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Post by Noah Voljär on Oct 18, 2021 5:58:33 GMT
¡Sábado al fin! Si bien para el sueco aquello no solía significar mucho en cuanto al cambio en su rutina en aquellos meses sabáticos, sin duda si que lo ponía de buen humor debido a que podía salir con su mejor amigo: Alphonse Silvereel. No había pasado mucho desde que Noah finalmente se había asentado en Fracia más allá del periodo vacacional, así que ahora gustaba de pasar el tiempo recobrando lo que había estado lejos de él ¿Algo invasivo? Quizá Nereo pensaste eso, pero no era el caso de Noah ¡Era su bro de quién hablaba! Además, el rubio debía de estar de lo más entretenido pasando el tiempo con su hermanita menor, ¿Y aún se atrevía a hablar? "¡La audacia!" Pensaba el castaño. Bueno, en aquella ocasión el atardecer no tardaba en hacer acto de presencia. La luz del sol era buena, pero sin llegar al punto de ser tan asfixiante como en el mediodía ¡Era perfecto! ¿Y cómo podía ser aún más? Claro, pasándola fuera, quién sabe, quizá incluso pudieran subir a la enorme estructura metálica que se encontraba detrás suyo. Noah miró su último mensaje para el menor de los Silvereel, mientras una sonrisita escaba de sus labios al ver la pantalla. Volvió su vista al frente para poder vigilar sí veía en algún lado al muchacho de cabellos color plata... Algo complicado entre la multitud de ciudadanos y turistas que visitaban el lugar, pero sin dejar de lado que el muchacho era reconocible incluso de lejos, o al menos para él, después de todo su apariencia era todo menos una discreta.
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Post by Alphonse Silvereel on Oct 18, 2021 6:50:37 GMT
Desde que Noah se había asentado en Francia, las salidas del par se habían vuelto cada vez más habituales. De algún modo parecía que las familias de ambos estaban entrelazadas. Así como Noah y Al eran inseparables, Meg no se despegaba de su hermano Nereo. El de cabellos plateados pensaba que era un fenómeno más que sublime, pues así podía pasar tanto tiempo como quisiera con el castaño.
Como ya era costumbre, se puso de acuerdo con su mejor amigo para organizar una salida. Acordaron encontrarse frente a la Torre Eiffel; tal vez andarían en bicicleta, o comerían algo, o simplemente hablarían. La verdad era que siempre surgían espontaneidades en sus encuentros.
¡No había manera de que llegara tarde! Alphonse era alguien muy apegado a lo moral, así que llegar impuntual no era una opción. Además, pagar la siguiente pizza tampoco estaba dentro de sus planes.
Tras bajar de la estación de tren se dedicó a correr a toda velocidad por las calles de París hasta llegar a su destino. A pesar de su respiración agitada, el peligris no dejaba de buscarle con la mirada. Más temprano que tarde avistó a su "cita" a lo lejos, a lo que ondeó su brazo y se acercó nuevamente a toda velocidad —¡Brooo~! ¡Atrápame!— gritó emocionado para después lanzarse a abrazarlo.
Una vez que lo envolvió mostró su brillante sonrisa y se acurrucó un rato. —No homo, bro. Reafirmo mi cariño hacia tí de una forma no-romántica. — bromeó un poco, como acostumbraban — Además, me cansé de correr. Necesitaba que me sostuvieras un momento — se sinceró para soltarle y sacudirle un poco la ropa —Te ves tan bien como siempre —.
Tras otorgarle un cumplido, Alphonse paseó nuevamente su mirada violeta por los alrededores, esta vez enfocándose en otra cosa. — ¡Mira! Comida callejera — atinó mientas señalaba con el índice izquierdo — Quiero un Bagel... ¿Tu quieres pizza? Puedo comer ambos, pero vayamos de una vez. Tengo mucha hambre — le apresuró dándole un ligero empujón por la espalda mientras avanzaban al puesto en cuestión. Tan solo esperaba que no corrieran la misma suerte que con el ramen del día anterior.
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Post by Noah Voljär on Oct 18, 2021 21:55:16 GMT
El celular vibró en su bolsillo y, casi como un reflejo, tomo el mismo para ver lo que había sido enviado ¡Un mensaje de Alphonse! Una rodilla escapó de sus labios al leerlo, sin duda era algo típico de Al ¡Adorable!
Tras mandar un sticker a la conversación para que no se quedará como un simple "visto" miro nuevamente a las parejas que posaban para las fotos en la Torre Eiffel... A veces pensaba que era curioso que la gente considerase a París como la ciudad del amor cuando, al menos a su parecer, la chispa de París parecía estar ausente en ese sentido.
