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Post by Camille Marcet on Dec 24, 2021 19:23:55 GMT
Su mirada se afiló casi como un reto cuando los ojos de él se clavaron en los propios, no siendo hasta que sus palabras... sus correcciones lógicas... era un ligero humor que a ella le agradaba. Pero estaba llevando una terrible guerra en su interior al tener un choque de ideas.
No comentó nada, se acomodó mayormente por su cuenta, siendo sus ojos los más atentos a cualquier movimiento fuera de lugar, sus nervios estaban algo ariscos pero sus sentidos bastante entorpecidos con aquel masaje y tratamiento.
— Humm — ahogo un quejido un tanto placentero en cuanto Sasha liberó toda aquella presión que la limitaba. — Si... Lo fue — soltó un suspiro cerrando los ojos por unos segundos antes de abrirlos con algo de pesadez — El vino suena agradable — "Con un demonio" se maldijo a si misma, su cerebro trataba de pensar lo más lógico que era agradecer y que el chico saliera pero ¡¿porque le estaba tomando en cuenta a lo que ofrecía?!
Su entrecejo se frunció confundida, pues quería estar a la defensiva, pero el hecho de que la cubriese nublaba su criterio. ”¿Lo estoy juzgando mal?”. Lo veía hablar pero no estaba escuchando del todo, su mirada comenzó a recorrer el rostro de Sasha, fijándose principalmente en su cabello y sus labios, al igual que su respiración se tornó más profunda.
En el momento que él se inclinó a besar su mano, el recuerdo de un día tranquilo en un jardín se hicieron presentes, junto a una figura masculina, de cabello rubio y rostro algo borroso, igualmente besando el dorso de su mano con gentileza, dando una pequeña sonrisa y llamando su nombre "Camille" al unísono con Sasha.
Inmediatamente apretó el agarre de su mano, y sus ojos se vidriaron, reteniendo con fuerza un río de lágrimas. Con la voz algo temblorosa solo pudo decir
— Por favor, quédate — con bastante prisa, casi como una plegaria y sin soltar su mano.
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Post by Sasha Kozlov on Dec 24, 2021 19:28:38 GMT
Estaba a punto de soltar su mano, resignado, pero más tranquilo consigo mismo. Más en control de su hambre… Algo que dura poco apenas siente ese fuerte agarre de su mano que lo hace alzar de nuevo la mirada a ella, solo que esta vez con una expresión más seria y su ceja derecha arqueada. ¿Qué acababa de ser eso? Incluso si quiere llegar a pensar bien de la situación, no le cuesta nada darse cuenta de que por la mirada de la pelirroja… Algo no estaba del todo bien.
— ¿Qué sucede? — Pregunta bajo, sonriéndole tranquilo de nuevo.
De igual manera, se gira por completo hacia ella de nuevo, siendo él ahora quien sujeta de nuevo su mano para entrelazar un poco sus dedos con los de ella. Sus ojos le decían que en cualquier momento iba a llorar pero… Por qué? En parte, esa mirada lo hace suavizar un poco la suya y verla con más cariño. Su mano libre la lleva hasta el rostro de la chica, aunque no lo toca directamente al comienzo, pues es un mechón rojo a lo que apuntaba, uno que aparta de su frente para descubrir por completo su rostro..
El ambiente de la habitación ayudaba bastante, no era oscuridad completa, pero sí lo suficiente como para que se sintiera más relajante todo, después de todo estaba siendo iluminado solo por velas aromáticas y era la tina la única que tenía un poco de iluminación para hacer resaltar el agua y los pétalos dentro de ella.
— Aparte de tu cuerpo tenso, tus ojos también revelan bastante de ti Camille — Habla bajo, manteniendo su rostro bajo para ver al suyo— Hacía tiempo que no veía esa mirada…
Inclina nuevamente su cuerpo hacia ella, como originalmente lo había hecho cuando acomodó su cadera, pero esta vez no había razón alguna para estar así de cerca. Seguía con su mano entrelazada a la de ella y la otra, de apoco la empezaba a buscar para hacer el mismo gesto y colocar ambas manos al nivel de su cabeza. Teniéndola de esa manera, la deja sin sus manos para defenderse y a la vez, eso le permite el acercar su rostro a tal nivel que puede sentir la respiración del rubio, a ese punto dejándole en claro que era lo que estaba buscando, pero aun manteniendo el margen.
