida, había uno que llamó especialmente su atención. Un restaurante pequeño de comida mexicana, ahí, en medio de la calle, con unas mesas a su lado para que los clientes pudieran tomar asiento para comer ahí, algo bastante lindo y poco común considerando la excentricidad de París.
Tomó asiento, mirando la carta mientras escuchaba la amable voz del rubio que ahora lo atendía. —Serían dos de bistec y un agua de horchata, por favor.
Esperó entonces su orden, teniendo una charla calmada y agradable con el taquero, cosas bastante casuales en las cuales otros de los que estaban ahí pudieron unirse mientras esperaban o terminaban su comida.
Una vez tuvo su plato, Joseph no tardó en degustar del platillo —Estan deliciosos— dijo tras la primera mordida, comiendo encantado el resto, siendo el agua un buen toque.
—La comida ha estado deliciosa, le felicito por lo que cocina— dijo el moreno con una sonrisilla en el rostro y, tras pagar lo que había pedido, les deseo un buen provecho al resto de comensales, retirándose del lugar, esperando volver pronto.
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Post by Iona Russell on Apr 28, 2022 16:42:32 GMT
"Tacos". La selenita se quedó mirando el puesto con cierta curiosidad, pues el olor que salía de ahí era realmente sabroso ¿Sería carne? Aquello solo hizo que su estómago rugiese de hambre. Bueno, el precio que marcaba en el espectacular no era realmente caro, ¡Inclusive podría llevarle unos cuantos a Thomas! Así ambos no tendrían que cenar fideos... Esa noche, al menos.
Se acercó al taquero que atendía en ese momento y, aunque no entendió realmente los ingredientes de los que hablaba, hubo una palabra que pudo entender. —Dar tres surtidos para comer acá, también tres surtidos para llevar a casa— y, una vez su orden fue tomada, se sentó en una de las sillas de plástico, parecidas a las que tenía en casa ¡Que familiaridad!
Su orden no tardó en serle entregada, así que no esperó mucho más a prepararlos y darle una gran mordida al primero. Con ello, un brillo de emoción se vió en sus ojos, emocionando se con un sabor tan rico que parecía luchar contra la gastronomía francesa.
—¡Esto ser delicioso!— exclamó la selkie, comiendo el resto de su plato con emoción y rapidez. Estaba segura que también a Thomas le gustarían, tal vez podría ser esa la ocasión en la que lo viera sonreír al fin.
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Post by Nasra Haidar on May 1, 2022 22:37:08 GMT
No podía creer que terminó en un lugar como aquel y que no se mal entendiera, no era alguien prepotente que solo comía en restaurantes caros… sí lo era, pero podía ir a otro tipo de lugares y adaptarse fácilmente a ellos. El problema radicaba en su alimentación completamente vegana y podía jurar que en ese puesto no había algo para su tipo de dieta.
Oh, pero Namir había insistido en ir y al instante todos los niños secundaron su petición, ¡hasta pudo notar curiosidad en la mirada de su Seina! Y lamentablemente, a él era la única persona que no podía negarle tal cosa. Y bueno, era un excelente momento para hacerla de buen padre por una vez en su vida.
—Yo quiero cinco de cada uno —Namir levantó su manita, para indicar el número—. Algún día voy a ser chef y debo conocer toda la comida, ¿verdad que sí, papá?, ¿señor Seina? —la imagen del niño daba mas risa que otra cosa.
Y aunque Nasra estaba encontré de que sus hijos se saturaran de comida que él consideraba chatarra, sabía que negarle la petición al niño implicaría su llanto; la comida era lo único que quería realmente. Además, aunque delgado, sabía que su pequeño fénix era un pozo sin fondo.
Así pues, pidió cinco tacos de cada uno para Namir y aparte, una orden de cada opción para compartir entre el resto; él al parecer los vería comer. Además pidió coca para todos, excepto para él que obtuvo una de esas aguas de jamaica y una de horchata para que el mas bebé probara.
—Grasoso —murmuró Namir, lamiendo sus dedos—. Mientras más grasoso, más sabroso.
—No deberías comer tanto, cuando llegues a la pubertad de llenaras de barros; ¿qué tal si mañana tú y yo iniciamos una vida mas fitness?
Namir se giró, dandole la espalda, porque no iba a tolerar comentarios acerca de su alimentación. Quizás había malcriado demasiado a sus hijos, ¿qué mas daba? Mientras no causaran problemas, estarían bien.
