Post by Ludwing Marshall on Mar 14, 2022 3:20:30 GMT
OOC: En este autoconclusivo participan Ludwing Marshall y Fay Vinters
La ciudad ya no era la misma desde los eventos sucedidos en San Valentin, Ludwing lo sabía perfectamente bien sin tener que leer las noticias en las redes sociales ni tampoco con escuchar lo que comentaban en la televisión: podía percibirse a donde fuera, una paz falsa de parte de muchos de los residentes y transeúntes que estaban más enfocados en la búsqueda de la recuperación de su estabilidad para poder seguir adelante… No los culpaba la verdad, él mismo hubiese hecho lo mismo si todavía conservase algo del frío ser que se crío en lo más recóndito de las montañas de Rusia, pero tenía razones más validas todavía para esta vez no dejar ir las cosas tan fácilmente.
No tiene tanto tiempo en el cuerpo del DAS pero quería contribuir en algo más que no fuera solamente llenar papeles de denuncias en la oficina, quizás si Renan se enteraba de esto le daría un regaño ¡Pero al diablo! Ludwing siempre se consideró a sí mismo alguien proactivo y un workaholic, no le gustaba tener que conformarse con solamente lo que le mandasen a hacer: y ahí estaba él, en el Distrito Noche haciendo una ronda nocturna por las calles en el caso de detectar algo que pudiera representar algún caso por investigar o inclusive resolver disputas y enfrentamientos ¡Lo que fuera! Pero hasta ahora pareciera que no daba con nada que le pudiera resultar prometedor.
Estaba decepcionado, pero por otro lado satisfecho de que por esta ocasión no hubiese nada negativo con que lidiar, es como dicen: cuando no hay noticias, son buenas noticias.
Revisó su celular para confirmar si tenía mensajes o llamadas pendientes, podía ver la notificación de contacto de su madre que por lo poco que podía leer, pareciera que su padre había ido de nuevo a Rusia… Lo sucedido en Paris los tenía sumamente ocupados e inquietos, después de todo estaban colaborando en prestar ayuda a los afectados por tener influencia relativamente notable en el mundo de la farmacéutica (Tanto para Solarios como para Selenitas), podía sentir una migraña venir a su cabeza en cualquier momento ya que si bien tenían buena intención tendrían que equilibrar los gastos con las compras de los siguientes meses para reponer la inversión… Y eso que ya no estaba trabajando para ellos. Por otro lado, estaba un mensaje de un par de sus amigos con los que había establecido lazos antes de empezar su residencia en Francia… Había un par de veces que los extrañaba y tenía pendiente planificar un viaje en algún momento para visitarlos; después tenía un mensaje por responder de Renan, bastaba leer el nombre para que se le dibujara una sonrisa, era curioso cómo alguien tan complejo como simple pudiese llegar a tenerlo tan fascinado.
Casi pasa por alto un pútrido olor metálico.
Tuvo que detenerse cuando sentía el aroma menos fuerte, retroceder y dar con el sitio de dónde provenía esa peste tan familiar para el vampiro: sangre. Era un callejón donde había una clara ausencia de luz, sin lugar a dudas uno de los lugares favoritos para cualquier criatura de la noche para poder hacer alguna travesura sin ser visto con facilidad ¿Sería prudente llamar refuerzos? ‘Calma Ludwing, recuerda lo que te enseñaron en el DAS y las series de Investigation Discovery’ respiró hondo y mantuvo la calma en lo que recorría con cuidado el espacio recóndito, el olor era sumamente desagradable por lo que intuía que la criatura llevaba muerta bastante rato… Ya sería algo que confirmaría cuando diera con ello -¡AH!- se sobresaltó al sentir algo pasarle por los pies, era una rata, el vampiro pálido se erizó ante aquella visión, que desagradable pero tenía que apresurarse para no perder de vista al animal rastrero ¿Por qué? Las ratas suelen sentirse atraída a la podredura y si la lógica no le fallaba, terminaría encontrando lo que estaba buscando. Se iba adentrando a esa oscuridad sin perder de vista al roedor, sintiéndose ligeramente ridículo por haber caído en ello, sin embargo… -(¡¿?!)- abrió los ojos bastante al sentir una presencia amenazante de la nada, justo al momento en que frenó la rata que iba persiguiendo desapareció frente a él después del pasar de una sombra ¿Cómo no se había dado cuenta de que había otra criatura ahí?.
