Post by Kumo Inari on Jan 5, 2022 23:02:48 GMT
"𝒩𝑜𝓇𝓂𝒶𝓁 𝒾𝓈 𝒶𝓃 𝒾𝓁𝓁𝓊𝓈𝒾𝑜𝓃. 𝒲𝒽𝒶𝓉 𝒾𝓈 𝓃𝑜𝓇𝓂𝒶𝓁 𝒻𝑜𝓇 𝓉𝒽𝑒 𝓈𝓅𝒾𝒹𝑒𝓇 𝒾𝓈 𝒸𝒽𝒶𝑜𝓈 𝒻𝑜𝓇 𝓉𝒽𝑒 𝒻𝓁𝓎."
NOMBRE:
Kumo Inari- クモ 稲荷
EDAD:
150 años (Aparenta estar en sus 20's)
RAZA:
Jorōgumo
oficio humano /oculto:
Interprete de koto / acompañante
Distrito de residencia:
Distrito Rojo
STATS
Fuerza: ★★
Social: ★★★
Agilidad: ★★★★
Resistencia/Salud: ★★
Inteligencia: ★★★★
Social: ★★★
Agilidad: ★★★★
Resistencia/Salud: ★★
Inteligencia: ★★★★
HABILIDADES
Arpa nocturna: música realizada con su propia telaraña. Sirve para atraer a sus víctimas haciéndoles caer en una especie de hipnosis que dura un turno.
Control arácnido: capacidad de controlar mentalmente a otras arañas pequeñas que estén cerca de su posición. Sirve para atacar con ellas a sus enemigos.
Colmillo venenoso: sustancia que puede ser introducida a través de una mordida que paraliza a su objetivo durante un turno y provoca alucinaciones.
Control arácnido: capacidad de controlar mentalmente a otras arañas pequeñas que estén cerca de su posición. Sirve para atacar con ellas a sus enemigos.
Colmillo venenoso: sustancia que puede ser introducida a través de una mordida que paraliza a su objetivo durante un turno y provoca alucinaciones.
Personalidad:
Sereno / Elegante / Astuto / Ágil / Desconfiado / Ambicioso / Ceremonioso / Solitario / Temperamental
Siempre inexpresivo y aparentemente tranquilo, Inari es más complejo de lo que su sonrisa profesional pudiera aparentar a simple vista. La falta de interacción en su juventud y los pocos encuentros con humanos lo hicieron desarrollar una personalidad algo huraña, sumamente desconfiada y no muy adecuada para estrechar lazos con nadie. Cree que las personas siempre buscan algo más allá de lo que dicen y que nadie hace nada sin dobles intensiones o sin buscar un beneficio para sí mismo, incluyéndolo, así que no es propenso a mostrarse vulnerable o demasiado abierto con nadie más allá de lo estrictamente necesario por su trabajo.
A lo largo del tiempo ha logrado desarrollar lo que el llama su modo de trabajo, mostrándose encantador, y de fácil acceso para atender a sus clientes, pero en la realidad es muy raro verlo disfrutar genuinamente de la compañía de alguien, o sonriendo honestamente. Se molesta con facilidad, suele ser algo malhumorado, un obseso de los modales y la limpieza y es bastante resentido, no olvidará fácilmente las ofensas que sufra.
Por su falta de interacción con otros no sabe ser casual, siempre se comporta grácil y muy ceremonioso, usando lenguaje rebuscado para sonar interesante y educado, dentro de sí hay muchas cosas y sentires que desconoce y una sensación de soledad profunda que lo invade constantemente pero son cosas que nunca demostraría a los demás. En su lugar prefiere mantener aquella máscara de frialdad e indiferencia que lo hacen llamativo.
Historia:
Los demonios como él debe aprender a arreglarselas solos ¿Quién necesita a otros si se tiene a sí mismo? al menos eso es lo que Inari cree.
Solo desde pequeño creció en las profundidades de un bosque poco concurrido en los límites de una isla en Japón, en una rutina serena y sin grandes cambios, sin más compañía en las horas solitarias que la de su música.
Al principio los humanos le causaron curiosidad, mirándolos pasear ocasionalmente por el bosque, rondar alegres su refugio, fue solo natural el querer acercarse, pero a las malas aprendió que el miedo podía ser un fuerte enemigo, y no queriendo salir más herido después de los pocos intentos en los que trató de acercarse, abandonó la idea, resintiéndose con los que cuestionaron su existencia. Tras haber asustado por años a los curiosos, dejándolos creer que un monstruo asesino dominaba el bosque para alejarlos de su hogar, el jorogumo pasó décadas de tranquilidad, con solo él y su koto, al menos hasta que los hombres comenzaron a hacerse más temerarios. Impulsados por el auge del terror y lo paranormal cada vez más y más curiosos comenzaron a invadir los alrededores, buscando al monstruo que se ocultaba allí según las leyendas. Fue allí cuando sintiéndose amenazado ( y más que molesto por la perdida de privacidad) Inari decidió abandonar el lugar
Vagando por tierras que nunca se había molestado antes en explorar vio y aprendió nuevas cosas que en aislamiento nunca habría conocido, y al observar a los demás interactuar algo hizo click en su cabeza , la compañía en su mayoría es más que solo rozarse entre personas, todos buscan algo, un deleite en la interacción, algo que la vuelva memorable y las geishas y taikomochis eran un ejemplo claro de ello, inspirado por la historia de su país y buscando hacerse un camino para abrirse paso decidió abrazar aquel estilo y mudarse, los rumores y pequeñas interacciones con otros selenos lo hicieron saber de las ciudadelas, y llegó a París queriendo establecerse en una ciudad lejana, cerca de “casa” seguramente habrían más seres como el, y para el éxito la novedad era importante, así llegó a Mystery City.
