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Post by Caliope Edevane on Oct 17, 2021 0:28:50 GMT
Realmente no conocía tan bien a la gente de París como quisiera, desde su llegada a aquel lugar apenas hacía algo más que trabajar y estudiar… en especial luego de perder a su hermano ya que ahora ella dependía de sí misma completamente.
Todo era estúpidamente difícil a su parecer, porque si ese no fuera su colmo se encontraba en un país que llegó apenas sabiendo lo básico del idioma y años después seguía teniendo dificultades para recordar las palabras o pronunciar cosas debidamente. Pero… ¡Había encontrado a alguien de su natal Inglaterra! Xavier… Padre Xavier. No pensaba volverse amiga de un padre, en especial luego de lo que había pasado con la religión en el pasado pero… ¡pero no iba a darse atrás ante esa oportunidad! Acordaron previamente verse para la hora del té como buenos británicos que eran, antes de eso pasó por una florería y una pastelería encargando un bouquet de tulipanes frescos de todos los colores y comprando unos pasteles y galletas para acompañar la ocasión.
Camino radiante como nunca hacia la iglesia, no esperaba hacer eso en su vida, pero ahí iba tarareando alegremente una melodía. Entro a la iglesia y pudo sentir el frío abismal que envolvía esos lugares pero el suave brillo de los vitrales captó la atención de la rubia quien se adentraba movida por su curiosidad e intentando ubicar a quien sería su acompañante esa tarde.
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Post by Xavier Muller on Oct 17, 2021 0:47:25 GMT
No entendía ni para si mismo que le llevó en aceptar aquel ritual tan típico de su nación con una extraña. A los ojos del falso padre Muller todos los seres sobre la faz e la tierra lo eran, más su fachada de buen hombre en suelo humano debía mantenerse firme si no quería ser descubierto. Acomodó sus hábitos y se valió de contactos dentro de Notre Dame para ingresar al sagrado templo y esperar a la jóven Caliópe. Sin darse cuenta siquiera, la añoranza de su antigua vida estaba invadiéndolo y tratar con alguien del mismo pago podía considerarse un regalo. "Una merienda en el jardín sería más indicado si no fuera por los leves rayos del sol que todavía se aprecian" Pensó en un suspiro derrotado mientras calentaba el agua y decoraba la mesa con todo lo necesario. Echó un vistado al reloj de pared.
- ¿Mm?
El eco de un tarareo suave y femenino le llenó de nostalgia y calidez ¿Había llegado? O bien podría ser otra persona que necesitaba de un momento a solas con Dios. Aún así, los pasos del hombre lo guiaron hasta el área reconociendo a la chica gracias a las fotografía de su perfil.
- Buenas tardes, hija mía... - Sonríe complacido llevándose una mano al pecho ante el gesto de la contraria quien apreciaba los vitrales en muestra de curiosidad - Bienvenida. Tan puntual como esperaba.
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Post by Caliope Edevane on Oct 17, 2021 3:43:53 GMT
Parecía casi hipnotizada viendo el brillo lleno de colores, tan hermoso y divino. Se olvidaba lo hermosas que podían ser las iglesias y catedrales… ¿hace cuanto tiempo no iba a una? Quizás desde que dejó su país natal… Era nostálgico cuanto menos, recordaba aún aquellas presentaciones que hizo por su escuela cantando en el coro.
“Esos años… ya pasaron” “Es cosa del pasado y esa chica perfecta solo fue una ilusión…”
Fue el eco de los pasos acercándose a ella que la sacó del trance y volteo hacia la dirección que venían contemplando la figura masculina que la saludaba tan cordialmente. Una sonrisa se formó en los labios de la muchacha mientras sus mejillas se ruborizaban ligeramente por esto.
—Padre Xavier, buenas tardes— Llegaba a parecer algo angelical la aparición de esta debido a su apariencia cuanto menos delicada y voz en extremo suave, se notaba que podría hablar algo más fuerte pero se limitaba a aquel tono— Me preocupaba llegar tarde pero ya veo que no fue así— Se acercó al hombre y le ofreció el ramo de flores que ya había prometido anteriormente— Es un gusto poder conocerlo en persona— La alegría de esta parecía genuina, incluso algo inocente por su forma de expresarse que era algo recatada.