Volteó al cabeza y lo vio ahí: un joven de cabellera tan blanca como la nieve, piel azulada con sus extremidades y pecho de negro, alas, una cola, y lo más distintivo de su apariencia que era esa cornamenta negra… De su persona provenía un inmenso frío, por un instante lo hizo recordar a esos días del pasado en los helados bosques de Rusia; observando con detalle vio que la rata que estaba persiguiendo estaba en la boca de aquel extraño muchacho… Apretó su mordida en un instante, haciendo que el animal emitiera un fuerte chillido de dolor e instantáneamente ceder todo tipo de movimiento, el olor a sangre fresca empezó a inundar el aire, por suerte Ludwing se había alimentado bien ese día… Aunque no necesariamente significaba que no se sintiera ligeramente atraído por el aroma, el extraño no le estaba prestando mucha atención ya que estaba centrado en devorar al animal muerto, por la forma en que lo comía daba a entender que estaba sumamente hambriento.
Ludwing se acercó con cuidado, pensando en si ofrecerle algo de comer que no fuera rata sucia de callejón, pero cuanto más se acercaba más fuerte era el olor a sangre que provenía de este misterioso joven… Detallando, incluso, que en sus garras había manchas de sangre, algunas más claras que otras; como si le leyera la mente el extraño selenita de cornamenta se apresuró a correr por el callejón para huir ¿O será para no tener que compartir su comida? En cualquier caso, el vampiro tuvo que ir tras él con suma prisa, se movía como un gato callejero con suma agilidad y velocidad mientras que Ludwing se enfocaba en mantener el paso…
Lo que encontró al final del camino lo dejó boquiabierto.
Dos cuerpos sin vida de dos selenitas, estaban tan maltratados y consumidos que no había forma de identificarlos a simple vista, al lado de ellos el de algunas ratas; era una escena grotesca y lamentable ‘Recuerdo haber oído de ellos de mi madre cuando era un niño… Debe ser un Wendigo’ buscó con la mirada al extraño, pero lo había perdido: se puso tenso y comenzó a buscarlo por todas partes con la mirada y los sentidos en máxima alerta, no podía determinar por el aroma su ubicación ya que estaba con cuerpos en descomposición cerca y obstaculizaba la tarea; su mano estaba puesta sobre la funda de su arma para estar preparado de disparar en el caso que fuera necesario -…- trago pesado, en vista de la desventaja en la que se encontraba por estar en un territorio donde evidentemente el contrario estaba en completa ventaja –Oye, será mejor que salgas o será peor para ti- comenzó a advertir –Soy un Agente del Departamento de Amenazas Solarias, si bien no es mi jurisdicción (creo) si presencio algún tipo de amenaza tengo permiso de detenerte e interrogarte- si actuaba sin haberse identificado con propiedad, podría darle problemas a su departamento luego, y después del golpe duro que recibieron con Cassius no podía darse el lujo de permitir otra baja para el DAS si no tenía cuidado… Las antenas de su cabeza se movieron al percibir el olor a sangre y volteó la cabeza al momento en que vio al joven de blanco, sin tener el suficiente tiempo de esquivar fue embestido con fuerza suficiente para que lo derribaran, el chico de blanco y azul gruñía y trataba de morderlo directamente al cuello, era obvia la razón por la que apuntaba a esa área, Ludwing usó su fuerza para empujarlo y quitárselo de encima, levantándose rápido.
Desenfundó la pistola pequeña y disparó un par de veces, había dado en el blanco ya que el selenita de azul siseaba y chillaba, pero seguía de pie… Que terrible que tuviera que confirmar las leyendas sobre los Wendigos de esta forma.
