Post by Ciro Santamaría on Jan 11, 2022 22:27:46 GMT
Resultaba increíble como en tan solo unos días la vida del español había dado vueltas emocionales tan dramáticas que apenas si podía procesar lo que sentía. Se mostraba bien en público, según él, pero la sonrisa cordial por compromiso se perdía cada vez más rápido en su rostro. Y lo más triste es que siempre supo que solo era cuestión de tiempo para que sucediera. Entre el shock por el reencuentro con Charlie y la ansiedad de darse cuenta que quería a la rubia de vuelta en su vida, ¿qué podía esperar sino un colapso?
Técnicamente estaba en buenos términos con la irlandesa, su charla privada sentaba las bases para ser amigos, y si bien él tenía sus dudas sobre hasta dónde quería llegar con eso de la amistad, por el momento le bastaba... Y aun así, aun insistiendo en que no había un deseo masoquista de volver a la toxicidad, todos a su alrededor le pedían checarse. El punto de aceptación fue cuando su mejor amigo llegó de la nada a decirle que todos lo consideraban tan blando como comida para ancianos... Al principio le enojó la comparación, pero después le dolió con creces al saber que la propia Charlie lo creía. Ella lo consideraba fácil de pisotear. Así de cruda era la realidad.
Con las cartas sobre la mesa, fue inminente acudir a terapia. Aquello que había estado evitando desde el rompimiento, incómodo de que cualquier cosa que dijera fuera relacionada con el abandono de su madre... Porque efectivamente así era.
El amor que deja, el camino de corazones rotos, incluso la espera del alma gemela que jamás volverá. Todo se relacionaba a la historia de sus padres repitiéndose en él... Lo cual obviamente se sentía mal en más de un sentido. Ni siquiera había que detenerse a hablar de Charlie, pues su relación rota era tan solo un reflejo de sus miedos. Si volvía con ella, terminaría igual, y si la olvidaba y salía con alguien más, también. Siempre lo iban a abandonar.
- Okay, tengo mommy issues. ¿Eso en qué cambia las cosas? - se le notaba frustrado, con el ceño fruncido y acompañando con más ademanes al hablar. La fibra más sensible de su ser estaba siendo sacudida sin piedad. - ¿En qué ayuda saberlo? Sigo sintiendo lo mismo... Seguiré enamorado del amor, y seguiré temiendo lo peor... Solo es información incómoda - y más incómodas eran las preguntas de su terapeuta, insistiendo en reflexionar sobre por qué el español defendía a su madre. ¿Por qué evitar terapia para no hablar mal de ella? ¿Por qué usar el brazalete que ella dejó? El cual por cierto Ciro palpaba bajo la ropa mientras hablaba... El muchacho estaba molesto, aún si no podía enfocar con quién o con qué. Pero por suerte para él, mostrar eso en lugar de sonreír era lo que necesitaba para comenzar a reparar el daño.
Técnicamente estaba en buenos términos con la irlandesa, su charla privada sentaba las bases para ser amigos, y si bien él tenía sus dudas sobre hasta dónde quería llegar con eso de la amistad, por el momento le bastaba... Y aun así, aun insistiendo en que no había un deseo masoquista de volver a la toxicidad, todos a su alrededor le pedían checarse. El punto de aceptación fue cuando su mejor amigo llegó de la nada a decirle que todos lo consideraban tan blando como comida para ancianos... Al principio le enojó la comparación, pero después le dolió con creces al saber que la propia Charlie lo creía. Ella lo consideraba fácil de pisotear. Así de cruda era la realidad.
Con las cartas sobre la mesa, fue inminente acudir a terapia. Aquello que había estado evitando desde el rompimiento, incómodo de que cualquier cosa que dijera fuera relacionada con el abandono de su madre... Porque efectivamente así era.
El amor que deja, el camino de corazones rotos, incluso la espera del alma gemela que jamás volverá. Todo se relacionaba a la historia de sus padres repitiéndose en él... Lo cual obviamente se sentía mal en más de un sentido. Ni siquiera había que detenerse a hablar de Charlie, pues su relación rota era tan solo un reflejo de sus miedos. Si volvía con ella, terminaría igual, y si la olvidaba y salía con alguien más, también. Siempre lo iban a abandonar.
- Okay, tengo mommy issues. ¿Eso en qué cambia las cosas? - se le notaba frustrado, con el ceño fruncido y acompañando con más ademanes al hablar. La fibra más sensible de su ser estaba siendo sacudida sin piedad. - ¿En qué ayuda saberlo? Sigo sintiendo lo mismo... Seguiré enamorado del amor, y seguiré temiendo lo peor... Solo es información incómoda - y más incómodas eran las preguntas de su terapeuta, insistiendo en reflexionar sobre por qué el español defendía a su madre. ¿Por qué evitar terapia para no hablar mal de ella? ¿Por qué usar el brazalete que ella dejó? El cual por cierto Ciro palpaba bajo la ropa mientras hablaba... El muchacho estaba molesto, aún si no podía enfocar con quién o con qué. Pero por suerte para él, mostrar eso en lugar de sonreír era lo que necesitaba para comenzar a reparar el daño.