[[ Afinidad dispareja ]] [Privado]

Estaba a punto de ponerse de pie para dar una ronda por el bar y ver si efectivamente la joven Caliope se iba a presentar esa noche, igual ya a ese punto había sacado su celular para enviar algún mensaje en privado, aunque esa movida no le agradaba mucho, menos porque no era como si hubieran acordado una cita formal, más bien había sido un: “iré a verte un día de estos”, “feliz de que lo hagas, te invitaré un trago”.
Por suerte ninguna de sus intenciones termina siendo necesaria, pues justo el ambiente del bar vuelve a ser el de un show y ahí estaba… Rubia, cabello corto, ojos verdes. Era la misma chica que había visto en el chat.

Termina relajándose una vez más en su asiento, su espalda que estaba erguida, la relaja contra el respaldo, mientras escucha durante todo ese rato la actuación de la joven. No iba a negar que algunas palabras se le iban por todos lados, pues aun le costaba el idioma, pero al menos estaba seguro de que era buena cantando y de que tenía una preciosa voz.

Conforme avanza su actuación, llega un punto en que suelta un bajo silbido, audible solo para él, al mismo tiempo arquea una de sus cejas, pues lo había tomado en curva ver el alto coqueteo de la joven. No lo veía mal, solo que su percepción de ella por el chat había sido distinta… “Igual, no es como que hubiéramos hablado mucho como para asumir algo... ”, gira sus ojos ante su propia realización al mismo tiempo que se termina su cerveza de un trago.

Pasando los minutos y viendo que por fin había terminado, se pone de pie para ir hacia ella, pero si quiera va a saludarla correctamente, escucha sus nerviosas palabras que lo hacen nuevamente arquear una de sus cejas, aunque esta vez con su rostro ligeramente ladeado.

— ¿Te olvidaste? — Pregunta aquello negando despacio— Creo que hizo falta comunicación, eso es todo, pero… Al final, estoy aquí y te escuché cantar. Fue lo planeado

Le habla con voz, seria, firme y alta, siendo militar era un tono normal para él, uno que podía meterlo en problemas a veces. Como lo demostró en el chat cuando envió el audio; tenía un muy buen manejo del idioma, sabía acomodar bien sus palabras y hablar en diferentes tiempos… Solo tenía una pronunciación torpe.

— Kinoshima Gonryu, puedes llamarme como gustes... — Hace una reverencia corta, de solo su cabeza, esto por inercia— Cantas bastante bien, no es mi género musical, pero me hiciste disfrutarlo bastante — Sonríe ligeramente al decirle aquello— Y…

Ahora que estaba de frente a ella y había pasado la presentación, no le cuesta enfocarse en el tamaño que tenía la chica. Estaba consciente de que él tenía altura extra, pero ella… Estaba seguro de que ni siquiera llegaba al promedio de altura en Japón.

— Vaya, eres más pequeña de lo que pensaba — Comenta burlón, alzando su brazo derecho para marcar hasta donde le llega.

Nota la clara incomodidad de la chica, realmente no esperaba esa reacción y lo demuestra por como arquea una de sus cejas, al mismo tiempo que sonríe un poco, solo una media sonrisa en verdad. No era su intención burlarse para molestarla, después de todo él tampoco tenía una altura muy estándar y aunque la situación era toda la opuesta a ella, seguía pasando por burlas hasta la fecha.

— Lo siento, no era mi intención molestarte — Comenta aquello encogiéndose de hombros— Solo que es bastante notorio entre ambos "la maldición" —Hace comillas con sus manos— De la altura…

Tendría más cuidado con aquello, aunque conociéndose, seguramente iba a terminar bromeando con lo mismo en cualquier momento. El tacto de la chica lo hace bajar la mirada por un momento, había tomado su mano zurda por lo que por inercia la empuña para evitar que sienta la ausencia de dos dedos. Esa misma inseguridad es la que hace que termine apartando la mano de ella después de un par de pasos caminando juntos, esto lo hace con un movimiento sutil, pues no quería ser irrespetuoso con ella.

Toma el banco que estaba a un lado de donde ella se sentó y como la chica, toma asiento a su lado, pero acomodado de frente a ella más que de lado. Coloca uno de sus codos en la barra mientras que el otro brazo, el zurdo, lo deja relajado sobre su propio regazo. Al igual que ella, saluda nuevamente a la camarera que al parecer era ya conocida de los dos, que al escuchar la petición de la joven chasquea sus dedos mientras voltea a señalar al pelinegro.

— Cerveza Asahi, ¿verdad? — Pregunta burlona.

Sonríe ante la asertividad de la camarera, aunque más bien era culpa de él por pedir siempre lo mismo. Por suerte, por ambos pedir algo ya preparado, la chica no tarda nada en llegar con sus respectivas bebidas y un par de vasos altos en caso de que decidan verterla, algo que al menos él decide hacer.

Casi todo ese rato se había mantenido en silencio, más que anda interactuando con la joven camarera que desocuparse de ellos, continúa su trabajo habitual en el resto de la barra y otras mesas. Ahora que se habían quedado solos, se inclina ligeramente hacia ella, esto para no tener que estar gritando por los ruidos del bar y sobre todo la música en vivo que había comenzado una vez más.