‘La pistola no es muy efectiva’ apretó los dientes, tenía que pensar en otra forma de reducir al sujeto para poder aprehenderlo sin lastimarlo mucho sin importar el nivel de amenaza que estaba representando… Tendría que apuntar a puntos clave ¿Pero tendría suficientes balas? El Wendigo no iba a darle el tiempo de pensar con claridad sus mejores opciones, nuevamente se abalanzó sobre él, pero esta vez Ludwing hizo uso de su Aceleración para esquivar en el momento justo y contraatacar al propinar un golpe con el codo en su espalda, haciendo que cayera, disparó de nuevo apuntando a las rodillas para inmovilizarlo, pero sin importar los impactos de las balas que recibía seguía moviéndose. El espectro se levantó de nuevo, se podía percibir además del frío que despedía como su ira y agresividad iban creciendo conforme iba avanzando el combate entre ambos; propinó un ataque de sus garras hacia la mano de Ludwing donde estaba sosteniendo el arma: por unos centímetros no lo desarma, pero el daño en el antebrazo era grave, viendo como su ropa comenzaba a teñirse de azul… Estaba empezando a perder sangre, y eso significaba que empezó a estar contrarreloj para poder dar fin a esta disputa antes de que su bestia interior empezara a demandar su aperitivo.
Gracias a su Regeneración esas heridas se empezaron a cerrar, pero no podía darse el lujo de relajarse.
Las manchas azuladas de su sangre en su ropa hicieron que gruñera, si había algo que le dolía era que sus ropas se vieran afectadas con lo costosa que es y por tener cuidado con esos bienes que tanto le costaron; aprovechó la cercanía del Wendigo para él mismo propinarle su propio zarpazo con sus garras, llegando a impactar en el torso de su adversario quien había buscado moverse para esquivar pero fue en vano, sin embargo, esta movida fue demasiado fácil de ejecutar para Ludwing para haber dado con éxito al blanco… Y se dio cuenta tarde: el Wendigo tomó su brazo antes de que pudiera retraerlo y le propinó una poderosa y profunda mordida en el antebrazo, el dolor punzante fue tal que el vampiro soltó un chillido bestial; usó su otra mano donde portaba su arma de fuego para golpear a su oponente en la cabeza con el poder que tuviese para que lo soltara, pero sin éxito, el Wendigo empezó a aplicar más fuerza después de sentir el sabor de su sangre buscando arrancarle un pedazo de carne, pese a la desesperación al fin le vino la idea a Ludwing de jalar el gatillo para aprovechar esa cercanía , apuntando a la cabeza, y disparar.
Fue lo necesario para lograr liberarse, el dolor era terrible y la pérdida de sangre grave, la Regeneración no estaba funcionando bien pero no era prioridad en ese momento… Por la adrenalina, uso la Aceleración nuevamente para conseguir generar distancia, revisó brevemente la herida y la sangre no se detenía ¿Qué significaba esto? No recordaba haber leído algo de cosas así sobre estas criaturas espectrales y violentas, perdió sangre, pero no tanta como para que sus habilidades regenerativas se tardaran tanto en hacer efecto. Esto se le estaba escapando de las manos y necesitaba llamar a sus compañeros para pedir apoyo con esto, se tensó cuando escuchó el gruñido nuevamente de la criatura acercándose nuevamente para continuar con el ataque, sacó el teléfono de su bolsillo con su brazo herido haciendo un esfuerzo en ignorar la agudeza del dolor para llamar por refuerzos pero el nuevo ataque de su enemigo hizo que cayera y perdiera el dispositivo -¡Mierda!- maldijo Ludwing, no pudo ver por donde cayó el aparato, ni menos tenía la posibilidad de buscarlo con un selenita salvaje buscando matarlo: había enterrado las garras en su espalda pero no iba a dejar que fuera suficiente para retenerlo contra el suelo, cuando sintió la cabeza del contrario acercarse a su nuca echó atrás su propia cabeza para darle un cabezazo para desorientarlo, usando ese tiempo para transformarse en su forma de polilla emperador y retirarse volando con prisa.
La confusión que tenía el Wendigo era notable al perder a su presa de gran tamaño, se dio la vuelta y se perdió en los callejones del Distrito Noche para buscarlo. Ludwing sintió alivio por un lado, pero estaba completamente adolorido y agotado, cuando llegase a casa después de ser tratado reportaría lo sucedido… Y se mentalizaría de los regaños que recibiría por haber actuado solo. Como si no fuera suficiente que su orgullo como Detective, como Vampiro, como un Marshall; hubiese quedado pisoteado por haber quedado en ese estado.