Su mente divagó en aquello un rato hasta que pudo divisar quién se acercaba a él —¡Alphose!—respondió enérgico, recibiéndolo del mismo modo. Noah reía mientras atrapaba a su amigo en aquel abrazo, recargando ligeramente su cabeza contra la de él en una suave muestra de cariño.
Siguió acurrucado contra su amigo un momento, ignorando las miradas poco sutiles de algunas personas que pasaban por ahí cerca de ellos.
—No homo— reafirmó con una sonrisa, poniendo sus manos en su cintura en momento, arqueando una de sus cejas —¿Corriste tan rápido? ¿Por mi? Eso es lo que un bro hace— tras un par de palmaditas en la espalda, Noah miró a su amigo de arriba a abajo y, finalmente, alzó su pulgar en una muestra de aceptación —Siempre me gusta como me veo, bro, pero sé que tú eres el más guapo de los dos, sigue así...Nohomo.
Lo siguiente fue ver el entusiasmo de su amigo al ver un puesto de comida con cierta variedad cerca de donde ellos estaban; tras lo ocurrido con el ramen, seguro se hubiese negado...pero ¿Cómo decirle que no? además, no podía estar paranoico todo el tiempo ¡Debía ser fuerte! —Claro, no veo que puede ser peor que el ramen de hace unos días, apenas me estoy recuperando de eso— se encogió de hombros sutilmente, comenzando a caminar al lado del muchacho.
—Al— comentó de pronto, mirando de reojo al selenita —Ya sabes, halloween viene pronto y pensaba que quizá...no sé...taaal vez tú quisieras...hmmm— apretó los labios mientras se encogía de hombros nuevamente, dejando su comentario al aire. No estaba seguro de si su amigo ya tenía planes, tampoco iba a pedirle que los cambiara por él pero ¿Por qué no sugerirlo? quizá al selenita también le gustase la idea.
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Post by Alphonse Silvereel on Oct 19, 2021 6:54:02 GMT
No puedo evitar reír al escuchar a su amigo seguirle la usual broma de "No homo". Por más que la usaran, para Alphonse nunca pasaba de moda.
Después de que le sostuviera en brazos un rato, ambos se dirigieron al puesto de comida. El vendedor ambulante tenía una gran variedad de platillos, tan grande que el selenita se preocupó de la posibilidad de que hubiera magia de por medio. Esperaba que no fuera así, y de ser así, esperaba que Noah no se diera cuenta. —Uh... Señor, quisiera un Bagel y... — se giró un momento para ver al castaño, pasando a susurrar —Noah, ¿qué vas a querer tú?— preguntó, notando entonces que su acompañante estaba notablemente nervioso. ¿Entonces sí había magia en el carrito? ¡Que horror!
—¿Noah?— Volvió a llamarle, intentando espabilarle. Fue entonces cuando su contrario exteriorizó lo que tenía en mente. El peligris esbozó una cálida sonrisa y le dio un leve codazo en uno de sus costados — Anda, escúpelo. Sabes que no muerdo — comentó alegre en un intento de que la preocupación del otro se esfumara — Tranquilo, estoy libre. Podemos hacer algo juntos ¿Tienes algo en mente? ¿Acaso quieres ir a pedir dulces? Si es así, podemos llevar a Meg también— A pesar de que el solario no hubiera dicho mucho, Alphonse parecía haber explorado casa posible escenario. "Menos mal que no estaba encantado" pensó también.
En cambio, el señor que atendía el puesto no parecía muy alegre al respecto —¿Van a ordenar o no?— Gruñó. —Ah- ¡Lo siento señor!— se apresuró a disculparse ante la palabrería y una vez que ambos hubieraron ordenado le tendió el pago al vendedor. —Vamos a sentarnos, así lo discutimos mejor—. Dicho y hecho, el de ojos violetas se sentó en una banca cercana para comenzar a degustar su Bagel.
Las vistas eran bonitas y había una que otra paloma alrededor, recordándole a su propia mascota. Además, estaba seguro de que a Noah le gustaría observar tales animales, después de todo, adoraba las aves. Alphonse tan solo esperaba ver cuanto tiempo pasaba hasta que hiciera un comentario al respecto.
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Post by Noah Voljär on Oct 20, 2021 13:48:19 GMT
Tan absorto estaba en su propuesta, que no fue hasta la reacción del otro por espabilarle que volvió a la realidad. Estaba a punto de decir su pedido; sin embargo, parecia que Alphonse estaba alentandole a contar lo que quería —¡S-si! Lo de los dulces. No hemos salido a pedir juntos en años, pero sabía si ya tenías planes con Nereo o en tu trabajo.
