Post by Obsidian on May 16, 2022 0:37:03 GMT
No había pasado más que un par de días y ya extrañaba el ruido de la vida nocturna que se había detenido con el toque de queda, el silencio que se apoderaba de las calles una vez que caía la noche no era el que había estado añorando por meses.
Poco después de los primeros temblores en la ciudad, Obsidian comenzó a indagar sobre el futuro de Mystery City en sus sueños, pero en ellos no veía ni oía más que la desgracia cayendo sobre su gente, y sus voces confundidas y asustadas se quedaba con él un largo rato incluso después después de despertar.
—Primero los terremotos e inundaciones, el concierto y ahora esto —se quejaba por enésima vez, pensando en voz alta en su oficina. El brujo estaba sentado tras su escritorio, analizando varios de los últimos reportes que le habían llegado sobre los recientes asesinatos en la ciudad— ¿Cuando dejarán de llover motivos para inundar a nuestra gente en la desesperanza? —suspiró, recargándose dramáticamente sobre papeles y papales por un momento antes de oír pequeños sollozos acercarse a él—. Lucifer, shoosh...estoy bien, ya casi termino por hoy y descansaré —acalló a su esprit preocupón cuando el llanto éste llamó su atención—, pero escúchame otro poco, ¿si? —se enderezó para buscar la forma de su pequeño amigo por el rabillo del ojo antes de volver a los papeles—. De verdad que lo de estos días me tiene peor, y no sólo porque de nuevo estoy todo el tiempo encerrado aquí sino que...me pega más la impotencia, o al menos diferente ¿sabes? — hizo una pausa para observar los documentos en sus manos detenidamente, separándolos y poniéndolos en distintas pilas sobre su escritorio acorde a su importancia—. Mañana que tenga más energía releo estos antes de firmarlos, pero bueno, ¿en qué estaba? Ah sí —suspiró una vez más, y esta vez se puso de pie. Era todo lo que haría por hoy y como le había prometido a otros y así mismo, haría lo posible por no cuidar el no rebasarse de sus límites—Terremotos, lluvias torrenciales... son difíciles de prevenir y mucho más de evitar. Traen más desgracia también, pero las fuerzas de la naturaleza no se mueven por malicia, simplemente son lo que son, los asesinatos de estos días por otro lado deberíamos ser capaces de hacer más para pararlos--- No, somos capaces, yo lo sé, pero algo muy raro está sucediendo ¿Qué no estamos viendo? Es lo que me frustra, te digo.
Obsidian se acercó a las puertas de su oficina, pero antes de empujar la pesada madera con sus manos, miró su reloj y se dio cuenta que era tal vez demasiado tarde para regresar a casa—. Huh, te iba a dar un pequeño descanso de mis quejas en lo que regresabamos pero hoy nos quedaremos aquí —volteó en dirección del último lugar donde percibió a su pequeño acompañante y se encogió de hombros. El brujo dio media vuelta y se dirigió de inmediato a al gran y cómodo sillón que había ordenado para su oficina hace meses cuando se dio cuenta que pasar la noche allí sería algo que haría seguido. Fue una buena compra, ya que antes a falta de un sitio más cómodo su lado dramático lo había impulsado a simplemente hacerse una cama de flores con su clorokinesis , pero era un gasto de energía innecesario, además de que le había sacado más de un susto a sus secretarias. Ya no estaba para esas cosas.
Se dejó caer sobre el sofá, exhalando exhausto y mirando el techo sin más por momento antes de acomodarse mejor y tomar su teléfono, tenía que mandarle un mensaje a Caliope para dejarle saber que no iba a volver esa noche. "Espero no se preocupe", pensó tras presionar enviar. "Espero que ya esté dormida", reconsideró al recordar que su sobrina no la estaba pasando tan bien estos días.
—Lucifer... —llamó al esprit después de un rato de seguir pensando en lo que le había compartido, y escuchó los característicos resuellos de la presencia cerca de él, seguía allí poniéndole atención—. Te voy a pedir el favor de siempre. Sé que mi trabajo no es el mismo que hacen los detectives, pero veré si puedo ayudarlos un poco y hallar alguna pista por mi cuenta, ¿Bien? Si me ves agitado no me despiertes. Déjame soñar lo que tenga que soñar —ordenó serio pero con la gentileza de un padre que habla con su niño—. Buenas noches cariñito.