— ¿Qué quieres que haga por ti, Marcet? — Pregunta con una leve sonrisa ladeada— Porque yo se que te animaría...Y lo veo, no soy tonto, no eres tan directa y dudo que lo admitas, pero algo de mi te gustó — Comenta tranquilo— Y tú sabes que algo me gustó de ti…
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Post by Camille Marcet on Dec 24, 2021 19:29:22 GMT
Su labio inferior comenzó a temblar al tener la fuerza para retener aquella emoción tan abrumadora. No se negó, entrelazó sus dedos con los de él, aún sintiendo como quería aferrarse.
— y-yo...— seguía recorriendo su rostro con la mirada, y sintiéndo su corazón latir con cierta lentitud pero con fuerza por el ambiente.
No supo cómo defender la percepción de Sasha sobre ella. Su cuerpo reflejaba el exceso de trabajo cobrando la factura... Pero sus ojos una negación tremenda, incertidumbre y miedo. No sé percató de la cercanía ni del movimiento de sus manos hasta que sintió la respiración entremezcladas de Sasha, en un abrir y cerrar de ojos ya la tenía sometida a su Merced, apenas apretando las piernas por debajo de la manta.
Negó con la cabeza lentamente — Lo siento... — se disculpó en un hilo de voz, no había necesidad de subir el tono, juraba que podía escuchar su propio corazón latir fuertemente en su cabeza.
¿Era el ambiente?, ¿La soledad?, ¿El deseo de querer ser tocada? O ¿es qud verdaderamente había algo en Sasha que no había querido ver?. ¿Algo le había gustado de ella?.
Sus cejas se arquearon en una expresión confundida y con algunos tintes subidos de tono. No siguió pensando, solamente fue quien se acercó a romper aquella tensión y cercanía en un beso bastante acalorado. La pelirroja sabía sus movimientos, estaba algo oxidada pero era claro que no era una novata en el tema.
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Post by Sasha Kozlov on Dec 24, 2021 19:31:07 GMT
— No lo sientas… —Susurró casi al instante, después de ella. Veía la incomodidad en su rostro, la confusión, incluso tal vez un poco de miedo por lo que estaba pasando en esos momentos y lo entendía… Todo había sido tan repentino, pero no iba a negar nada de lo que pasaba, además de que era una experiencia nueva para él tener entre sus manos a alguien emocionalmente tan complejo como ella.
Su primera reacción al sentir sus labios es entrecerrar sus ojos y sonreír un poco, aceptando con gusto aquel beso que también él estaba buscando desde hace rato. Sus labios tenían esa forma y grosor que le encantaban, esa chica definitivamente tenía visualmente muchas cosas que le gustaban. El beso había empezado intenso y él no se queda atrás, tampoco desacelera la situación… Al contrario.
Sabiendo que ambos estaban en la misma sintonía, continua con ese intenso beso del cual se convierte en el guía pasando los segundos, exigiéndole a la pelirroja que use su lengua, para él mismo también invadir su boca con la propia; mordiendo suavemente sus labios hasta hacerla gemir de dolor e incluso privándola de que rompa el beso, incluso si es solo para tomar más aire. Estaba callado, pero no necesitaba decir mucho, pues incluso si quería algo de ella solamente usaba sus manos para tomarlo como cuando movía su rostro, lo devolvía a hacia él. Con ese mismo permiso que se estaba dando, comienza a bajar lentamente la mano por su abdomen el cual acaricia suavemente con las llemas de sus dedos y sin detenerse, llega hasta aquella manta que cubría su cadera para apartarla sin mucho cuidado, para enseguida tomar uno de sus muslos y empezar a hacer que separe sus piernas de esa manera.
— Tienes una saliva bastante dulce… —Susurra aquello, rompiendo por fin el beso— Quiero probar más de ti, Camille…
Talvez eran comentario raros los que le decía, pero siendo un incubo, era algo imposible de evitar pues tenía una percepción distinta del sexo. Literalmente le daba la fuerza para seguir adelante en su día a día, todos esos detalles eran importantes para él. Podía juzgar desde el olor de su piel, hasta el sabor de su sudor… Detalles que lo podían hacer sentirse extra atraído y encantado por alguien o bien, todo lo contrario. Y ella… Iba por muy buen camino.
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Post by Camille Marcet on Dec 24, 2021 19:32:12 GMT
La calidez de un beso tras otro la hizo sonrojar, era agradable... Era incluso más cálido de lo que recordaba... Quizá por ser alguien que no la conocía, ¿Sería una aventura?... Ya se lo recriminaria a ella misma después. Solamente Entrecerro los ojos para seguir el paso de Sasha en el beso.