Noah rascó su mejilla, ligeramente abochornado por lo que había dicho pues, ya escuchándolo en voz alta, parecía demasiado inseguro hasta para él, suponía entonces que era su reacción de la "primera vez" en mucho tiempo separados.
No fue hasta que la voz del dueño del establecimiento les interrumpió, que un rubor más evidente se hizo presente en las mejillas del mestizo —¡Perdón! Yo voy a querer una rebanada de pizza de... Cualquiera, está bien— se aclaró la garganta, recibiendo poco después lo que había ordenado junto con Alphonse.
Ya una vez ambos tuvieron su comida, sentarse cerca de ahí no fue mucho problema, a esa hora los turistas preferían pasear por ahí en lugar de comer algo.
Noah dio una mordida a su rebanada de pizza, posando sus ojos en un par de palomas que estaban cerca de ahí. Una cerca de la otra, pareciendo algo casi adorable y extrañamente fraternal; sin embargo, una de ellas no tardó en separarse de la otra, haciendo que Noah pusiera cierta expresión de emoción, golpeando suavemente pero con emoción el hombro de su amigo.
—¡Al! ¡Mira!— señaló al par de palomas, mientras una de ellas comenzaba a bailar y a hacer movimientos cuando menos curiosos para atraer la atención de su compañera —Esta tratando de conquistarla— añadió el castaño casi en un susurró, sin separar su vista de aquellas curiosas aves urbanas. —¿No te parece fascinante como funciona la naturaleza? Mira al macho, sus plumas son más iridiscentes, y tienen que prestar mucha atención para conquistar a la hembra... Es lindo el como los machos en las aves tienen una técnica de atracción tan distintas: bailar, construir nidos, cantar... me encantan.
Los ojos de Noah brillaban ante aquel minúsculo pero significativo detalle, si, quizás podría parecer solo un loco hablando de palomas; pero para Noah era mucho más: compartir algo que adoraba, con una de las personas más importantes de su vida, sin sentirse juzgado por eso al respecto... Era algo que adoraba y apreciaba tanto de la compañía de Alphonse.
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Post by Alphonse Silvereel on Oct 22, 2021 6:35:37 GMT
Hasta que Noah lo mencionó, Alphonse no había caído en la cuente de que, de cierta forma, ya tenía planes para esa fecha. Tosió un par de veces, por poco atragantandose con su comida ante el repentino esclarecimiento. Tras aclararse la garganta finalmente retomó el habla —Ah... Eso... — murmuró, en un principio algo preocupado ¿Cómo le diría a su mejor amigo que no podrían salir juntos? Era obvio que a Noah le había costado decirlo en primer lugar, y ahora, después de ilusionarlo... ¿De verdad tenía que negarse? —De hecho, ahora que lo mencionas, sí había algo. — Sé aferró con nerviosismo a su propia ropa. Entonces, observó el rostro de su amigo, y aunque su expresión lucía solo levemente decaída, Alphonse no pudo resistirlo —¡Ha-hay una fiesta de disfraces! Uh... Me invitaron a una. Solo que Nereo tiene que venir también, y Meg no podrá venir... Ya sabes, eh... Cosas de adultos — Hizo un ademán con la mano para restarle importancia, aunque se giró con discreción para darle la espalda. "Maldición" pensó dandole un bocado a su comida, con angustia. "El daño ya está hecho. Tendrás que lidiar con esto, Alphonse" se dijo. Tras terminar finalmente volvió volvió girarse y a mirarlo, fingiendo absoluta normalidad. —Bueno y... ¿tienes alguna idea para el disfraz? Es un requisito — intentó desviar el tema.
La conversación fue fluyendo de un rumbo a otro conforme el tiempo pasaba. Eso sí, su hipótesis fue acertada y Noah no tardó mucho en hablar de los pájaros frente a ellos. Dejó escapar una suave risilla en cuanto comentó su discurso, aunque no para burlarse, sino porque le parecía adorable.
Alphonse le ecuchó con atención, observando con cuidado los movimientos de las aves frente a ellos. Siempre le contaba datos sobre ellas que desconocía, y también, siempre intentaba recordarlos. — Recuerdo que lo mencionaste alguna vez, aunque creo que no me había tocado verlo... Es lindo. En eso tienes razón — concedió con una leve sonrisa. —Bueno, es la ciudad del amor ¿no? Hasta las palomas de aquí se seducen unas a otras — bromeó un poco, aunque de cierta forma sentía como si jugara con fuego.