Dedicándole esas palabras junto con una sonrisa al esprit, el brujo cerró los ojos y dejó que la oscuridad lo guiarán hasta sus sueños, sin pedir esta vez silencio y quietud en su noche. Ese día ya había tenido suficiente de eso mientras estaba despierto.
Poco después de los primeros temblores en la ciudad, Obsidian comenzó a indagar sobre el futuro de Mystery City en sus sueños, pero en ellos no veía ni oía más que la desgracia cayendo sobre su gente, y sus voces confundidas y asustadas se quedaba con él un largo rato incluso después después de despertar.
—Primero los terremotos e inundaciones, el concierto y ahora esto —se quejaba por enésima vez, pensando en voz alta en su oficina. El brujo estaba sentado tras su escritorio, analizando varios de los últimos reportes que le habían llegado sobre los recientes asesinatos en la ciudad— ¿Cuando dejarán de llover motivos para inundar a nuestra gente en la desesperanza? —suspiró, recargándose dramáticamente sobre papeles y papales por un momento antes de oír pequeños sollozos acercarse a él—. Lucifer, shoosh...estoy bien, ya casi termino por hoy y descansaré —acalló a su esprit preocupón cuando el llanto éste llamó su atención—, pero escúchame otro poco, ¿si? —se enderezó para buscar la forma de su pequeño amigo por el rabillo del ojo antes de volver a los papeles—. De verdad que lo de estos días me tiene peor, y no sólo porque de nuevo estoy todo el tiempo encerrado aquí sino que...me pega más la impotencia, o al menos diferente ¿sabes? — hizo una pausa para observar los documentos en sus manos detenidamente, separándolos y poniéndolos en distintas pilas sobre su escritorio acorde a su importancia—. Mañana que tenga más energía releo estos antes de firmarlos, pero bueno, ¿en qué estaba? Ah sí —suspiró una vez más, y esta vez se puso de pie. Era todo lo que haría por hoy y como le había prometido a otros y así mismo, haría lo posible por no cuidar el no rebasarse de sus límites—Terremotos, lluvias torrenciales... son difíciles de prevenir y mucho más de evitar. Traen más desgracia también, pero las fuerzas de la naturaleza no se mueven por malicia, simplemente son lo que son, los asesinatos de estos días por otro lado deberíamos ser capaces de hacer más para pararlos--- No, somos capaces, yo lo sé, pero algo muy raro está sucediendo ¿Qué no estamos viendo? Es lo que me frustra, te digo.
Obsidian se acercó a las puertas de su oficina, pero antes de empujar la pesada madera con sus manos, miró su reloj y se dio cuenta que era tal vez demasiado tarde para regresar a casa—. Huh, te iba a dar un pequeño descanso de mis quejas en lo que regresabamos pero hoy nos quedaremos aquí —volteó en dirección del último lugar donde percibió a su pequeño acompañante y se encogió de hombros. El brujo dio media vuelta y se dirigió de inmediato a al gran y cómodo sillón que había ordenado para su oficina hace meses cuando se dio cuenta que pasar la noche allí sería algo que haría seguido. Fue una buena compra, ya que antes a falta de un sitio más cómodo su lado dramático lo había impulsado a simplemente hacerse una cama de flores con su clorokinesis , pero era un gasto de energía innecesario, además de que le había sacado más de un susto a sus secretarias. Ya no estaba para esas cosas.
Se dejó caer sobre el sofá, exhalando exhausto y mirando el techo sin más por momento antes de acomodarse mejor y tomar su teléfono, tenía que mandarle un mensaje a Caliope para dejarle saber que no iba a volver esa noche. "Espero no se preocupe", pensó tras presionar enviar. "Espero que ya esté dormida", reconsideró al recordar que su sobrina no la estaba pasando tan bien estos días.
—Lucifer... —llamó al esprit después de un rato de seguir pensando en lo que le había compartido, y escuchó los característicos resuellos de la presencia cerca de él, seguía allí poniéndole atención—. Te voy a pedir el favor de siempre. Sé que mi trabajo no es el mismo que hacen los detectives, pero veré si puedo ayudarlos un poco y hallar alguna pista por mi cuenta, ¿Bien? Si me ves agitado no me despiertes. Déjame soñar lo que tenga que soñar —ordenó serio pero con la gentileza de un padre que habla con su niño—. Buenas noches cariñito.
Dedicándole esas palabras junto con una sonrisa al esprit, el brujo cerró los ojos y dejó que la oscuridad lo guiarán hasta sus sueños, sin pedir esta vez silencio y quietud en su noche. Ese día ya había tenido suficiente de eso mientras estaba despierto.