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Post by Francesco Baglioni on Oct 25, 2021 14:37:16 GMT
Había decidido ir a buscar a la muchacha con la que había platicado el día anterior, sus malas experiencias le decían que podía tratarse de una trampa para robarle su dinero, lo cual, dado el mundo actual, no era tan descabellado, pero algo en su misma naturaleza oscura parecía bastante calmo, como su nada le advirtiera de algún peligro, y, su experiencia laboral, le decía que ella parecía ser sincera al hablar, de manera que se encontraba caminando al distrito rojo en horas de la noche. Vaya idea brillante.
Decidió dejar de lado su ropa tan... "Clásica", y ponerse algo más casual, una camisa sencilla, pantalón de mezclilla, el cual odiaba, y unos zapatos deportivos oscuros. Llevaba en un pequeño paquete de papel un abrigo, el libro sobre las estrellas y llevaba dinero para pagarle lo suficiente para asegurarse de que no pasara hambre unas pocas semanas si lo administraba correctamente. Merodeó por algunas calles hasta que dio con el puesto ambulante. Después de titubear un par de segundos se acercó al fin, con algo de cautela.
-Buenas noches... ¿Evangeline?
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Post by Evangeline Bonsaquet on Oct 27, 2021 4:40:56 GMT
Hace unas pocas noches habia platicado con un hombre que para los ojos de ella, se leía bastante agradable e incluso amable, quien se compadecía por su situación actual. Contenta preparo todo previamente para una sesión de cartas; pues no podía aceptar el dinero sin algo a cambio. Con incienso y varios cristales alrededor de su pequeño hogar se aseguro que sus muñecas asi como juguetes varios estuvieran en su lugar. La oscuridad se extendía cada vez mas hasta alcanzar todo el cielo. Entre varios atajos y calles que parecían no tener un fin, poco a poco la reducida comunidad de gitanos así como sus caravanas pronto comenzaban a ser mas claros para ojos ajenos en el distrito rojo. Hombres y mujeres fuera de sus hogares haciendo varias actividades cotidianas hasta danzar y tocar canciones a la brillante luna.
La muchacha salió para recibir al caballero de nombre Francesco. En cuanto pronuncio su nombre, la castaña sonrió. Sus ropas eran ligeras y sencillas, una blusa de un tono claro así como una falda larga y colorida, con cabello suelto y su típica arracada recibió a su invitado nocturno.- ¡Buenas noches! Me alegra que haya encontrado el camino hasta acá, pase porfavor -Mientras lo dejaba pasar al interior de su remolque dejo que este tomara asiento en la silla donde pronto tendrían su sesión.- ¿Gusta algo de tomar? Me encantaría que estuviera relajado antes de empezar. Si siente algún malestar durante la reunión y desea un descanso avíseme sin problemas -Dijo de antemano, casi en automático.
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Post by Francesco Baglioni on Oct 27, 2021 14:37:45 GMT
No iba a negar que la aparición de tanto gitano había llamado su atención, sabía que en su mayoría no eran malas personas, pero había tenido algunas malas experiencias en el pasado, aun así no desistiría de su trabajo esa noche. Entró en el pequeño espacio y se quedó de pie contemplando todo su entorno.
-Bueno... -No necesitaba beber nada, sin embargo, tampoco es como que fuese a morir si lo hacía, seguramente bebería solo un par de sorbos- Supongo que un té estaría bien.
De encogió de hombros y terminó de entrar, hasta un espacio donde pensó que podía sentarse. Dejó el paquete a un lado y mirando su alrededor llegó a la conclusión de que las caravanas gitanas eran lo que menos había cambiado con el paso de las décadas.
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