|
Post by Alphonse Silvereel on May 7, 2022 2:25:24 GMT
Cuando el peligris detuvo al castaño, el primero pudo notar fácilmente el brillo en los ojos del segundo. Su expresión era entre sorprendida y curiosa, cosa que provocó que su corazón palpitara con más fuerza. Cada vez entendía con más claridad que, sin importar qué estuviera haciendo Noah, no podía dejar de mirarlo. Por esa misma razón, cuando el brillo en sus ojos se apagó, Alphonse se percató de ello.
No logró entender de todo el tono triste del de ojos verdes, ni el porqué la emoción en su mirar se había extinguido. De momento, lo único en lo que podía pensar el selenita era en que las cosas estarían mejor así. No volverían a insultarles, ni se metería en problemas por estar con un solario. Ocultar sus sentimientos era mejor para ambos ¿no? De momento prefirió creer que era así.
—Yo tambien te quiero, Noah — Respondió con firmeza, aunque sin dejar entrever que anhelaba decir más que un "te quiero". — Apresurémonos o no nos volverán a dejar salir hasta dentro de un mes — concordó con el menor.
Al final, el dúo recorrió las calles de París manteniendo una charla tranquila. El ambiente era calmo, pero de vez en cuando el silencio se apoderaba de la conversación. Llegaba a parecer que el peso de sus sentimientos necesitaba un descanso antes de retomar camino; ellos necesitaban un descanso pues, estaba claro que tenían mucho en qué pensar...
|
|