Angus
Sélénites
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Post by Angus on Jun 26, 2022 6:16:00 GMT
Tenía ya dos días en ese lugar, y se encontraba tan aburrido que ni él mismo podía soportarlo. Los humanos trabajaban en un horario diurno, así que dormir era muy difícil cuando la mujer del aseo le pedía entrar a su habitación para ofrecerle algo o solo hacer su trabajo. Claro, había alcohol incluido y eso lo aprovechaba, pero realmente no encontraba caso salir solo para miniedades humanas como comer, o jugar en la playa.
En eso ya de por sí había un problema, y era que el vástago no era fan del océano. Nunca quiso subir a un barco desde lo que pasó con su hermana, y prefería mil veces subir a un avión que a cualquier cosa que flotara. Lo único bueno era que el lugar, como playa paradisiaca, ofrecía un gran abanico de posibilidades en cuanto a fauna, y pronto en su terraza se hallaban aves o reptiles que cruzaban por ahí para "saludar". Era algo difícil mantenerlos fuera de la habitación, así que prefería salir y pasar el rato en alguna sombra, leyendo, mientras todas las bestias de la isla jugaban alrededor suyo.
Lo que no esperó fue que aquel punto tan especial fuera encontrado por otra persona, y que esta, al acercarse, despertara la atención de los animales. Sus ojos se alzaron por sobre sus lentes, abriéndose con sorpresa al descubrir a aquel con quien había compartido una noche tan peculiar.
—¿Carel?
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Post by Carel Helland on Jun 28, 2022 5:33:19 GMT
Cuando pensaba en lo de salir de la rutina, no se refería exactamente a quedarse en la tienda de acampar a leer y releer varias cosas.
Las noches ahí eran espléndidas, frescas, y estimulaban su curiosidad al grado de que menos de doce horas le eran tan pocas para sus paseos. En los días que no podía dormir, la espera era todavía más larga. Con dos días le quedó claro.
En otra tarde calurosa de insomnio, lapicera en mano, se la pasó haciendo dibujos rápidos de patrones de figuras que se le iban ocurriendo sobre sus separadores. Se había perdido en las palabras que estaba leyendo cuando se le cruzó la idea.
Mantuvo la carpa cerrada con el mosquitero, permitiendo la vista al mar y la playa como parte del ambiente de adentro. En esa imagen ligeramente oscurecida por la redecilla, entró a su vista periférica un movimiento un tanto inusual.
Al asomarse, una sonrisa se le había formado después de horas. Se trataba de un ejemplar de lagartija. Debía revisar después cuál era exactamente, una con protuberancias llamativas a los lados; lo importante es que estaba ahí, frente a él.
Retrocedió con cautela, lo que menos quería hacer era espantarlo. Se cubrió con más bloqueador antes de volver a cubrirse el cuerpo completo con sus prendas largas, incluyendo su holgado abrigo beige; y guantes.
Abrió con cuidado la entrada, aunque con el simple acercamiento la criatura había corrido de ahí. Y sin quererlo perder de vista aún, cerró la tienda mientras la miraba de reojo.
No importaba su cautela o el apurarse a tomarlo, terminaba apurándose e iba avanzando cada vez más con el fin de perder al tipo corriendo detrás de él, aunque parecía que este no le importaba perseguirlo por la playa, quizá con la mirada de algunos curiosos que lo notaban todo cubierto en un panorama que no le favorecía pasar desapercibido.
Sin estar al pendiente del tiempo, fue buscando en varios sitios, rincones y escondites una vez que lo perdió de vista. Al primer ápice de desilusión se marchó de donde creía haberlo visto por última vez, con la nueva esperanza de talvez hallar uno parecido en el camino cuando...
—¿Ah? —buscó y observó bien a quien le había llamado—. Oh, hola, Angus~ —su sonrisa volvió a hacerle compañía, sin importarle el calor golpeándole alrededor—. ¿Y ese bonito detalle de cruzarte por mi camino?
Hasta él se forzó a fingir que estaba en uno de sus paseos casuales.
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Angus
Sélénites
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Post by Angus on Jun 28, 2022 19:59:11 GMT
La sorpresa seguía impregnada en su semblante, sin aún creer que lo encontraría en tal lugar, pues no recordaba haber visto a alguien conocido en todo ese viaje. Claro, llevaba pocos días, y no era como si se hubiera puesto a buscar por todos lados la cara de una persona en especial. Realmente había sido todo lo contrario.
Luego de que escuchara su respuesta, una pequeña sonrisa se coló entre sus labios, pues aquel tono coqueto no parecía abandonar la voz del vampiro cada que se veían. Terminó por quitarse los lentes de sol para así dejarlos en su camisa semi abierta debido al calor, estaba descalzo en la sombra, con unos shorts arriba de la rodilla que le ayudaban a verse fresco, como si realmente le afectara el clima del lugar, lo cual no era así, pero era mejor para camuflarse.
—¿Mmmn? Es que te haces a extrañar~ —le siguió el juego mientras sentía que algo se trepaba en él y se asomaba por su hombro, descubriendo una lagartija bastante colorida—. Oh vaya, ¿Te venían siguiendo? —le preguntó al animal, el cual no despegaba los ojos de Carel, a lo cual rió—. Vamos, no muerde, a veces~
Dirigió entonces su mirada hacia el castaño, sonriéndole con diversión.
—No sabía que dibujabas, ¿Puedo ver?
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