Una vez terminó su comida, se levantó para estirarse. Casi como si sus anterirores palabras hubieran sido escuchadas, las aves se marcharon juntas. La hembra había aceptado al macho, o eso creía —¡¿Lo viste?! Creo que lo aceptó ¿no? ¿Fue así? — le preguntó igualmente entusiasmado. Sus ojos brillaban, tanto como los de Noah hacía un momento. Podía ser que no compartieran exactamente los mismos gustos, pero había una razón por la que Alphonde disfrutaba de la compañía del castaño: Cuando uno se emocionaba, el otro escuchaba; cuando uno escuchaba ¡se emocionaba también!
— Aaaagh... Egh Amogh — fingió su acento francés. Extrañamente, aquella escena había elevado sus expectativas del día — Creo que fue una señal. Significa que la pasaremos bien hoy así que, como tu fuiste quien lo descubrió, te toca escoger que haremos ahora — Le concedió la oportunidad. Fuera lo que fuera, sabía que la pasarían bien siempre y cuando estuvieran juntos.
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Post by Noah Voljär on Oct 23, 2021 15:25:40 GMT
Sobresaltado ante la primera reacción de su amigo, la respuesta de Noah fue meramente instintiva, dándole unas palmadas en la espalda para ayudarle en caso de que el muchacho estuviera atragantándose con su bocado; preocupado por lo que ocurrió, Noah le habló, con la voz un tanto temblorosa —Al ¿Estás...? Oh— Hizo una pequeña mueca de tristeza ante aquella revelación y, aunque tratase de disimular, era algo que sus ojos reflejaban con obviedad, pero lo último que el mestizo quería era hacerle sentir culpable por rechazar su invitación.
Cuando estuvo a punto de decirle que aquello estaba bien, parecía ser que Alphonse explicaba lo sucedido ¡Una fiesta! y una que no era apta para todo publico. Aquello volvió a causar un brillo de asombro en los ojos de Noah, curioso y expectante ante aquella inesperada pero grata noticia —¡Una fiesta! okay, okay. Quizá deberíamos ir disfrazados de algo que se pueda relacionar con Nereo, y quizá Meg en lo que nos acompaña ¿Qué tal de...uh...Los Teen Titans? aunque el diseño de Ciborg es complicado, sería más fácil hacer el genderbend de...— Y tras soltar un gritito ahogado, Noah miró con emoción a su mejor amigo —¡Podría ser Raven! ¡Y tú Beast boy! Te verías super guapo con un traje que se te pegara al cuerpo como él...NoHomo, claro.
Tras desviar la mirada ante aquel comentario sincero pero que parecía fuera de lugar, Noah se aclaró la garganta, pretendiendo que quizá aquello no había pasado o, cuando menos, no era tan incomodo como realmente se sintió.
Para su suerte, la charla de las palomas pareció ser ese pequeño salvavidas que necesitaba. Una risilla escapó de los labios del castaño cuando menciono aquello de que París era la ciudad del amor. Miró de reojo, viendo como las parejas se tomaban fotos frente a la Torre Eiffel, como las mismas parecían presumir del amor en aquella ciudad tan soñada, tanto turistas como mismos residentes...algo adorable, debía admitir, pues al parecer incluso aquellas palomas estaban consiguiendo el romance que la ciudad lograba, yéndose juntas.
—Si, la aceptó. Espero que le vaya bien y que se cuiden, estos chicos de hoy en día no miden las consecuencias de sus actos— Soltó con una voz más ronca, como si imitase a un abuelo, para después soltar una carcajada ante el comentario de Alphonse, siempre entusiasta, siempre brillante.
—¿Y-yo? ah... ¿Qué te parece subir al mirador de la torre? llevo mucho sin subir ahí y el atardecer no tarda en llegar. Sería una linda vista— Dio el último mordisco a su pizza, mientras se limpiaba las pequeñas migas con el dorso de su mano. Noah miró entonces a Alphonse, expectante ante su respuesta —Pero si no quieres alturas, podríamos ver que novedad apestosa hay en las orillas del Sena, solo digo~
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Post by Alphonse Silvereel on Oct 30, 2021 6:27:10 GMT
Dejó escapar un suspiro de alivio al ver como su amigo se emocionaba ante la idea. Aún así, le resultaba un sentimiento agridulce. Sabía que tenía que asistir a la fiesta por cuestiones de trabajo, cuestiones que podían resultar peligrosas. Dejar que su amigo fuera... Ya pensaría en eso. El regaño de Nereo lo haría sentirse el doble de culpable, después de todo. A final de cuentas, sería problema del Alphonse del futuro. De momento se enfocaría en divertirse con su mejor amigo.