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Post by Xavier Muller on Oct 17, 2021 4:30:59 GMT
Inclinó la cabeza a un lado viendo aquellas flores tan bellas y frescas antes de tomarlas delicadamentes y refugiarse momentáneamente en el aroma que despedían. Escuchaba con atención a la hermosa jóven notando una inusual pizca de nobleza e inocencia que, si bien se percibía desde el chat, en persona podía considerarse bastante palpable.
- No se preocupe. Justamente el agua ya debe estar lista para el té. - En un gesto propio de la caballerosidad inglesa, el vástago tomó la mano de Caliópe para depositar un dulce beso. - El gusto es totalmente mío. Siéntase como en su casa y muchas gracias por las flores. Procuraré cuidarlas con esmero. - Retoma su distancia acomodando el ramo entre sus brazos como si arrullara a un niño - Por favor, acompáñeme, es por aquí.
Dando media vuelta, empezó a caminar rumbo a uno de los pequeños cuartos de la gran catedral donde podrían tener la privacidad necesaria para conversar o debatir. A espaldas de la muchacha, Xavier portaba una expresión automáticamente seria y hasta carente de emociones. Una que contrastaba enormemente con sus acciones.
- Por cierto, noté que estaba muy al pendiente de los vitrales ¿Le gustan?
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Post by Caliope Edevane on Oct 17, 2021 20:58:39 GMT
Parecía muy complacida al ver cómo tomó las flores y su rostro estaba iluminado con una cálida expresión dirigida al vástago.
—¿en serio? ¡Eso es un alivio…!— No pudo modular otras palabras cuando vio como este se inclinaba tomando su mano y depositaba un beso en esta. Se quedó paralizada un par de segundos en su lugar observando esto, su rostro… ardía, ardía mucho y a vista de los demás la palidez de su piel se puso de un rojo intenso ante la pena, pero estaba extrañamente…¿emocionada? Era un lindo gesto, muy caballeroso y le gustaba esa clase de cosas, quizás había leído demasiado novelas románticas para emocionarse de esa forma— A-Ah… n-no es nada hahaha…— Ahora parecía un poco atontada por un gesto tan simple y se llevó la mano al pecho inhalando profundamente e intentar calmarse. Disimular ya no podía hacerlo, ya quedo como pendeja y era obvio.
Siguió a un paso algo apurado al más alto y lo miraba ahora a este algo curiosa, era como si analizara con discreción aquel hombre que la había invitado tan educadamente a tomar té. Tenía el pelo castaño y algo esponjado… se preguntaba si era suave al tacto, también había notado lo profundos e intensos que eran sus ojos a pesar de ser tan claros como el mismo cielo. Su curiosidad, nuevamente fue irrumpida por sus palabras y se sobresaltó unos segundos pensando que quizás dijo sus pensamientos en voz alta.
—Si… Quizás no sea la persona más religiosa realmente pero puedo apreciar la belleza de algo cuando está frente de mi… Además me recuerda un poco a la escuela a donde iba— Ugh, qué mal trago le dio ese recuerdo llegar a su mente otra vez, esto provocó que se quedara en silencio unos segundos antes de seguir— S-solía… solía ir al coro asi que tenia que ir algo seguido a la iglesia que había cerca—Muy a pesar de su titubeo no dejaba de sonar increíblemente sincera, incluso contando algo tan simple como eso aun que fuera algo que claramente no era de su agrado recordar.
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Post by Xavier Muller on Oct 18, 2021 1:32:42 GMT
- Oh, ya veo... Los gestos de la bruja podían catalogarse de adorables y naturales ¿Era acaso una mujer de tinte inocente? Al menos eso denotaba a primera instancia. Siguieron caminando un poco más, Xavier ignoraba las observaciones de la ajena quien tenía un peculiar interés por su apariencia. De saberlo no le habría tomado por sorpresa, más tampoco era la gran cosa. Ella, por su lado, realmente era una chica hermosa, pese a que el vástago no era de detenerse tanto en la apariencia física de otros por mera costumbre. - Me está diciendo entonces que ha sido educada en una institución ligada a la fé. No se preocupe. - Sonríe apenas mirándola por encima de su hombro - Puede sonar exraño viniendo de mí, pero soy una persona que aboga por la libertad religiosa de cada ser. Tal vez no sea usted una mujer adepta a los hábitos que promueven una vida monástica como la mia, más eso no la excluye de ser una buena persona. - Se detiene frente a una puerta abriéndola - Es aquí, pase por favor. El cuarto era sencillo, limpio y cálido. La mesa estaba impecablemente puesta y lista para la tan ansiada merienda. Fuera interesante la plática de acá en más o no, daba igual. Xavier buscaba saborear un poco de la nostalgia charlando con una compatriota y compartir impresiones, quizás. Todo era posible. - Por favor, póngase cómoda - Ingresa colocando las flores de florero cercano observando que estuvieran perfectamente acomodadas - Voy a ponerles agua y de inmediato serviré nuestra tan ansiada infusión.
