Evelyn Melian

Nombre del personaje: Evelyn Melian

Oficio: Maestra de Humanidades 

Fuerza: ★

Social: ★★★

Agilidad: ★★★

Resistencia/Salud: ★★★

Inteligencia: ★★★★★

Visión: tienen la posibilidad de ver entre glamours. La magia no pasa desapercibida para ellos. Pueden notar cuando algo fue creado por un hechizo con tan solo mirarlo. Medición: Inteligencia.

Telepatía: Pueden escuchar los pensamientos de otros, además de poder proyectar los propios en mentes ajenas. Medición: Inteligencia.

Sanación: Pueden curar prácticamente cualquier herida o enfermedad mientras no sea mortal, pero dependiendo de la gravedad será el tiempo que tarda en sanar. Medición: Resistencia.

Relajada | Melancólica | Amigable | Distraída | Cariñosa | Poco asertiva | Reservada

 Le cuesta abrirse con otros sobre su lado más profundo, pero adora hablar de su vida laboral, contar anécdotas de sus alumnos o hablar de su hija. Es un poco tímida, pero una vez que se siente cómoda no le da pena mostrar cariño a otros, ya sea con palabras de afecto o algún gesto más físico. 
Evelyn es una persona de voz y ademanes suaves, que tiende a soñar despierta y vivir en su propio mundo y el de su niña.

Su infancia fue la de una niña "normal": cuentos de hadas, colores pasteles, unicornios, algodón de azúcar... correr por el bosque, atrapar insectos, luchas en el lodo.

Ok, tal vez no era exactamente una niña convencional. Había ciertas cosas que hacía que las otras chicas no consideraban normales, pero Evelyn no se dejaba afectar mucho por esas opiniones, después de todo cada persona era única, y sus gustos no afectaban lo que era. Evelyn nunca dudo de su identidad...al menos no hasta que llegó a la pubertad y su cuerpo comenzó a cambiar inesperada y alarmantemente como el de un chico. Descubrió a los 12 años que era intersexual, y que su cuerpo se transformaría en algo que no era ella, lo cuál hizo que cayera en una horrible depresión cuando la mayoría de la sociedad e incluso su propia familia no la veía como antes.

Rodeada gente que no la entendía, se refugió en la chica que le gustaba, Anna Blan, su mejor amiga desde la infancia, quién respetaba su identidad y la seguía tratando como siempre. Eso, sin embargo, les trajo problemas, pues los padres de Evelyn consideraban a Ana una mala influencia que la estaba reteniendo de ser quien "realmente debía ser", y eventualmente le prohibieron que se viera más con ella. Con el miedo de que la separaran de la única persona que veía quien era en verdad, Evelyn decidió fingir y adaptarse a lo que su familia y la sociedad esperaban de ella. Si al final podía estar con quien amaba, podía soportar vivir una mentira ante otros.

Se alejó poco a poco de su familia, abandonándolos por completo cuando cumplió la mayoría de edad, se mudó y empezó una nueva vida con Anna. En un principio no tenían mucho, pero estaban contentas de estar en un lugar donde ninguna tuviera que mentir. Para cuando menos lo pensaron, la parte difícil había pasado, y su vida se llenó de bendiciones. Nuevos amigos, una comunidad que las apoyaba; unión. Llevando una vida plena, las dos amigas se convirtieron en esposas, y en matrimonio vivieron felices por muchos años. Tenían todo lo que podían querer. Todo excepto quizás un hijo propio. Era algo con lo que habían soñado por mucho tiempo, más siempre dejaron para después por alcanzar otras de sus aspiraciones. "Creo que ya es tiempo", le dijo su esposa un día, una hermosa sonrisa decorando su rostro mientras reía de emoción. "Siempre he querido saber lo que se siente crear otra vida en ti, ¿sabes?".

Las dos se esforzaron en cumplir con ese deseo tan especial de agrandar su familia, pero justo cuando estaban por hacerlo realidad Anna y Evelyn fueron separadas, la vida y sueños que habían construído juntas fueron consumidos a manos del fuego en un incidente que las autoridades no le supieron explicar. Devastada, creyó que de lo que amaba sólo quedarían cenizas, pero de éstas surgió un rayo de esperanza que le dio las fuerzas para salir adelante tras esa tragedia. Los doctores no pudieron salvar a su esposa, pero sí a la bebé que llevaba dentro; un milagro.

Con la herida de su corazón aún abierta pero determinada a ser darle a su hija todo lo que merecía, Evelyn reconstruyó de a poco su hogar.

Le gustan mucho las aves porque le recuerdan a su esposa.
Su hija tiene ya 13 años, y es una adolescente llena de energía y curiosidad. Su nombre es Anna, igual que su madre.
Le gusta mucho hablar con los jóvenes, le es entretenido escucharlos hablar y ver que aún con todas las cosas malas en el mundo, ve mucha gentileza en ellos.
Trata de no perder la formalidad en sus relaciones con sus alumnos, pero una que otra vez acepta pasar tiempo con ellos fuera del contexto escolar, pues también teme alejarlos si es demasiado formal.
Cuando sale a pasear con su niña a algún parque le gusta recostarse sobre el césped y ver las nubes con ella. Entre las dos tratan de hallarles formas.
Le gustan mucho los minerales, tiene una pequeña colección decorando su casa y también como joyería.
Aunque a veces tiene citas para conocer gente nueva, no ha conectado muy bien con otros en ese aspecto, le aterra enamorarse de nuevo desde que perdió a su esposa.
Su color favorito es el azul.