—¡Oh, sí! Quedarías muy bien como Raven. Además, tienes sus vibras. Meg podría ser... ¡Starfire! Nereo Robin y yo-.... — Sé quedó callado un momento. A pesar del "#NoHomo", le dio cierta vergüenza el comentario ajeno. Lo interpretó más como un halago; era verdad que tenía musculatura levemente marcada, pero el problema era que no sabía como lidiar con los cumplidos. —Ah, sí. Creo que Chico Bestia me quedaría bien— respondió rascándose con suavidad la mejilla en un intento de disimular su sonrojo.
Afortunadamente, la platica se desvió por otro camino. Una vez que las aves despegaron sus miradas se desviaron hacia los turistas enamorados haciéndose fotos. Al tenía un par en ese lugar, por lo que no podía decir mucho al respecto.
—Suena a un buen plan. Podemos hacer ambas cosas. Subiremos a la Torre y cuando bajemos hay que pasar por el Sena. De todas formas, no queda mucho para que anochezca. Aprovechamos el recorrido a casa para pasar por ahí— dicho eso, Al tomó del brazo a Noah y se puso una vez más en camino.
Al llegar a la base de la torre el peligris se percató de la enorme cola para subir al elevador. Podían usar las escaleras, claro, pero tal vez morirían en el intento. —Tal vez no era tan buena señal como creía...— dijo desanimado. Justo entonces uno de los visitantes aclamaba que había comprado dos boletos extras, por lo que los vendía a mitad de precio —¡O sí! ¡Sí que era una buena señal!— Animosamente agitó su brazo en el aire, llamando la atención del francés.
El joven se acercó a ellos y les revendió el boleto. Tras unos cuantos minutos se encontraron arriba del elevador. Al se aferraba a las paredes, un poco nervioso, a decir verdad. No le tenía mucho aprecio a los espacios cerrados o a las alturas, pero podía lidiar con ello. —La vista será buena. Te lo aseguro. Aunque imagino que ya habrás venido antes ¿no?— No mucho después el elevador comenzó a moverse. Sería cuestión de tiempo para que vieran París desde las alturas.
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Post by Noah Voljär on Nov 13, 2021 20:31:46 GMT
— ¡Si! Me gusta el reflejo de las farolas que se forman en el Sena, dan un escenario bonito para fotografíar... Contigo.Teniendo en cuenta que llevaba varios meses sin tener contacto con su amigo y que recién ahora que había vuelto podían tener el honor de juntarse más, Noah casi parecía querer reponer el tiempo perdido de cualquier forma que fuera posible, siempre que estuviese junto a él. Una vez que llegaron a dónde la venta de boletos, el semblante de Noah parecía ser uno más apagado... La fila era larga, así que la espera podría durar una eternidad — Al, yo...— pero, casi como un milagro, alguien en la fila trataba de revender los boletos. Sin perder tiempo, ambos chicos compraron las entradas y, así, pudieron asegurar aquella subida que el castaño tanto anhelaba. Ya que estuvieron en el elevador, Noah miró a su mejor amigo mientras hacía aquella pregunta, asintiendo. — De hecho. La primera vez que estuve en París mi padre quiso estar aquí. Dijo que fue donde conoció a mamá y querían rememorar eso, pero en ese entonces yo no entendía nada, solo que estaba molesto —se encogió de hombros, soltando una risita — Odiaba París por el único hecho de que no quería estar aquí...El elevador se detuvo, dándoles la bienvenida a una nueva perspectiva de París, iluminada por la suave luz naranja del atardecer. — Pero luego te conocí— añadió Noah — Y París ya no me parecía tan mal lugar.Tras dedicarle una amplia sonrisa al selenita, Noah tomó su mano para salir juntos del elevador y poder apreciar el lugar en donde estaban. La suave brisa despeinaba un poco sus cabellos, pero llevando hacia ellos unas cuentas hojas otoñales que habían logrado tomar algo más de altura. Noah miró hacia el horizonte, admirando el cielo, mientras el viento acariciaba su rostro con suavidad; la ciudad daba una visión completamente distinta desde las alturas, una en donde parecía que la vertiginosa vida de ciudad y lo que les abrumaba no existiese... y en su lugar, hubiese solo una agradable quietud. Cerró sus ojos, estrechando la mano de su mejor amigo. —Esta sensación es maravillosa, ¿No crees?— abrió los ojos, mirando con una ilusión marcada al chico de cabello platinado —¿Será esto lo que sientes las aves al surcar los cielos? ¿Lo que sienten cuando están con su parvada?... Quisiera sentir esto siempre, Al.