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Post by Caliope Edevane on Oct 18, 2021 19:50:59 GMT
Estaba algo perpleja ante la respuesta de este y parpadeo varias veces sin creerse lo que decía… ¿En serio podían haber figuras religiosas tan amables como él? Bueno… hay una primera vez para todo, incluso para algo tan simple como eso.
—Si tiene razón… Cualquiera puede ser una buena persona, independiente de sus creencias…— Estaba un poco nerviosa de decir algo que no correspondiera y el sentir la mirada de este hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo haciendo que ella desviara la mirada de este con algo de pena y volviendo el tono rojizo por unos instantes a sus mejillas. Simplemente hizo caso a este y entró a la habitación sin dudar mucho… ¿acaso era bueno confiar tan despreocupadamente en alguien que recién conocía como ella lo estaba haciendo? Quería confiar en las buenas intenciones de este como en las de cualquiera que la trataba tan amablemente.
Mientras ponía las flores en un florero le volvió a regalar una sonrisa con una pequeña risa melodiosa.
— Está bien, yo solo sacaré los pastelillos que traje… Hay tantas pastelerías en París que siempre me cuesta elegir algo hahah~— Comento algo juguetona y empezó a sacar de la caja de cartón que traía en manos diversos pastelillos, desde algunos de chocolate, a algunos con fresas decorandolos. Se notaba la delicadeza y cuidado en sus movimientos procurando no hacerle daño a los bocadillos que le había costado tanto elegir. Entre tanto hacia esto, se podía escuchar como tarareaba nuevamente una melodía, su voz era suave y dulce, como si la misma miel tuviera un sonido, era relajante la canción que ahora sonaba en aquella habitación. Cuando termino de acomodarlos detuvo su arrullo y guardo silencio como si estuviera pensando bien que iba a decir— Es…es bonito poder volver a tomar el té asi, en especial si puedo de paso conocer a alguien—
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Post by Xavier Muller on Oct 18, 2021 23:08:30 GMT
Con el agua a punto de ebullición, el vástago revisó todo con cuidado, no obviando los detalles, y prestando oídos a la melodía que la jóven bruja tarareaba suavemente mientras se dedicaba a sacar los bocadillos típicos de la merienda. De repente, la notoria seriedad que ostentaba por inercia desapareció volviendo a darle paso a la añoranza de su antigua humanidad casi como una caricia que le recordaba las cosas que había perdido. Suspirando, aprovechó para llenar de agua el florero y apoyar el mismo cerca de un lugar donde pudiera verse. Era un regalo bonito, sencillo, pero signficativo.
A pesar de tales sentimientos, la voz de Calíope lo regresó a la tierra volviendo a sonreír al mismo tiempo que se acercaba para servir el té y darle una rápida mirada a los pasteles y otros dulces apetecibles. "Maldición, tendré que disimular ya que no es algo cuyo sabor pueda disfrutar... Al menos no como antes." Pensó mordiéndose levemente el labio inferior antes de carraspear.
- Pienso lo mismo, hija mía. - Toma asiento frente a ella - Ya sentía que me estaba desacostumbrando, pero puedo decirle con total honestidad: Bendita la hora en que la conocí en el chat, jajaja. Estos pasteles.... Lucen deliciosos. La repostería francesa si que sabe lucirse ¿No cree?
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Post by Caliope Edevane on Oct 19, 2021 5:23:14 GMT
Miró la mesa ya puesta, noto como se mordía el labio y se confundió un poco por aquella reacción ¿había algo de malo con lo que había traído? En aquel momento toda skill social que tenía desapareció. La presión en su pecho se hizo presente nuevamente y no pudo evitar sentir algo de ansiedad, apenas conocía algo de este y andaba pensando cómo iniciar o seguir la conversación, un revuelto de posibilidades infinitas se abrió en su cabezas y en todas quedaba en ridículo… Otra vez.
