"Aurevoir,Chocolat Doré..." [Privado Maxxie] [CERRADO]

Id otra vez vio como el muchacho se sumía aún mas en ese abismo ¿que podía hacer él? ¿como podía sacarlo de allí? Era inevitable. Estaba atrapado. Y lo veía bien, porque él también había estado así. Marietta, aún con todo el amor que le profesaba, no podía sacarlo de allí.
"Así que así se sintió. Impotente"
No. Se negaba a rendirse. No iba a dejar a su amigo allí hundido. Aunque se torturase ahora mismo por no ser tan ideal como sus pares. Lo entendía también. Rogaba poder perdonar tan fácilmente como Marietta. Pero él no había podido. Y entendía que Max se aferrara a él. No servía de nada una visión paternalista ahora cuando Max necesitaba que se entregara completamente. Que dejara todo de lado. Pero eso no haría feliz a ninguno de los dos.
-No, Max. No puedes ir conmigo. No se trata solo de...peligro. El Magisterio...
Otra vez más secretos. No se podía vivir así. ¡Era eso lo que tanto temía! Vivir con uno y otro y otro secreto. Pensó en los niños que desaparecían, llevados por el magisterio. En los padres separados. En los solarios a los que les eliminaban la memoria o peor...no. Se llevó una mano a su cicatriz, como si ese gesto fuera a protegerlo de las ideas horribles que circulaban por su mente.

La idea de caminar al lado de Max y que no lo reconociese era aún peor que morir. No aguantaría. Preferiría morir él antes que vivir así. No volver a ver sus ojos iluminarse al verlo. Verlo y que solo lo mire de reojo. La idea le hizo lagrimear de pena e ira. Exhaló aire por la nariz.
-Se empieza a poner frío-dijo con un tono amable, pero no condescendiente.

Id se sacó su raída cazadora de cuero, abrigada, vieja, antigua. Un forro de lana basta mantenía a raya el frío que tanto aquejaba al arpía, con colores azulados que ya eran mas bien grises. Una chaqueta cansada. Igual que su dueño. La deslizo gentilmente sobre Max y apoyó sus manos sobre sus hombros por encima de la prenda, cerrándola un poco.
-Max...un día te dije que tenía miedo al futuro. A lo que vendría. El futuro llegó y te dije que quizás me alejaría de ti. Lo temí desde entonces y mi miedo se hizo real. No puedo quedarme,porque solo estaría retrasando lo inevitable.

Las palabras crueles pero honestas de Valery resonaron en su mente. Casi podía ver su expresión indolente diciéndolo:
"Comenzarán a sospechar cuando envejezcan y tú sigas viéndote joven"
Era casi como si se burlara de él ahora mismo.
-Pero si lo logro, Max. ¡Si de verdad lo logro...!-casi que rió, pensando en el feliz prospecto.La sola idea de lograr algo lo entusiasmaba y apretó suavemente, exaltado, los hombros del rubio-Podré quedarme. Sin ninguna opresión. Sin ningún secreto-arrebujó más al rubio, acomodando tambien el cuello y solapas de la chaqueta, como protegiéndolo-Y entonces no tendré tantos miedos...y estaré aquí. Por siempre.

Se apartó un poco de Max una vez lo hubo abrigado.
-Sé que vendrías conmigo. Dejarías todo si te lo pidiera. Eres...-parpadeó, quizás procesando la devoción que sentía Max por él. Otra vez cuestionándose sus sentimientos. Pero estaba tan destrozado que no era sorpresa que estuviese pensando de más-Pero no puedo pedirte que dejes todo. Que compartas mi carga. Es algo que debo hacer solo. Sé que enfrentarías el peligro excelentemente. Pero tampoco quiero que tires todo a la basura por mi. Casi te graduas. Charlie te necesita.
"Y yo también" quería agregar, pero sabía que eso no ayudaría
-Tienes responsabilidades. Y yo también.

-No hables así de ti mismo-soltó, ligeramente molesto de oírlo, llamándose a sí mismo de esa manera. Que sus amigos se menospreciaran lo hacía cambiar de tono-No eres patético. Puede que te sientas así ahora. Pero no lo eres.

Su mirada era afilada, casi agresiva diciendo eso. Pero se tono notaba solo preocupación por el otro.
-Solo un par de horas quizás...-dijo con evidente pena.
¿Que podía decirle a alguien que se veía tan destrozado? Deseaba desde el fondo de su corazón tener una palabra que arreglara todo eso. Que le diera el consuelo que necesitaba. Nunca había recibido demasiadas palabras de aliento o de consuelo en su vida. Todo lo había hecho a su manera. Muchas veces en solitario. Muchas veces callándose. Muchas veces llorando solo. ¿Qué consuelo podía ofrecerle ahora? Todo sonaba vacío.