Por instantes movía el rostro buscando recuperar el aliento, pero no la dejaba. En el momento en que la regresó mordiendo su labio, la pelirroja solo cerro con fuerza uno de sus ojos y soltó un quejido placentero.
Al comienzo apretó las piernas que mantenía cerradas cuando se dehizo de la manta... No pudo negar el abrir las piernas, haciendo que el sonrojo fuera aún más evidente.
Al romper el beso, jadeo mirando a otro lado recuperando el aliento mientras podía. Notandose mucho más agitada por lo mismo. "¿Mi saliva?... ¿Dulce?". Nunca había escuchado comentarios así... "Quizá eso es... Lo suyo" pensó para si misma.
Regreso la vista acalorada a los ojos carmesí que la acompañaban y la estaban haciendo sentir que alguien tenía el deseo de ella... O al menos de su cuerpo. Se quedó viéndole por unos segundos y terminó llevando una mano a la mejilla de Sasha, acariciándolo suavemente.
— Entonces sirvete... — dijo igualmente susurrado.
Internamente tenía el ligero miedo de hacer algún ruido que los fuese a poner en evidencia a ambos, pero tampoco quería desaprovechar el sentirse así.
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Post by Sasha Kozlov on Dec 24, 2021 19:35:15 GMT
“Entonces sírvete…” Esas palabras hacen que su cuerpo se caliente al instante. Su mirada se clava en la de la joven pelirroja y por un momento, sus ojos pareciera que incluso brillaran un poco entre la oscuridad cálida de la habitación. Acepta la invitación de la pelirroja, sin dudarlo un poco, nuevamente acerca sus labios hacia los de ella mientras usa la mano en su muslo para presionarlo suavemente, impidiendo que junte sus piernas, incluso llegando a darle un apretón un poco más fuerte en advertencia si intenta rechazarlo de alguna forma. Quería deshacerse de toda su ropa y la poca que le quedaba a ella, estaba seguro que con su beso le demostraba que enserio la deseaba y más cuando rompe este para empezar a besar su cuello. Algo que al comienzo empieza como eso; besos cortos y cariñosos, que pronto se van convirtiendo en unas ligeras mordidas y al final… Una mordida combinada con succión de su piel que termina en una notoria marca, del lado izquierdo de su cuello. Estaba bastante acelerado con todo, pero estaba hambriento. Incluso en su desesperación por querer “devorarla”, tiene un momento de lucidez en el que alza un poco su cabeza y detiene su mano que estaba a punto de tocar su intimidad, de hecho se queda con su pulgar casi encima de ella. Nuevamente le dedica una mirada fija a los ojos, solo que esta vez se ve incómoda, con cierto dolor, pero la suaviza sonriendo un poco. — Camille Marcet… No tenemos tiempo para esto — Susurra aquello bajo— Además, te ves con sueño, ¿acaso te vas a quedar dormida? —Pregunta, carraspeando un poco. Independientemente de cual fuera su respuesta, la mano que de nuevo movía hacia su rodilla, la voltea a ver de reojo por un momento para seguidamente musitar algo; “spat’”, palabra inaudible para ella… Acababa de activar su toque de Morfeo en ella. No era lo que quería, pero no podía seguir con aquello en ese lugar, cuando tenían menos de una hora y él… “Quiero ver tu celular querida babooshka”, sonríe de lado para aquella preciosa pelirroja".
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Post by Camille Marcet on Dec 24, 2021 19:36:08 GMT
Por unos breves momentos quedó embelesada con aquella mirada escarlata que brillaba bajo la oscuridad de la habitación, volviendo a sellar sus labios con los del rubio, a diferencia del primero, este era más lento... Aún conservando aquella pasión, llevando su mano sobre la mejilla de Sasha, acariciándolo con cariño.
El bochorno dentro del cuarto comenzaba a sentirse, con ello las ganas de que envolviera su cuerpo, que la tocara, que se sintiera deseada... Querida... Aunque fuera una ilusión.
Sentía como si fuera a derretirse a medida que bajaban los besos por su cuello, soltando un pequeño quejido cuando dejó aquella mordida marcada sobre su cuello.
