Post by Luan Mino Detweiler on Jan 15, 2022 21:28:30 GMT
Una vez más, una jodida vez más se encontraba en aquella desagradable oficina departamental de servicios infantiles, odiaba estar ahí, no había nada interesante que ver ni nadie con quien jugar y mucho menos una tv donde poder distraerse, el único consuelo del pequeño era que podría molestar a las trabajadoras mientras el esperaba instrucciones sobre el nuevo hogar de acogida que se le sería signado, ya había pasado por eso tantas veces que incluso era el quien llegaba a auxiliar a las trabajadoras recién llegadas inexpertas en el papeleo necesario.
Comenzaba a desesperarse por la tardanza de la nueva asignación, -Por que tardan tanto?!- molesto miraba aquella puerta por donde tendría que salir Steve, el hombre de poca cabellera con apariencia de doctor con olor a colonia barata el cual era responsable de su "bienestar" y aquel que debía buscarle otro hogar, la tarea de aquel hombre no era tan difícil o al menos no lo era desde la llegada del pequeño pelirrojo al programa de acogida puesto que nadie era capaz de soportar a la sabandija por tanto tiempo, eran recurrentes los reportes que hacían los tutores designados del mal comportamiento a la institución que mejor optaban por regresar al niño.
Después un par de horas las cuales habían desesperado al pequeño sería que aquel hombre saldría de la oficina con los papeles de Luan en mano, el portazo que hacía al salir tomaría por sorpresa al pequeño así como a la trabajadora social la cual se encargaba de cuidarle, -Luan, todo parece que te irás a un hogar en París- posaba la mirada cansada al Niño puesto que tenía lista la asignación, por suerte habían encontrado a un voluntario que cumplía con la mayoría de los requisitos el cual sería perfecto para el pelirrojo. -No estás feliz?- mencionaba alegre; por otra parte Luan no parecía feliz con la noticia, de hecho no le importaba, solo se dignaría a encogerse de hombros sin ningún tipo de reacción, -Cuando me voy?- suspiraba rodando los ojos de mala gana hacia Steve, si aquellas palabras eran ciertas entonces debería comenzar a empacar las pocas pertenencias que tenía. -En un par de días- dijo aquel hombre de traje, sin nada más que decir pondría a la trabajadora social que ordenara todo para la partida del pequeño.
Antes de marcharse del lugar, el pequeño pelirrojo tomaría un par de dulces del bowl de recepción y los guardaría para el viaje, soportaba la irritante voz del hombre pero algo que no soportaba era tener que aguantar estar tanto tiempo sentado sobre una incómoda silla de la sala de espera, aquellos dulces serían una clase de recompensa además que serían perfectos para un nuevo comienzo.