Le levantó el mentón con gentileza, como si fuera algo tan delicado que si no se lo mueve con suavidad podría romperse. Deseaba abrazarlo pero no sabía si sería mejor o peor en este momento así que prefirió dispensar cariño con cuidado. Y si Maxxie se abrazaba a él y no lo soltaba...¿podría el separarlo de sí?
-Quisiera...-dudó un momento-Quiero que me acompañes hasta la estación. Quiero pasar mis últimos momentos en París contigo. Si estás de acuerdo.

Suspiró, pesadamente. Sentía la frustración y enojo del rubio. Pero se resignó. No podía hacer nada al respecto. Y tendría que alcanzarle con esto. Con esta despedida amarga que ahora le quedaría. Si al menos fuera triste habría sido más fácil. Pero cuando la pena deja paso a la furia...no se puede hacer más.

Id tomó su mochila y su bastón. El descenso por las escaleras fue silencioso. No se atrevió a quejarse ni decir nada. Y en el pequeño espacio del ascensor vio a Maxxie. Manchada su cara por las lágrimas. Frustrado. Por un segundo, un muy frágil y perecedero, empatizó con su padre, tratando de criar un niño como él. Ahora se sentía así. Frente a un niño enojado. Pero era más que un berrinche. 
"Ellos no saben que estaré cerca, en realidad-suspiró. También por eso sentían como si se fuera a Marte.
Y la idea también lo puso en un extraño humor. Era injusto ¡Queria llevarlos con él! Casi sintió el impulso de hacer un berrinche. De patalear y gritar. Pero...era un adulto. Con ya casi 70 años. Si tenía un berrinche, debía enmendarlo él mismo por sus medios.

Caminaron por la calle, aun en silencio. Era extraño no oír a Max. Aun estando a su lado. Era una tortura. ¿Quizás lo disfrutaba?
-Puedes quedártela-dijo con respecto a su chaqueta, para tratar de cortar el silencio-Aunque te quede un poco grande. De todos modos...hace frío-rectificó.
Su tono era calmado, pero Id era transparente y algo de incomodidad había en su tono.
"De todos modos yo me estoy quedando con tu camiseta" pensó, pero no diría eso. Se ruborizó un poco. Culpa. Eso sentía. Por dejarlo. Por llevarse la camiseta. Por querer omitir la camiseta a toda costa.

-Es un...buen punto-soltó una risita, que fue mas bien un jadeo poco convincente. Era dificil reír ahora que todo parecía tan oscuro...como las nubes de tormenta que se ceñían sobre ellos hace ya un par de calles. Quería apurar el paso, no dejar que Max se moje pero...eso no importaba ahora. No importaba nada más que ellos dos, caminando por la calle que ya no tenía luz natural. ¿Que otra luz necesitaba si estaba Max allí? ¿Que importaba el tren si tenía a Max apoyado a su lado? No importaba el frío...si su mejilla cálida pegaba contra su brazo.

Lo oyó romper el silencio, siendo sincero también.
-Disfruto de tu compañía, estés feliz o triste. Incluso en los días...-sintió una gota-...lluviosos...
Sentir su piel contra su hombro lo hizo sentir extrañamente relajado entre toda su tristeza. No se separó de él tampoco. Solo quería sentirlo cerca. Porque sabía que sentirlo lejos sería algo a lo que tendría que acostumbrarse.

Se detuvo un momento para comprar un paraguas. Lo abrió justo a tiempo para el comienzo de las gotas.

La pregunta lo descolocó.Más que nada por el modo tan desconsolado que sintió que lo decía. Como si no fuera a cumplir lo que iba a decir.
-Max...lo prometo. Estaré en el chat. E intentaré escribirte cada vez que pueda. Incluso podemos hacer llamadas si ambos estamos libres-hizo una mueca de incomodidad-Incluso puedo enviarte una selfie cada tanto...
No le agradaba del todo sacarse fotos. Pero si eso era lo que tenía que hacer para animar a Max...que así fuera.


Trataba de sumar cosas al "acuerdo". Aunque sabía que nada podría equiparar a lo que estaban viviendo ahora. Id instintivamente lo atrajo más hacia sí, para protegerlo bajo el paraguas. Por suerte no llovía demasiado aún. Sostenía con su izquierda el paraguas sobre ambos. No se atrevía a usar la derecha, con la que rodeaba a Max por los hombros, dejando que su cabeza repose sobre él.
Esperaba que no se resfriara...

Id sonrió, como si de repente hubiese salido el sol. Apreciaba la lluvia, pero que Max estuviese otra vez bromeando le hizo sentir aliviado. Le dedicó una mirada enternecida a Max. ¿Eran celos? ¿estaba celoso? ¿Por que se sentían celosos tanto Ciro como él? La idea le divirtió ¿de verdad creía que por tener otro amigo lo reemplazaría?

Elevó los brazos, de forma defensiva.
-Mmh...-se golpeo un dedo contra la mejilla-Lo pensaré. Tal vez hay otro enano pecoso, rubio y guapo que hace chistes subidos de tono y...no soy inmune a hacer nuevos amigos...-dijo con tono divertido. Le revolvió el pelo y soltó una risa-No dudo que tu puntería será perfecta. Sobre la foto o sobre mí.

Se sentó en un banco junto con su amigo. Se quedo cerca de él, apreciando también el calor que brindaba. Rozando su brazo con el de Maxxie, cerca de su mano.Puso su mochila a sus pies y luego agregó, solo mirando al andén.
-De todos modos no tienes que preocuparte por eso...no creo que pueda reemplazarte aunque lo intente. Yo...

La sirena de un tren sonó en la distancia y apareció por el riel contrario. Id dio un respingo, asustado.
En medio del pánico le había tomado la mano a Maxxie, fuerte. Y aún con el corazón en la mano miró a Max.
-Ah...-susurró avergonazado, por haber reaccioando así y por haberle tomado la mano-Lo siento...me asusté.

Eso dijo. Pero su mano no soltaba la de Max.

Era un gesto de miedo. Pero no por la sorpresa del tren. Sino por el miedo que también le provocaba a lo que iba a embarcarse. No sabía como podía salir y solo quería compartir ese último momento que tenían. Aferrarse a Max era normal.
Pero en cuanto lo vio comenzar a romperse, cayendose en pedazos esta vez era distinto. No era esa inalcanzable furia de más temprano, donde todo lo que decía caía en oídos sordos. Esta vez era todo su dolor, incertidumbre y miedo escapando de él en esos sollozos desconsolados. Id miró con preocupación a su compañero y solo atinó a atajarlo cuando se aferró a él, consternado. Lo rodeó con sus brazos.
-Está bien. Está bien. Lo entiendo, en serio-dijo también con lágrimas resbalándole por la cara-Está bien. Llora cuanto debas-con una mano le sostuvo la nuca y con la otra acarició despacio su pelo rubio, deslizando las manos por este. Apoyó su mejilla sobre la cabeza de Max y depositó algunos besos, suaves.
Aunque Id era un hombre marcado por cicatrices externas e internas...todo en su actuar era suave. Como si sus amigos fueran delicados y se fueran a romper. Y debía tratarlos con el mayor de los cuidados.
Continuó acariciando y besando a Max, hasta que sintió que su pecho dejaba de subir y bajar en espasmos tan erraticos.
-Prefiero saber que lloraste aquí conmigo, Max, a imaginarte llorando solo...-dijo una vez su llanto fue mas leve, pero no menos abundante
No les quedaba mucho tiempo. Sabía que todo lo que hacía le dolería más. A ambos. Pero necesitaba sacarle provecho al poco tiempo que les quedaba.
-Veamos...-con cuidado tomó el rostro de Max entre sus manos, y la limpió las lagrimas y mocos con un pañuelo-Mejor-aunque al decir eso otro surco de lagrimas cayó por su mejilla pecosa.

Volvió a tomarle la mano a Max, y lo atrajo hacia sí poniéndose de pie. Con la otra mano, reposó la cabeza rubia sobre su pecho. Le agradaba tener a Max así cuando dormían juntos así que esperaba que le diera algo de paz a ambos ese abrazo. Sentir que Max oía su corazón era algo que lo hacía sentir una intimidad que extrañaría demasiado. Puso la mano libre del muchacho sobre su cintura, y la suya sobre la de él. Entrelazó los dedos de la mano que sostenía la de Max. 
Hablo despacio, aunque nervioso. Casi susurrando encima de él.
-Desearía poder cantar algo. Algo que te hiciera recordarme...y algo que te trajera calma. Algo que te dijera "Ey, aunque pase el tiempo no te voy a olvidar. Ni lo que me haces sentir, Max. Lo prometo"-apretó los labios-Pero no tengo una canción así, Maxxie. O quizás sí pero no puedo pensar en ella ahora...-comenzaba a enredarse en sus palabras. Inhaló hinchando su pecho-Así que solo tararearé algo para nosotros. Espero sepas disculpar.

Id bajo la cabeza, apoyandose sobre la cabeza de Max y tarareando solo con un "mmh".Una melodía simple, algo similar a un vals. O quizás alguna cancion folk lenta. O un blues...no lo sabía. Solo sabía que era la melodía que quería improvisar para Max. Para ellos dos. Un baile fatídico. Triste. 
Id guiaba el paso, aunque solo era un simple balanceo de un lado a otro. Solo quería estar cerca de él.Y sentir ese dulce calor que le brindaba. Y...un agradable cosquilleo.