Regreso la mirada a Sasha cuando hablo algo... ¿Nervioso?... No entendía, su entrecejo se frunció un poco. "E... entendí mal?... ¿El no quería?...”. su rostro cambio un tanto drástico a uno apenado.
— Yo... No... Yo lo siento — fue lo último que alcanzó a decir con un rostro de preocupación antes de caer en un sueño profundo.
En la mesa de la habitación, hacia su bolso con sus pertenencias. Una cartera con sus identificaciones, tarjetas y una foto pequeña de Camille cuando era niña al lado de su padre. Su celular no era muy llamativo a simple vista, sin contraseña y en modo avión para aquella sesión de relajación. Entre otras cosas estaban las llaves de su departamento, del coche y de su consultorio; una cosmetiquera con algo de maquillaje y un pequeño botiquín de emergencia.
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Post by Sasha Kozlov on Dec 24, 2021 19:37:31 GMT
— No, no, discúlpame a mi por empezar algo que sabía no podría seguir… — Susurró después de que ella cayera ante el sueño.
Cuando notó que la pelirroja se había quedado profundamente dormida, no pudo evitar soltar un frustrado suspiro al mismo tiempo que recargaba los antebrazos en la camilla y bajaba la cabeza para ver el suelo un momento. Tal vez había hecho un movimiento muy tonto, pero la chica era bastante atractiva… Y el hambre un desgraciado.
De nuevo se reincorporó para ver a la joven que se había quedado dormida en su cama. Por un momento la observó en silencio mientras movía la toalla que cubría sus pechos y llevaba su otra mano libre hasta su ropa interior. Anteriormente había notado su ligera humedad, pero en esos momentos no estaba para ponerse a investigar aquello, incluso si quería. Terminó de desvestirla, intentando mantener una mirada indiferente ante la desnudes de la pelirroja. Fácil, pero falso.
— Ven aquí Babooshka… — La cargó en brazos, cual princesa, con bastante cuidado ya que estaba dormida— Espero estés soñando conmigo…
La cargó hasta la tina de madera, lista para que ella entrara anteriormente. El agua estaba perfecta en temperatura y aunque fue un poco complicado introducirla sin terminar mojado, al final logró hacerlo. Procedió a improvisarle una almohada con una toalla y tras asegurarse de que estaba perfectamente acomodada. Sin riesgos de resbalarse o haber quedado en alguna pose incómoda, besó una última vez sus labios y caminó hacía el bolso de la chica al mismo tiempo que sacaba su propio teléfono.
Pasó frente a un espejo en su camino hacia una de las cómodas sillas de la sala y al ver su reflejo en el espejo, no pudo evitar sonreír un poco por sus labios ligeramente tintados con el labial de la doctora. Tomó una foto de su rostro y procedió a sentarse a un lado de la tina, donde estaba ella y a quien también le tomó la fotografía de su rostro durmiente.
— Ahora si, veamos que hay por aquí… — Tomó el celular de ella.
Lo primero que hizo fue fijarse en la batería de su celular, no planeaba usar mucho de esta para que no fuera sospechoso y haciendo aquel chequeo rápido, fue donde se dio cuenta que el teléfono de ella estaba desbloqueado, algo que hizo que volteara a verla con una ceja arqueada. “Enserio?” preguntó en sus adentros mientras negaba con clara decepción.
— Eres una doctora Marcet, deberías tener esto bloqueado… — Comentó soltando un suspiro— Bien, mejor para mi…
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Post by Camille Marcet on Dec 24, 2021 23:51:51 GMT
El cuerpo de la pelirroja estaba completamente rendida ante los brazos de Morfeo. Los movimientos cuidadosos de Sasha fueron lo suficientemente sutiles para que todo pasara inadvertido. A lo mucho un ligero quejido cuando asentó su cuerpo en el agua.
Un celular que dejaba ver un tanto el presupuesto de algunas cosas que tenía ella, sin embargo la pantalla estaba un tanto rota de una esquina. La estaba alrededor del 86% de la batería, era una mujer que procuraba tenerlo siempre cargado ante... alguna emergencia. Al desbloquear el teléfono podría ver que en el fondo de pantalla se encontraba el mismo lugar que en una de sus fotos de redes, una cabaña en el bosque. Habían pocas aplicaciones aparte de lo básico. Calendarios, redes sociales, un pequeño ajedrez entre otras mas irrelevantes.