Actualmente maneja una modesta casa de té presentándose para tocar su música o presar su compañía a quien la solicite, quiere ser un taikomochi de gran prestigio en el distrito rojo y elevar su pequeño negocio, no solo tocar ocasionalmente, si no que la gente acuda a conversar y escucharlo, que quieran verlo. “No soy una prostituta, soy un artista” murmurará cada vez que alguien desvalorice o malinterprete su trabajo y siempre dejara envuelto en telaraña a cualquiera que le falte al respeto a su profesión, vive en el distrito por los centros nocturnos y porque tiene poco dinero pero espera pronto hacerse de un renombre que haga que los demás miren con otros ojos la zona.
Datos curiosos:
Los humanos siguen causándole un gran desagrado hasta la fecha, por lo que su trato incluso con los mestizos no suele ser del todo amable.
No le gusta realmente fumar, pero cree que la pipa le da algo de estilo por lo que la usa de todos modos.
La casa de té suele estar repleta de arañas y no es raro ver a Inari charlando con ellas, asegura que le traen los mejores chismes.
Ama dormir colgado del techo de su hogar.
Tejer y envolver cosas (como regalos) son pasatiempos que disfruta mucho y que suele hacer cuando se siente tenso.
Le disgusta ser ridiculizado, las personas que temen a las arañas, insecticidas y la falta de modales, no duda dos veces en echar lejos de su establecimiento a cualquier idiota que se ponga pasado.
Nombró a su koto Reizei y no deja que nadie además que él e ponga un dedo encima.
El frío lo afecta bastante y es propenso a resfriarse seguido, aún así suele ignorarlo y mantener los hombros descubiertos.
Es un asco usando el internet, tanto tiempo aislado lo volvieron todo un boomer, por lo que si escucha a alguien parlotear sobre e-bay, tinder o esas cosas seguramente solo lo mirará sin saber de que rayos habla.
Le gusta mantener un estilo bastante tradicional en todas sus cosas, ayuda al encanto de su profesión por lo que la casa de té tiene un aspecto bastante folclórico.
Su trabajo es meramente artístico, vender meramente su compañía y se considera a sí mismo un artista del entretenimiento por lo que no llega más allá de coqueteos y lecturas insinuantes, jamás contacto físico, cualquier atrevido que quiera ponerlo a prueba seguramente terminará mordido.
Su estancia en la ciudad lo ha llevado a volverse algo otaku de closet, tiene una fascinación por las magical girls pero eso es algo que jamás admitirá ante nadie.
La casa de té suele estar repleta de arañas y no es raro ver a Inari charlando con ellas, asegura que le traen los mejores chismes.
Ama dormir colgado del techo de su hogar.
Tejer y envolver cosas (como regalos) son pasatiempos que disfruta mucho y que suele hacer cuando se siente tenso.
Le disgusta ser ridiculizado, las personas que temen a las arañas, insecticidas y la falta de modales, no duda dos veces en echar lejos de su establecimiento a cualquier idiota que se ponga pasado.
Nombró a su koto Reizei y no deja que nadie además que él e ponga un dedo encima.
El frío lo afecta bastante y es propenso a resfriarse seguido, aún así suele ignorarlo y mantener los hombros descubiertos.
Es un asco usando el internet, tanto tiempo aislado lo volvieron todo un boomer, por lo que si escucha a alguien parlotear sobre e-bay, tinder o esas cosas seguramente solo lo mirará sin saber de que rayos habla.
Le gusta mantener un estilo bastante tradicional en todas sus cosas, ayuda al encanto de su profesión por lo que la casa de té tiene un aspecto bastante folclórico.
Su trabajo es meramente artístico, vender meramente su compañía y se considera a sí mismo un artista del entretenimiento por lo que no llega más allá de coqueteos y lecturas insinuantes, jamás contacto físico, cualquier atrevido que quiera ponerlo a prueba seguramente terminará mordido.
Su estancia en la ciudad lo ha llevado a volverse algo otaku de closet, tiene una fascinación por las magical girls pero eso es algo que jamás admitirá ante nadie.
Imagen de referencia: