Jaylen Arendse

Nombre del personaje: Jaylen Arendse

Oficio oculto/humano: Artista de tatuajes. Trabaja en dos estudios, uno en París y otro en Mystery City.
Distrito de residencia: Fauna

Fuerza: ★★

Social: ★★★

Agilidad: ★★★★★

Resistencia/Salud: ★★

Inteligencia: ★★★

| Apacible | Trabajadora | Alegre | Miedosa | Indecisa | Amable | Desconfiada |

Una mujer madura, que aunque tiene un rostro lleno de serenidad y sonrisas, le teme a muchas cosas. Es muy cuidadosa con su corazón, así que aunque le gusta pasar tiempo con otros y crear lazos, tiende a tomar pasos pequeños y medidos hacia toda relación seria, ya sea de romance o amistad. Le abruma mucho tomar decisiones, pero no cuando se trata del arte y de expresarse a sí misma. Al igual que con su trabajo, una vez que toma una decisión, pone todo de ella en lo que hace.

Aunque es originaria de Tanzania, Jaylen no conoce otro hogar que no sea Francia/Mystery City. Nació con albinismo, una condición poco común que aunque en muchos países sólo es eso, algo poco común; sin embargo, en África está rodeada de superstición y muerte. Su familia la envió a vivir a Francia con el único conocido que tenían fuera del país que aceptó encargarse de ella, pues no tenían los recursos para ocultarla de los solarios supersticiosos y de los “doctores brujos” que cazan albinos para usarlos en sus pociones.

Sin recuerdos de sus padres, Jaylen creció bajo la tutela y cuidado de un hombre que, aunque hizo un excelente trabajo proveyendo un techo, sustento y una buena educación, no pudo darle mucho tiempo de calidad o cariño. Debido a su demandante trabajo como detective, su tutor difícilmente cumplía con sus promesas de celebrar sus cumpleaños, graduaciones, y logros. A medida que pasaban los años, aún cuando Jaylen sentía cariño por esta figura paterna, le fue imposible confiar de lleno en sus palabras...y en las de otras personas. Pasó gran parte de su adolescencia aislada pensando que sería mejor no acercarse a otros para no arriesgarse a que le rompieran el corazón cuando inevitablemente la dejaran de lado por cosas más importantes. Fue entonces que encontró refugio y confort en la pintura, las acuarelas convirtiéndose en sus mejores amigas.

El arte poco a poco le dio una confianza en sí misma que no sabía que tenía, ayudándola a romper su confinamiento emocional una vez que entró en la universidad. Rodeada de profesores y compañeros que compartían más con ella de lo que creía, sintió la motivación de abrirse más con los demás, y desde entonces sabe que vale la pena exponer su corazón a distintas experiencias. Con cuidado y paso a paso, Jaylen lleva una vida cada vez más plena, expandiendo su mundo y haciendo amigos de todo tipo.