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Post by Alphonse Silvereel on Nov 17, 2021 8:23:57 GMT
Entre tantas posibilidades, habían corrido con la suerte de toparse a aquel turista. A Alphonse le gustaba pensar que era una cuestión del destino, pues decía que este le había llevado a conocer a Noah.
—No te culpes por lo que sentiste en ese entonces. Debió ser duro, dejar todo atrás y venir a un lugar donde no tienes... Nada— respondió una vez que las palabras de su amigo cesaron. Su mirada estaba fija en la ciudad frente a ellos, cada vez más diminuta conforme ascendían la torre. —Es comprensible que te hayas sentido de esa forma, pero... — "Pero ya no estas solo" pensó en decir, más su contrario le robó las palabras.
"Pero luego te conocí" pronunció. La sonrisa cálida que adornó su rostro puso sus sentimientos a flor de piel. Su corazón dio un vuelco y sintió que el aire abandonó sus pulmones una fracción de segundo. —Ah- ¡Sí! Es... Es justo lo que iba a decir— exteriorizó entre risillas con las mejillas tintadas.
Seguidamente, el castaño le tomó de la mano para guiarlo fuera de la cabina. Ya en el piso más alto, la brisa les acarició con suavidad. Algunas luces comenzaban a encenderse en la ciudad, pues el sol empezaba a decender. —Llegamos justo a tiempo para ver el atardecer— pronunció con una sonrisa. Fue entonces cuando se percató de la firmeza de sus manos entrelazadas. El sonrojo en su rostro se volvió más evidente, aunque trató de disimular que se encontraba tan calmo como siempre. — Lo es. Es una sensación maravillosa — Afirmó. — Ojalá pudiéramos permanecer así todo el tiempo — comentó más a la ligera que seriamente.
El par pasó un largo rato observando la ciudad; el cielo tiñendose de rosado, los pájaros sobrevolando el mar de luces. La sensación, sobre todo era agradable, y era evidente que ambos sentían lo mismo.
El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, por lo que después de observar la estructura Alphonse sugirió bajar — Comienca a oscurecer, deberíamos ir yendo a casa — Como siempre, era la voz de la prudencia. O de la preocupación; ambas funcionaban.
Así como subieron por la torre, descendieron todos sus niveles. Una vez en "tierra firme", la noche les había cobijado. — Y bien... ¿El paseo por el Sena sigue en pie? — Dijo a modo de broma. Aunque, si Noah accedía, le seguiría el juego.
Era la voz de la razón. Casi siempre. O siempre que no estaba con Noah... Siempre que se encontraba a su lado terminaba por perder la cabeza.
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Post by Noah Voljär on Nov 29, 2021 3:18:53 GMT
Un suspiro escapó de sus labios, mientras veía como los tonos cálidos y naranjas del cielo comenzaban a tomar otros con él: rosado, morado, azul intenso, todos anunciando la inevitable venida de la noche. Noah miró de reojo el rostro de su mejor amigo: Bañado ante la luz del atardecer era aún más atractivo de lo que pudo haber pensado antes, ¿Acaso estaba mal pensar eso?.
La voz de Alphonse lo sacó de aquellos pensamientos, y sin siquiera cuestionarlo asintió varios veces, sin decir palabra alguna, mientras bajaban nuevamente por la torre. El corazón de Noah se calmaba un poco, ante la emoción vivida allá arriba con el otro muchacho.
No fue sino al salir de la torre y escuchar su pregunta que, aclarando un poco su garganta, habló nuevamente —¡Claro! Solo si quieres, hm... No sé si quieras estar un rato más acá afuera, comienza a hacer algo de frío— se encogió de hombros con ligereza, pero le dedicó una sonrisa cálida y sincera —sino, puedo acompañarte a casa. No me molesta, podemos hablar de cualquier cosa mientras llegamos, no vaya a ser que Nereo quiera matarme si llegamos tarde o algo así, ya sabes cómo es.
Aquello último no había sido dicho con una voz tan alegre como la usual, algo de superar onsiderando la relación de ese par... A veces Noah sentía pena de que Alphonse tuviese que estar en medio de esas discusiones infantiles ¡Pero el rubio empezaba! —Tú decides, Al. Sabes que lo que digas está bien. Al infinito y más allá jajaja
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Post by Alphonse Silvereel on Dec 28, 2021 19:32:50 GMT
El par descendió de la Torre Eiffel con calma. Una vez que estuvieron en la base, la luna comenzó a ascender y los tonos azulados cubrían el cielo. Ciertamente, comenzaba a hacer frio, especialmente por la época del año. —Sí... Hace frío. Un poco.— comentó mientras se rascaba la mejilla. La vaga idea de caminar abrazados provocó que se avergonzara. El leve tono de sus mejillas rosadas servía como pista, aunque si le preguntaba, diría que era por las ventiscas heladas. —¿Estarás bien? No quiero que te resfries— preguntó con genuina preocupación. Una vez le respondió dejó escapar un leve suspiro. —Paseemos un poco. No pasa nada si llegamos unos minutos tarde ¿sí? Yo te cubro. Sé como quitarle lo molesto— comentó con una leve risilla, decidido a recorrer el camino que habían planeado anteriormente.
Así, comenzó a andar, más se detuvo en seco tras dar tan solo un par de pasos. —E-espera...— dijo tartamudeando mientras el color de su mejilla se intensificaba —T-tomame de la mano— murmuró desviando la mirada. —No quiero que te pierdas. Ya casi no hay luz, así que no puedo verte y-... Tú mamá también se molestaría con nosotros si te pierdo— intentó restarle importancia.
Tras ello, el camino hacia el río fue bastante tranquilo. La gente comenzaba a dirigirse a sus casas y el par se alejaba del bullicio de la atracción turística. Los senderos eran iluminados por unas cuantas luces, sin embargo, la poca gente a los alrededores ciertamente dotaba al ambiente un tanto desolado, para bien o para mal. Gracias al silencio, Alphonse sentía el retumbar de su propio corazón; la sensación de nerviosismo se hacía más evidente a la vez. "¿Qué debería hacer?" Pensaba una y otra vez. Ignorar los crecientes sentimientos ya no era posible pero... ¿Debía exteriorizarlos?
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Post by Noah Voljär on Apr 21, 2022 13:38:18 GMT
—¿ Hm? Descuida, soy un hombre de climas helados, estaré bien— dijo a modo de que no se preocupase por él, claro, sentía un poco la ventizca helada, pero sabía que si lo hacía, Alphonse sería el que le daría algo para cubrirse ¡No iba a dejar que lo hiciera! Aún así, su siguiente comentario causó una sonrisa suave en Noah. Amaba que Alphonse era un chico que seguía las reglas al pie de la letra, pero que cuando estaban juntos, ambos podían llegar a ser un poco más rebeldes, sentir un poco más de esa chispa que tanto le gustaba ver en él.
No fue sino su siguiente petición la que le tomó completamente desprevenido. Escuchó su razón, mientras veía la pálida mano de su mejor amigo tendida para que la tomase... ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se habían tomado de las manos en público? Realmente no estaba seguro. Fue casi como un reflejo el tomarla cuando dejó de hablar, sin siquiera pensarselo mucho. Las mejillas de Noah adquirieron un suave tono rojizo, mientras su mano disfrutaba de la calidez de la de Alphonse. —¡Si! Yo tampoco quiero que Nereo se moleste, vamos juntos y... Quédate cerca de mi.
Aquellas últimas palabras sonaron más bien a una súplica sin que esté se diese cuenta. Comenzaron entonces su andar por las calles de París, en donde cada vez el ambiente era un tanto más relajado, más... Bonito. El silencio siempre había sido algo que incomodaba profundamente a Noah, pero había algo en el silencio que tenía con Alphonse que llegaba a ser algo más bien tranquilo y apacible, como si su sola presencia causase en él un efecto relajante.
Miró entonces el perfil de su mejor amigo mientras caminaban, este siendo iluminado por la luz tenía los espectaculares y diversas casas en la zona, era casi mágico e hipnotizante lo hermoso que podía verse... Y aquel pensamiento, lo hizo sonrojarse completamente. —Alphonse— dijo Noah en un tono bajo, acercándose a él para que pudiera escucharle mejor. —En serio no sabes lo mucho que extrañaba pasar el tiempo contigo.
Su andar era algo lento, como si con eso diera a entender que no quería despedirse de él aún. Ahora, en el sitio en donde estaban, se encontraban prácticamente solos, bajo la luz que se cernia sobre ellos y no muy lejos de ellos, el agua del Sena que reflejaba las luces que llegaban a verse en él. Si París era la ciudad del amor, cualquiera que viera la escena entre esos dos, no tendría ninguna duda de que eso fuera cierto.
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Post by Alphonse Silvereel on May 2, 2022 20:25:44 GMT
"Quédate cerca de mí".
