Mother knows best [Autoconclusivo]
Mar 6, 2022 19:21:21 GMT
Idylion Durendal and Maxxie Arlette like this
Post by Ciro Santamaría on Mar 6, 2022 19:21:21 GMT
Cada vez era mayor la tensión entre Ciro y sus amigos a raíz de la negativa a rechazar a su madre, quien siempre que estaban a solas le recordaba la situación de consuelo unilateral. Dolía que Charlie fuera cada vez más distante al respecto, y el español sólo podía asumir la culpa por ello… Él la había presionado a convivir con Afrodita, la había obligado a estar ahí por su necesidad, y aunque se había disculpado por ello, la irlandesa ya no reaccionaba de la misma forma ante él. Al principio creyó que el rechazo a más encuentros casuales era porque él estaba siendo invasivo, pero luego de los días ya no tenía duda de que Charlie había marcado el final de esa aventura.
La rubia había huido de la última cena con ellos, y luego de su propia casa, escondiéndose de todos y confesando a terceros que había sido algo relacionado a él… ¿Qué más motivo necesitaba? La idea de que estaba haciendo daño a Charlie lo invadió por completo, llevándolo a decirle a la chica que estaba mejor sin él. Y aun si ella lo negó, no podía creer a las palabras si las acciones demostraban lo contrario. Su aislamiento fue inmediato, viéndose tan solo con Rory los días siguientes, pero eventualmente pasando las horas a solas en su departamento.
- Le dije que dejara de jugar contigo - soltó su madre el visitarlo. Su expresión seria mostrando parte de su verdadera naturaleza. Ciro quedó con la boca abierta en confusión, aun procesando esas palabras. - Le dije a Charlie que dejara de usarte como su juguete - repitió, remarcando las palabras más lento para que no quedara duda. El español apenas si pudo articular un "por qué?" sin sonido con los ojos como platos. - ¡Porque es verdad! Y ella lo sabe, por eso huyó. ¿Si fuera inocente crees que se habría escondido de ti? - escupió mientras Ciro se ponía de pie, llevándose las manos a la cabeza en un intento de poner orden a todo el mar de emociones que le invadía.
- No - masculló volteándose. - Estábamos avanzando - sintió que las lágrimas se congregaron detrás de sus ojos, negándose a salir por el enojo que las consumía. - Marcaste que no puedo tenerla a ella en mi vida, y a ti al mismo tiempo - algo que él mismo había deducido, pero que ahora era claro también para la irlandesa. Sin embargo, Afrodita solo arqueó una ceja, como si retara en silencio a decir que era mentira. Ciro apretó los dientes, sintiendo cómo su frente ceñida se contrae por la mezcla de dolor y molestia. - No me hagas elegir.
- Oh cariño, pero si ya elegiste - su voz venenosa oculta con dulzura. - La elegiste a ella, siempre lo has hecho… No importa cuántas veces te rompa el corazón, no puedes ver el viejo sentimiento con una nueva perspectiva… Eres débil ante ella. No eres capaz de dejarla - cizaña que iba con toda la intención de tocar la fibra más sensible de su hijo, y que logró su propósito. El joven negó mostrando los dientes, con las lágrimas por fin saliendo por el temblor de su ceño fruncido.
- Ya lo hice… Todos hablan de cómo ella me botó. Pero fui yo quien puso el ultimátum… Fui yo quien ya tenía planes de dejar el país… Fui yo quién se fue y la dejó sola a pudrirse en las drogas - confesó sintiendo ácido en la boca, incapaz de perdonarse por la atrocidad que cometió, odiándose a pesar de que terminara en salvación. - Si la dejé para morir, la puedo dejar para vivir - y con eso el semblante de Afrodita se deformó de gusto, poniéndose de pie como resorte con un brillo de emoción en sus ojos. La complacencia se le notaba, yendo directo a tomar a Ciro de las mejillas.
- Entonces ven conmigo - de nuevo el español se quedó procesando las palabras, completamente confundido e impactado. - Este enojo que muestras es la señal… Significa que no eres feliz con tu vida, no eres feliz con tu situación, y estás listo para sacar tu verdadero ser - dijo mientras le sacudía un poco para hacer énfasis. - ¡Extiende las alas, mi niño! Libérate… No te pido que seas romaní, ni que vivas en un remolque, pero necesitas abandonar lo que te hace tanto daño… Todas estas personas que dicen amarte pero que solo te rechazan - justo lo que el joven llevaba pensando por días y sentía como una puñalada en el estómago. - Charlie te seguirá botando, y tus amigos ya eligieron su lado… Aun tienes a los escoceses, claro, pero ahí eres la tercera rueda. No eres el esposo ni la esposa - la única ancla de seguridad que tenía echa menos en un segundo. - Ven conmigo. No tendrás que sufrir abandono de nuevo… Ahí perteneces. Por favor. Piénsalo - concluyó antes de soltarlo y cerrar el tema, porque al final era una mujer taimada, y sabía perfectamente que lo único que necesitaba era plantar la semilla de la discordia, dejándola crecer dentro de Ciro hasta que él solo pidiera irse de una vez.