— Oh, cierto. No pude acercarme hace rato por los muchos hombres que estaban cerca del escenario, pero… — Lleva su mano libre hacia el bolsillo de su chaqueta del cual saca algunos billetes— Si vuelvo a venir, intentaré sentarme más cerca la próxima… Aunque no se veía muy cómodo con tanto idiota al rededor —Deja cerca de su cerveza el dinero.

Su expresión incomoda se vuelve evidente ante las palabras directas de la rubia. Tenía razón, pero con ese comentario hacia los de la primera fila, le había quitado sus intenciones de sentarse más cerca. “Igual puedo darle el dinero después…” piensa aquello, mirando hacia otro lado y dándole un trago a su cerveza. Lo que menos quería era verse como esos hombres, ni para ella, ni nadie más, no era un fanático de los ojos ajenos sobre él.

Gira su rostro hacia ella de nuevo, esta vez ladeando la cabeza y sonriendo un poco. Por la expresión ligeramente arrogante que tenía, era obvio que estaba confiada de aquello que ella también se había dado cuenta. Aunque esas cualidades que estaba halagando ella, no eran tan naturalmente suyas, si no impuestas.

— Algo bueno tenía que dejarme el ejército… — Comenta aquello rodando los ojos y prestando más atención a lo que dice— Este lugar es bastante tranquilo, pero un bar siempre será un bar lleno de personas desconocidas… Por suerte es raro que se quede muy solo este lugar-

Sus intenciones de seguir con aquella conversación se ven interrumpidas por la presencia de la mesera a quien ve con su ojo azul. Rápido entiende que es lo que está pasando tras escuchar las palabras de la joven mesera, junto con el sincronizado giro de cabeza que hace junto con la rubia para voltear a ver al desconocido.

— Nunca he entendido este gesto tonto… — Toma el coctel de la mesa— Le mandas una bebida a alguien pero — Pone una mueca de confusión— ¿Cómo sabes si le va a gustar a la persona? Tal vez es la bebida que más odie o tenga algo a lo que sea alérgico… Y en el peor de los casos — Se bebe de un trago la bebida— Hmgg… Tenga algo —Carraspea un poco a causa del alcohol.

Tras beber aquello voltea su mirada hacia el hombre quien le había invitado la bebida a su ahora compañera de la noche. Alza su mano para darle un saludo corto, junto con una expresión burlona, aunque mezclada con clara molestia. No le agradaban los hombres como él, no confiaba en ellos y el hecho de que tuviera el atrevimiento de hacer eso, cuando claramente estaba acompañándola, también le había pegado en el ego.
Un tanto irritado con la situación, termina por subir su pie sobre el banco de la rubia, en el área donde estaba el refuerzo de las patas. Aunque sus gestos no eran tan intencionales, esperaba que aquello fuera suficiente para espantar por el momento a sus "admiradores-moscas". Él por su parte, en medio de su ligera frustración, solamente gira su cabeza hacia un lado, apartando la mirada de ella en lo que da un par de tragos más a la cerveza.

— Tranquila, dudo mucho que Jolyn se preste para algo como eso — Comenta mirando de reojo a la camarera— Me refería más a las bebidas que venían directo de desconocidos… Igual si te interesa la bebida, te la compro yo — Arquea una ceja tras decir aquello.

Tenía razón en lo que decía ella, no debió tomarla, además, no había considerado por completo el hecho de que ella tal vez si quisiera la bebida, por suerte ella misma le termina confesando que no iba a tomarla… Ahora sí había valido la pena hacer eso, solo con ver el rostro de aquel sujeto cuando lo hizo. Se encogió de hombros por un momento y simplemente siguió con su cerveza que casi se terminaba también. Era un bebedor rápido después de todo y bastante tolerante al alcohol.

— Y volviendo al tema, entiendo eso. Tenemos que hacer, lo que tenemos que hacer — Voltea a verla al rostro por un momento— Igual, no podría juzgarte por exponerte algo cuando soy militar — Suelta una risa baja.

Por varios minutos mantiene una plática ligera con ella, cosas superficiales, sobre todo de lo que había estado pasando en la ciudad últimamente; los cortes de servicios, noticias, los chats, los problemas en las calles, escuela, trabajo, etc etc. A ese punto él ya se había sentado más correcto en el banco y tenía frente a él otra cerveza vacía; era la tercera que sea acababa después de aquel cóctel.


Llevaba un par de minutos donde no se había podido concentrar del todo en la chica, mantenía la cabeza un poco baja, viendo la barra y su mano diestra sobre su cabeza. Un gesto que al comienzo hacía poco, pero ahora era bastante constante. Con el paso de los minutos se había empezado a marear. El alcohol lo había atacado de golpe y ahora era notorio incluso para ella, pues incluso su rostro estaba ligeramente sonrosado del área de sus mejillas.

— Eh… Cari.. Caliope, vuelvo en un segundo — Comenta aquello mientras se ponía de pie.

