Post by Obsidian on Jan 26, 2022 10:41:58 GMT
Su oficina era un desastre, su escritorio era un desastre, él era--- Perfecto aún, incluso siendo un desastre.
Desde la noche en que los sismos comenzaron a sacudir Mystery City, los problemas no parecían parar de llegar a su ciudad y ahora, cual si se filtraran por las grietas que los mismos temblores habían dejado, les estaban inundando con el agua de la fuga en París.
—Nos llueve sobre mojado —dijo en voz alta pese a que en su oficina no estaban más que él, sus plantas y el Espirit que no se le había despegado desde hace rato. "Llover sobre mojado" era algo que no había dicho en mucho tiempo ;aquella frase era algo que un antiguo amor solía decir en tiempos difíciles y, ah, como deseaba tener el apoyo de esa persona en momentos como éste. Obsidian había pasado ya un par de noches con apenas unas horas de sueño, siendo la anterior una en la que no pudo ni tomar una siesta. Estaba cansado a más no poder, pero justo cuando se estaban tranquilizando las cosas después haberse ocupado de brindar ayuda a los afectados por los temblores, fue citado a una junta con el jefe de Departamento de Tránsito Marítimo y con el Magistrado Nereo para discutir que hacer con todo el agua que amenazaba con inundar la ciduad. Más trabajo.
—No más por favor... —exclamó viendo la "lluvia" caer fuera de la ventana, recargándose en ésta y deslizándose en su marco dramáticamente antes de regresar al interior, el pequeño espíritu sollozando quedamente tras de él. —¿En verdad esta es la fortuna que dictan las estrellas para mí? Quisiera que alguien me dijeran que al menos las cosas estarán bien después de esto y que todo este trabajo valdrá la pena —pensó en voz alta mientras se dejaba caer sobre su silla bruscamente, teniendo la fortuna de mínimo no tambalearse e irse de espaldas con aquel moviento insensato. Posó los codos sobre el escritorio y la boca sobre sus manos mientras trataba de concentrarse y leer los nuevos informes que le habían llegado; en ellos podía ver que en efecto, sus esfuerzos y los de toda la gente que estaba trabajando para sacar a la ciudad de estas pequeñas crisis estaban dando resultados—. Pero a que costo... —suspiró, dirigiendo sus palabras esta vez a una de sus plantas, consciente de que esta no podría responderle. "¿Y por cuanto tiempo?, ¿Realmente podremos con esto?". No quería creer que no, aunque...
El cansancio acumulado le ponía algo dramático y le hacía pensar que el fin de todo esto aun estaba lejos, pero había algo más que la fatiga afectando su estado de ánimo. Desde que era chico, los momentos más oscuros que le habían tocado vivir siempre eran presagiados por un profundo frío, uno que le calaba hasta los huesos y no se podía sacudir ni estando frente a la más cálida de las chimeneas. Estos últimos días había estado yendo de un lado a otro, su mente tan ocupada con trabajo que apenas y se daba cuenta de que sin importar donde estuviese, su cuerpo estaba helado.
Suspiró de nuevo y ocultó su rostro en sus manos. Podría estar exagerando, tal vez ese frío venía de que se estuviera enfermando o tal vez la calefacción se había averiado y él ni se había dado cuenta. "Puede que sea eso", exhaló tembloroso, y se recargó por completo sobre su escritorio. "Podría leer las cartas, por si acaso", pensó, haciendo un esfuerzo por estirar su mano y abrir el primer cajón de su escritorio.
—Oh no...— murmuró al voltear la última carta, y pudo escuchar como el llanto del pequeño espíritu que le hacía compañía se volvía más intenso, sin duda preocupado al escuchar su reacción—. No te preocupes, puede que...puede que no esté interpretando algo bien. Incluso brujos talentosos como yo pueden equivocarse, cariño. Tal vez debería dormir un rato, es la falta de sueño lo que me afecta de seguro— regresó las cartas a su lugar, algo más que el frío haciendo sus manos temblar—. ¿Me cuidarías en lo que tomo una siesta? Se mi pequeña estrella y vela mis sueños, ¿si? —logró reír un poco antes de acomodarse mejor sobre su escritorio.
El Espirit no sonaba del todo convencido, pero su creciente llanto había regresado a sólo quedos sollozos, y conformándose con eso, Obsidian cerró los ojos y dejó que la oscuridad lo guiara hasta los brazos de morfeo. Ojalá sus sueños pudieran revelarle un escenario más esperanzador, porque las cartas no le habían mostrado más que caos.
Obsidian usa sus habilidades de cartomancia y oniromancia para ver que tan curseado está el futuro de Mistery City. De no ser posible usar las dos en el mismo thread entonces digamos que la otra está descrita aquí para efectos de drama y flavor.