Las palabras de Noah retumbaron en su cabeza todo el camino. No pudo evitar recordar la época en la que se habían separado, y aunque podía reclamarle que quien se había alejado era él, no lo hizo. No lo hizo porque lo conocía; porque sabía que había sido difícil para él, y porque, aún si había sido su imaginación, había escuchado el tono suplicante en sus palabras. Ambos temían el volver a alejarse.
Conforme se adentraron en la ciudad, Alphonse apretó el agarre de sus manos, tanto por el miedo como el amor creciente. Sus mejillas volvieron a arder al escuchar las palabras de su amigo. Había deseado tanto oírlo decir eso, pero ahora que estaba ahí, no sabia que responder. — Yo... — Antes de terminar, hubo un breve silencio. Uno diferente al silencio tranquilo que solía haber cuando se acompañanan; uno dubitativo. — Noah, tengo algo que decirte— dijo deteniendo al muchacho. Para entonces se encontraban a punto de cruzar uno de los puentes del Sena. Había altos árboles detrás de ellos y el sonido del río al frente. La luz de la luna se reflejaba en el agua y las cálidas luces acariciaban el rostro de cada uno. Fue inevitable observar cada detalle ante el silencio que cada vez se volvía más abrumador.
Alphonse colocó sus manos sobre los hombros del solario, aferrándose a sus prendas en un intento de que no notara como temblaban.—Yo...— Volvió a dubitar. Sintió un nudo en la garganta, el estómago revolversele y la cabeza dandole vueltas. Entonces recordó todo lo que habían pasado juntos: como habían crecido juntos desde niños, cuándo se habían separado y cómo habían vuelto a encontrarse. Pero también recordó lo malo. Recordó a los niños que los golpeaban por tomarse de las manos y los insultos que jóvenes y viejos les decían al caminar juntos. Al final, ese pensamiento gobernó, por lo que cambió las palabras que estaba a punto de decir. — Yo también te extrañé, Noah— se limitó a decir, tirando de sus hombros para romper la distancia y envolverlo en un abrazo.
Podía conformarse con estar a su lado, con abrazarlo así, como su mejor amigo. La cuestión era por cuánto tiempo sería capaz de hacerlo, por cuánto tiempo se seguiría engañando...
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Post by Noah Voljär on May 3, 2022 13:40:42 GMT
Noah notó al instante como el agarre de Alphonse sobre su mano se hizo un poco más fuerte, por lo que mirarlo de reojo se volvió inevitable. Notó sus mejillas enrojecidas, que con el silencio que hubo entre ambos un instante, le hizo sonreír con sutileza, a modo de decirle que las cosas en realidad estaban bien entre ellos; sin embargo, Alphonse se detuvo y Noah lo hizo con él.
—...¿Si?— La mirada del solario se quedó plasmada ya no solo en él, sino en todo el panorama que les rodeaba. Los grisáceos mechones de su mejor amigo brillaban con una palidez unica, hipnotizante, casi tanto como lo eran sus ojos violetas con esos reflejos suaves de las luces de París. Era hermoso, Noah siempre lo supo, siempre había sabido que Alphonse tenía un atractivo casi envidiable, pero justo en ese momento, lo vio con otros ojos: los ojos de alguien que ama profundamente y apenas comienza a explorar ese lado de sí.
Se quedó quieto al sentir las manos del muchacho sobre sus hombros, mientras su corazón se aceleraba ante las múltiples posibilidades que podría recibir de parte suya ¿Lo estaba imaginando? ¿Habría sentimientos por parte de Alphonse también? Su cuerpo se tensó, cerrando los ojos, como si con ello esperase esas palabras que su corazón anhelaba oír...pero no fue así. Confirmó que le había extrañado, y si bien aquello le hizo sonreír, una parte de su corazón suspiraba con pesar.
Correspondió su abrazo de igual manera, recargando suavemente su cabeza contra la del selenita. Inhaló profundamente su esencia, tan suave, tan gentil como su abrazo, como lo era él...Durante toda su vida, Alphonse había sido el chico más amable y dulce que pudo conocer, por lo que su amistad se había vuelto el tesoro más valioso del mundo, aún con todo lo que tuvieron que pasar siendo solo unos niños. El terror de esos días y el de tenerlo lejos solo le hicieron darse cuenta de lo que realmente sentía pero, quizá, lo mejor era seguir ocultando esos sentimientos en su corazón.
—Te quiero, Alphonse— susurró de forma tenue, siendo sincero y dejándose llevar un poco por esa sensación, antes de mirarlo con una sonrisa, frente a frente —V-vamos, hm, Nereo va a matarnos si seguimos a este ritmo ¿No crees? jajajaja.
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