Tristán O'Connor

Tristán era producto de una aventura de su madre arpía con una esfinge durante un tiempo en que su esposo estuvo en un viaje de negocios. Fue así como nació él, siendo pelirrojo como su madre, pero con unos ojos grises que marcaría la diferencia entre él y sus hermanos; no solo eso, sino que su tono de piel era distinto, moreno como la canela y muy distinto de la piel lechosa de los demás. 

Aunque de joven deseaba conseguir la aprobación de su madre y su esposo, nunca pudo obtenerlo; prefiriendo entonces irse de Islandia, su hogar desde que tiene memoria, para iniciar su segunda carrera como médico cirujano y tomando sus prácticas en el Hospital Hôtel-Dieu. Con un trabajo decente, más los ingresos que obtenía como psicólogo en un despacho privado en la ciudad de Mystery City; la mayor parte atendiendo personas con crisis de identidad, algunas con problemas de pareja por ocultar secretos a sus parejas humanas y otras con deseos de tener hijos pero con miedo a lo que podría hacer la ley si se atrevían a ello. 

Pese a que la carga de trabajo era pesada, no le parecía nada del otro mundo. Esa era su vida y al menos se sentía feliz con ella. Mientras tuviera comodidad con su pequeña casa con rascacielos y plantas por todos lados en su invernadero, para él la vida sería el hogar perfecto. Al menos eso así era hasta que notó entre la lista de sus pacientes a un odioso español que se creía un galante y, por mucho que así fuera, Tristán temía que él siempre vagara por los pasillos del hospital. 

Porque por mucho que la ciudad estaba bien oculta, había entradas que solo podrían acceder en ese edificio y sentía como una obligación suya el detener a cualquiera que estuviera curioseando entre las puertas y paredes del antiguo lugar.