Los mensajes de texto estaban todos abiertos y siempre procuraba ser ella la última en hablar; los temas solían ser algo casuales, citas con un psicólogo, expedientes, algunas conversaciones en otro idioma e incluso el absoluto rechazo a un hombre por mensaje. De toda la bandeja de entrada, lo que más saltaba a la vista era el último mensaje que recibió justo cuando llegó al Spa; "O. Sullivan 🐦", era el nombre de aquella persona, la única persona que tenía si quiera un emoticón para decorar el simple teléfono de la pelirroja.
Era lo único que mostraba el preview, para saber más allá a lo que se refería tendría que abrir el mismo mensaje. Todo parecía tener acceso salvó algunos álbumes dentro de la galería de Camille, tenía el lector de huella en los álbumes titulados "Caso" y "Groff Marcet"
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Post by Sasha Kozlov on Dec 28, 2021 16:16:07 GMT
Quería revisar todo lo que la pelirroja escondía, desde lo más insignificante, hasta lo más importante, pero no podía darse ese lujo, a lo mucho una revisada rápida de sus fotos más personales o lo que consideraba mejor… Revisar sus conversaciones. Se echó el cabello hacia atrás mientras se acomodaba mejor en la cómoda silla y decidía una última vez si revisar o no ese mensaje que botaba sobre los demás. “No… Demasiado arriesgado, soy curioso, pero no estúpido”, negó con su cabeza mientras abría conversaciones viejas, pero recientes.
No iba a negar que la curiosidad de esa “cita” lo había dejado inquieto, pero sabía que con lo otro sería más seguro y fructífero, eso si, no iba a olvidar ese nombre que de entre los demás “resaltaba” con el emoticono. Empezó a moverse entre los chats, conversación que miraba como citas médicas las pasaba de largo y no gastaba la batería en ellas. Buscaba algo más oculto, más personal… Algo que le contara más sobre ella y quienes la rodeaban.
— Veamos, tú no me agradas… — Comentaba a cierto contacto— Tú eres muy feo, dudo que te ponga atención. A ti tampoco. Meh. Aburrido. Feo. Raro. Local de comida… — Deslizaba su dedo por los chats, juzgando todo a su paso.
Estaba bastante alerta con lo que hacía, si bien se concentraba en el celular, a ella la volvía a ver de vez en cuando. No había usado su habilidad en ella como para que fuera a quedar noqueada por mucho tiempo. Había sido uno profundo como para que se cuestionara todo cuando despertara, pero no largo.
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Post by Camille Marcet on Jan 5, 2022 1:38:26 GMT
A medida que fue deslizando su curiosidad por aquella bandeja de entrada, más allá de conversaciones de trabajo, estaban las familiares, invitaciones a reuniones que terminaban denegadas por parte de la pelirroja; en todas se dejaba ver como una mujer fuerte, tranquila y... una bastante ocupada. ¿Pero solo en el trabajo?
Dentro de algunas conversaciones, resaltaba una además del mensaje emergente del inicio, un chat con una chica notablemente más jóven que ella, pero no llevaba por ningún lado algún nombre que pudiera relacionarlas como familia... la chica buscaba a Camille como si fuera miembro de una. La pelirroja respondía amablemente y con cariño, pero al final caía en la misma negación de acercarse a convivir. ¿Qué hacía que Camille se negara tanto? ¿Qué la detenía?
Bajando más por la lista de contactos llegaría al de uno que compartía quizá demasiado... era fácil suponer solamente por la imagen de perfil que se trataba de la madre de la danesa, una mujer de edad más avanzada, elegante, de primera impresión se veía como una mujer estricta... más que Camille; el parecido entre ambas era bastante grande, siendo las miradas de ambas mujeres lo que podía verse el contraste. Por un lado, la mirada de su madre se veía con coraje, molestia... a diferencia de su hija, quien en sus ojos podías navegar en un mar de melancolía y nostalgia. Esa conversación era la única en donde la chica parecía bajar la cabeza y aceptar los comentarios, más que luchar y defenderse.
Definitivamente no era la madre más agradable, respirando en el cuello de Camille sobre su vida, echando en cara una tras otra ese apellido "Groff", entonces habían más hombres en la vida de ella, al menos así parecía como lo pintaba la Sra. Marcet.
Se escuchó un ligero quejido provenir de la pelirroja que yacía en la bañera, su rostro se frunció un tanto, moviendo un poco la cabeza para acomodarse, sentía todo el cuerpo pesado, comenzando por sus párpados, pero no tardaría en despertar de aquel encanto que le había dado Sasha.
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