Al finalizar, y después de pedir otras ordenes para llevar, se dirigió a caja para agradecer a Luis, prometiendo volver; aunque él no los probó, su familia parecía encantada.
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Post by Stéphane Gauthier on May 1, 2022 23:14:36 GMT
Normalmente Gael preparaba las comidas y para alguien como Stéphane, eso era un verdadero deleite pues su novio siempre trataba de cumplirle sus caprichos culinarios con platillos dulces y exóticos. Sin embargo, había veces en las que no había tiempo de cocinar o en las que él debía consentir a su avecilla, encargándose de la cena. Esta era una de esas ocasiones.
Había escuchado del famoso puesto de comida mexicana. Y aunque en la ciudad de Mystery City, como de Paris, existían locales de comida mexicana, todos ellos eran de esa horrible versión americanizada, ¡que tormento! Tal vez él no tenía raíces latinas, pero era de aquellos que se enorgullecían de apreciar la comida desde sus raíces. Habría que darle una oportunidad al puesto de tacos.
—Me das una orden surtida —no estaba ni siquiera seguro que estaba pidiendo—. Una de bistec —bueno, eso si sabía que era—. Y una de ¿qué es el sudadero? Como sea, dame una de esa... es más dame una orden de cada una —sí, se desharía de lo que no quisiera; si era carne, le daría a sus perros—. Con salsa de la que no pica —eran franceses, al final, el picante no era parte de su alimentación—. Y dame dos cocas, un agua de horchata y una de jamaica —¡que exótico sonaban esas dos ultimas bebidas!— Todo para llevar, gracias.
Después de que se le entregó el pedido, pagó y agradeció, listo para irse.Le sorprendió la velocidad y amabilidad de aquel puesto, sin duda le daría una buena recomendación en Yelp, bueno eso si la comida le gustaba, aunque el aroma que desprendía, le hacía agua la boca. No podía esperar para llegar con Gael.
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Post by Killian Falade on May 2, 2022 14:58:25 GMT
Siendo alguien con un apetito más que feroz pero con ganancias limitadas, para Killian a veces era difícil lidiar el caminar por la zona de comida en el distrito fauna, mucha era deliciosa ¡Pero bastante cara también! un lujo que no todos los días podía darse, pero que siempre estaba dispuesto a probar y, justo en esa ocasión, se topó con aquel pequeño puesto. Era pequeño, si, incluso parecía que tenía poco presupuesto en comparación a muchos de los otros establecimientos del distrito fauna...pero el olor, el olor que salía de ese puesto era delicioso; tanto que, el hambre que el noctambulo siempre disimulaba tener, ahora salía en forma de un gruñido fuerte, además, si el precio que decía el letrero era correcto, realmente era algo que podía costearse ¿Qué habría que perder?
—Dame uno de cada uno, y un agua de cada una...también la dichosa coca— ¿Iba a escatimar en gastos? no realmente. Pero si al final todo resultaba desagradable, él mismo se encargaría de derribar el puesto y recuperar su dinero. Así, espero en una de las mesas, casi impaciente porque le sirviesen en ese momento.
Realmente no fue mucho lo que esperó, pues el taquero parecía tener cierta habilidad, dándole su orden casi al instante. Y así, tras prepararlos con todo lo que había (y robando algunos limones para su propio disfrute después) dio el primer bocado, y otro, y otro más...hasta que los tacos terminaron por desaparecer en tiempo récord, soltando un sonoro eructo después.
—¡Hey, taquero!— Llamó a Luis —¡Dame más de estos para llevar!— Llevaría a su pareja unos cuantos...pero bueno, siendo tan egoísta como era, no todos los que llevaría serían para ella claramente.
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Post by Hyo-ri on May 2, 2022 19:34:30 GMT
Pocas veces iba al Distrito Fauna; todo en ese lugar resultaba demasiado caro a sus ojos y honestamente, si solo iba por los jardines, prefería mil veces salir a Paris. Pero a veces y en muy pocas ocasiones, bajo motivos justificados, tenía que ir, y esa era una de esas veces. Debía analizar la competencia.
El puesto de tacos era cálido, no refiriéndose al clima, sino al ambiente que se brindaba; una sensación de confort lo inundó apenas entró y se vio lamiendo sus labios ante el olor de la carne; en un leopardo, una alimentación carnívora era lo suyo.
—Una orden de bistec —repitió lo que pidió el cliente a su lado; arrugó la nariz al ver que casi todas las ordenes tenían verdura—, nada de cebolla o esas cosas —porque la carne no debía comerse acompañada.