Apenas apoya todo su peso en sus piernas, rápidamente termina sentándose de nuevo en aquel banco, esta vez con su cabeza agachada hacia los muslos de la rubia y con uno de sus brazos sobre la barra para sostenerse un poco más. Su mano estaba hecha puño, demostrando su frustración con la situación ante aquel horrible mareo, por suerte no era para él y todos a su alrededor, no era alguien problemático al ponerse borracho, pero eso no evitaba que se convirtiera en un inútil como todos en ese estado.

— Mendokuse… — Se le sale su lengua natal mientras se agarra la cara de nuevo.

La cabeza le estaba dando vueltas, por suerte había sido algo momentáneo y hasta cierto punto se seguía sintiendo consciente de lo que hacía, pero todo parecía ir más lento y pesado. Serían unos seis años desde la última vez que llegó a sentirse de esa manera a causa del alcohol y no era una sensación que extrañaba. Tal vez la bebida si tenía algo? O tal vez el alcohol de esta había sido muy engañoso, más sus cervezas, tendría sentido que hubiera terminado así.

— Ugh por eso odio los cócteles… — Comentó bajo, de nuevo irguiendo su espalda— Estoy bien y tengo auto, me sentaré en el un momento… ¿Quieres ir? Espera… No, eso.. No tiene sentido — Negó despacio tras decir aquello.

En esos momentos no quería seguir dentro del bar, el ruido estaba molestando sus oídos y cabeza e incluso los olores, eran incómodos. Además, su instinto militar le pedía a gritos salir de ese lugar estando así de “vulnerable”, a pesar de que no hubiera algún peligro en especial.

Una vez más se puso de pie y contrario a la primera, logró mantener el equilibrio, pero eso no quitaba que estuviera bastante ido mentalmente ya que casi se va sin pagar su parte de la cuenta, algo que alcanza a corregir, girándose hacia ella para sacar su cartera del bolsillo de su pantalón y torpemente entregarle a la rubia varios billetes que pagaban de más su cuenta… Incluso la de ella.

Levantó su cabeza con incomodidad hacia el techo, para sacudirla un poco en un intento de dejar de sentirse de esa manera, pero solo eran movimientos irracionales que no podía evitar hacer dada su alcoholización. Cuando de nuevo bajó la cabeza, esta vez lo hizo para verla fijamente por un momento y tras unos segundos en silencio, simplemente alzó su mano derecha para acariciar despacio su cabeza, como si de un cachorro se tratara.

— Me voy a… Eh…Tú — Cerró sus ojos un momento, le costaba traer el francés a su cabeza— Nos vemos pronto — Comentó resignado y soltando un pesado suspiro.

Con ese pésimo intento de despedida y sin siquiera esperar a que ella le conteste, comienza a caminar despacio y lo mejor que puede hacia la salida del bar. En parte había estado ignorando algunas cosas que la joven rubia le mencionaba, pero su cerebro en esos momentos no procesaba bien todo lo que pasaba, solo quería irse a su auto y no ser peso muerto para ella.

Apenas salió del bar sintió como el aire helado de la noche lo hizo sentir nuevamente un golpe en su equilibrio, por lo que rápido terminó sujetándose de uno de los muros que tenía más cerca, por suerte aquel bar se encontraba entre los angostos callejones de la ciudad.

Tras unas leves palmadas que se dio a sí mismo en el rostro para despabilar mejor, comenzó a caminar de nuevo, aunque pocos pasos dio antes de sentir el agarre de la joven que, contrario a anterior, no se sacó de su agarre. Solamente se quedó quieto un momento para de nuevo voltear hacia ella y verla con confusión.

— ¿Qué pasa? — preguntó bajo, quedando cara a cara con ella.

Aunque estaba bastante atontado con el alcohol en su cuerpo, estaba lo suficiente consciente como para haber notado que se había espantado con algo o alguien. Su expresión lo hizo abrir un poco más sus bi colores ojos y que comenzará a ver de un lado a otro intentando buscar al culpable de los nervios de la chica. Pero el callejón estaba prácticamente solo, siendo solo la entrada del bar la que se veía con algo de movimiento.

Como no había visto algo en especial y su cerebro no funcionaba al cien, en esos momentos, lo único que se le ocurrió para ayudarla fue llevarla con él, pero antes de mover un pie, se quitó su chaqueta para ponerla encima de la cabeza con relativo cuidado.


Tras aquel gesto se limitó a tomarla de la mano, con aquella que en su momento le había apartado —a ese punto estaba bastante inconsciente de lo que hacía como para preocuparse de esconderla— y simplemente siguió su camino por el callejón hasta salir de este, solo que esta vez con un paso más apurado. Había acelerado su paso para escapar más rápido de cualquiera fuera la situación en la que se había metido la chica.

Fuera del callejón pegó su espalda contra el muro de lo que parecía ser una tienda de electrodomésticos y aun de su mano, la jaló despacio hacia él para que imitara lo que acababa de hacer él, solo que contra su cuerpo en lugar del frío muro.

— Espera… Me mareé — comentó bajo y fastidiado, agarrándose la cabeza con su mano libre— Lo siento, solo quedémonos en el auto un momento...