Y la expresión pasmada del joven mostraba que era una posibilidad.
La rubia había huido de la última cena con ellos, y luego de su propia casa, escondiéndose de todos y confesando a terceros que había sido algo relacionado a él… ¿Qué más motivo necesitaba? La idea de que estaba haciendo daño a Charlie lo invadió por completo, llevándolo a decirle a la chica que estaba mejor sin él. Y aun si ella lo negó, no podía creer a las palabras si las acciones demostraban lo contrario. Su aislamiento fue inmediato, viéndose tan solo con Rory los días siguientes, pero eventualmente pasando las horas a solas en su departamento.
- Le dije que dejara de jugar contigo - soltó su madre el visitarlo. Su expresión seria mostrando parte de su verdadera naturaleza. Ciro quedó con la boca abierta en confusión, aun procesando esas palabras. - Le dije a Charlie que dejara de usarte como su juguete - repitió, remarcando las palabras más lento para que no quedara duda. El español apenas si pudo articular un "por qué?" sin sonido con los ojos como platos. - ¡Porque es verdad! Y ella lo sabe, por eso huyó. ¿Si fuera inocente crees que se habría escondido de ti? - escupió mientras Ciro se ponía de pie, llevándose las manos a la cabeza en un intento de poner orden a todo el mar de emociones que le invadía.
- No - masculló volteándose. - Estábamos avanzando - sintió que las lágrimas se congregaron detrás de sus ojos, negándose a salir por el enojo que las consumía. - Marcaste que no puedo tenerla a ella en mi vida, y a ti al mismo tiempo - algo que él mismo había deducido, pero que ahora era claro también para la irlandesa. Sin embargo, Afrodita solo arqueó una ceja, como si retara en silencio a decir que era mentira. Ciro apretó los dientes, sintiendo cómo su frente ceñida se contrae por la mezcla de dolor y molestia. - No me hagas elegir.
- Oh cariño, pero si ya elegiste - su voz venenosa oculta con dulzura. - La elegiste a ella, siempre lo has hecho… No importa cuántas veces te rompa el corazón, no puedes ver el viejo sentimiento con una nueva perspectiva… Eres débil ante ella. No eres capaz de dejarla - cizaña que iba con toda la intención de tocar la fibra más sensible de su hijo, y que logró su propósito. El joven negó mostrando los dientes, con las lágrimas por fin saliendo por el temblor de su ceño fruncido.
- Ya lo hice… Todos hablan de cómo ella me botó. Pero fui yo quien puso el ultimátum… Fui yo quien ya tenía planes de dejar el país… Fui yo quién se fue y la dejó sola a pudrirse en las drogas - confesó sintiendo ácido en la boca, incapaz de perdonarse por la atrocidad que cometió, odiándose a pesar de que terminara en salvación. - Si la dejé para morir, la puedo dejar para vivir - y con eso el semblante de Afrodita se deformó de gusto, poniéndose de pie como resorte con un brillo de emoción en sus ojos. La complacencia se le notaba, yendo directo a tomar a Ciro de las mejillas.
- Entonces ven conmigo - de nuevo el español se quedó procesando las palabras, completamente confundido e impactado. - Este enojo que muestras es la señal… Significa que no eres feliz con tu vida, no eres feliz con tu situación, y estás listo para sacar tu verdadero ser - dijo mientras le sacudía un poco para hacer énfasis. - ¡Extiende las alas, mi niño! Libérate… No te pido que seas romaní, ni que vivas en un remolque, pero necesitas abandonar lo que te hace tanto daño… Todas estas personas que dicen amarte pero que solo te rechazan - justo lo que el joven llevaba pensando por días y sentía como una puñalada en el estómago. - Charlie te seguirá botando, y tus amigos ya eligieron su lado… Aun tienes a los escoceses, claro, pero ahí eres la tercera rueda. No eres el esposo ni la esposa - la única ancla de seguridad que tenía echa menos en un segundo. - Ven conmigo. No tendrás que sufrir abandono de nuevo… Ahí perteneces. Por favor. Piénsalo - concluyó antes de soltarlo y cerrar el tema, porque al final era una mujer taimada, y sabía perfectamente que lo único que necesitaba era plantar la semilla de la discordia, dejándola crecer dentro de Ciro hasta que él solo pidiera irse de una vez.
Y la expresión pasmada del joven mostraba que era una posibilidad.