Agradeció y pagó su orden; no quería una bebida, porque no traía dinero para ello. De igual manera, no se sentó en una de las mesas, si no que buscó un espacio en la banqueta, donde pudiera darle la espalda a quién sea y poder disfrutar su comida a sus anchas. Olfateó la carne y lamió la tortilla para probarla; no parecía de otro mundo. Luego tomó el taco y prácticamente se lo metió todo a la boca, sin importar salpicar.
¡Y era tan bueno! Sus dientes trituraron la comida, pero el sabor grasoso le hizo sonreír de alegría; era mil veces mejor que sus fideos instantantaneos. Comió sin parar el resto, al grado de chupar sus dedos.
—Volveré —dijo al terminar—. Traeré dinero para probar el resto —su jefe estaría furioso si lo escuchara, pues había ido a analizar, no a comer y maravillarse con los tacos. No importaba, él estaba realmente feliz.
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Post by Seth Astennu on May 2, 2022 22:32:40 GMT
Una desventaja de su actual vida, era lo caro de alimentar cuatro bocas además de la suya. Adoraba a Perseus y a las niñas, pese aun no ser su padre oficial, pero comían tanto que a veces sentía todas sus ganancias irse en alimentos. En consideración, las niñas estaban en crecimiento y Perseus, bueno su cabecita maquiavélica seguro gastaba mucha energía, ¡él debía proveer!
Gastar en Burger King no era una opción; toda la semana habían comido de ahí y no era una hamburguesa por cabeza, o no, siempre terminaba comprando una docena. Así que esa noche optó por una opción mas local y que vendería a su casi familia, como algo exótico.
—Wicho —escuchó que muchos llamaban así al taquero y él decidió adaptarse—. Cinco ordenes surtidas de bistec y trompa —¿debería llevar más?—. Y aparte otras tres de puro bistec —creía que lo estaba pidiendo como un experto—. Ponme de esa agua blanca, cinco de ellas y cinco cocas —al menos sabía que si la horchata no funcionaba, las niñas y Perseus sí consumían refresco—. Para llevar; verduras, salsas, todo eso aparte.
Parecía comida rápida, pues la velocidad era de sorprenderse, pero no olía como las hamburguesas industriales de las grandes marcas; de hecho, el olor de aquellos tacos se impregnaba en todo el lugar, en él, y se le hacía agua en la boca.
Pagó y como no era alguien codo, dejó propina; quizás no una cantidad exorbitante, pero sí lo reciproco al total de su cuenta. Guiñó el ojo a manera de despedirse, asegurando que volvería si a su reina le gustaba aquello; sino, bueno, quizás jamás volverían a probar la tortilla y él enfrentaría la irá de Perseus.
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Post by Heidi S. Schlechter on Jul 23, 2022 22:04:34 GMT
Ya que habia conocido el lugar por su hermana y su prometido, Heidi no dudo en ir nuevamente a consumir algunos de esos tacos, luego de dar un paseo con su gallo Ozzy tras hacer algunas compras cercas -Vamos Ozzy, te pedire algunas tortillas solas para que estes picando mientras.- Le sonrio al gran gallo negro que llevaba cargado y le acarició debajo del pico mientras este cerraba los ojos gustoso y cacaraqueando feliz.
La joven albina se sentó al frente para pedir su orden de tacos mientras el gallo con correa se quedaba a un lado de su dueña -Buenas tardes, quiero para empezar una orden de tacos de bistec, asado porque asi le da mas sabor y una bebida de agua de la que le dicen jamaica por favor, tortilla doble porque mi gallo tambien va a comer.- En ese momento se dedicaron a preparar lo que les habia solicitado hasta que despues de una espera de pocos minutos, le trajeron su comida bien servida. -Muchas gracias, toma Ozzy, aqui esta tu par de tortillas.- Le dijo antes de partirlas y esparcirlas donde el gallo estaba.
Era curioso ver a la chica con un gallo pero al menos el dueño del establecimiento lo tomo a bien pues hasta un plato con agua natural le llevo al peculiar galo negro, quiza le habia caido bien. -Ay que amable, verdad que es lindo mi gallo.- sonrio. Heidi comio con gusto aquellos tacos hasta que terminó y pago su consumo, pero ademas, pidio dos ordenes extras para llevar a su hermana y su novio, dejandoles una excelente propina por el servicio para retirarse de ahi en compañia de su ave de corral.
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