Pero ah, otra vez sus palabras… Hacía que le diera un vuelco en el estómago tras otro, quizás estaba también desacostumbrada a que se dirigieran a ella de esa forma, los hombres que se topaba en el bar eran en extremo vulgares… Pero sus palabras tan amables y buenos modales hacía que la bruja de cabellos dorados tuviera las mejillas aún más rojas de lo normal. Volvió a sentir el calor en su rostro y no pudo evitar dirigir su mano para tocarla y confirmar sus sospechas haciendo que pusiera una mueca de vergüenza y soltara un pequeño quejido que era extrañamente adorable.
—Lo…¡Lo siento! Ahaha, solo que también me toma de sorpresa con sus comentarios… ¡No es nada malo! Son muy bonitos y…y eso…— Dios santo Caliope eres una tremenda awkward— Desde que llegué a Francia han sido mi talón de Aquiles…Y um… La verdad también me alegra mucho el haberme topado con usted en el chat— Había mantenido la mirada desviada a la de este pero ahora lo miro de frente pasando un mechón de pelo atrás de su oreja.
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Post by Xavier Muller on Oct 19, 2021 22:29:04 GMT
Los gestos de la contraria llamaron su atención. Aún así, el falso cura matuvo el temple en la mirada sirviéndose un poco de azúcar. En el fondo él mismo sospechaba que la jóven bruja podía ser muy observadora y no se le escapaban ciertos ademantes que él pudiera estar haciendo ¿Se daría cuenta? Esperaba que no o todo se arruinaría. Al menos así lo percibía él.
- No se preocupe ¿Será que siente el cuarto un poco caluroso? - Alza la taza y echa una rápida mirada alrededor rompiendo el hielo para no incomodar más a la chica con lo que pudiera decir. - Con franqueza, éstas habitaciones tienen un clima bastante inestable a causa de la temperatura ambiental sumado a la humedad. Pero eso también se debe al material utilizado en aquel entonces para su construcción.
Bebió despació cerrando los ojos mientras Calíope agradecía también aquella interacción como una buena oportunidad de tratarse mutuamente. No evitó soltar una leve risa ante lo de que sus propios comentarios la tomaban por sorpresa. Era su especialidad después de todo... O ella era una amante empedernida de las mismas, todo era posible.
- No necesita disculparse, lo que le he dicho es la absoluta verdad. - Guiña un ojo y toma una pequeña porción de pastel sonriendo leve y bajando los párpados - Se ha esforzado por traer estos finos dulces y no quiero desaprovecharlos. Solo sepa perdonarme que no los consuma tanto puesto que soy diabético.
"Dios, como odio mentir con esto. Maldita conversión." Gruñía furioso por dentro obligándose a contenerse antes de probar el insípido bocado ocultando el desagrado que implicaba no poder deleitarse de su sabor y bebiendo el té nuevamente para disimularlo.
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Post by Caliope Edevane on Oct 21, 2021 0:03:27 GMT
Ya había hecho todo incomodo, dios santo Caliope, que lista sos, si, si que lo eres. Intentaba asentir a todo lo que este decía mientras preparaba su té pensando que quería que la tierra se la tragara en aquel instante. Si te dieran una moneda cada vez que era awkward sería millonaria y no debería trabajar tanto como lo hacía. Aunque bueno… se notaba el don de la palabra que tenía con las palabras, sabía que decir con presión a pesar que ella es en extremo torpe socialmente…
“…que admirable”
Cuando le guiño el ojo nuevamente volvió a desviar la mirada y rió nerviosamente, ya parecía que el estado natural de su rostro era estar casi todo el tiempo rojo por la pena— Siempre tan amable, pero es lindo que te digan tantos cumplidos, no le mentire— Tomó un sorbo de su té sin antes darle un soplido para no quemarse y contemplo como este comía los bocadillos con discreción. Era… extraño.
Había algo que no encajaba, era realmente un encanto de persona pero no parecía cómodo comiendo eso, otra vez algo le decía que algo estaba fuera de lugar y su comentario…
Bajo la taza y tomo algo de aire antes de decir algo— No tiene que mentirme así Xavier… Si no quiere o puede comer los pasteles no lo haga, se que es muy cortés pero tampoco quiero que se fuerce a hacer algo que no gusta— De repente los titubeos de la muchacha cesaron y fue increíblemente directa con sus palabras, no era agresiva, en absoluto, estaba genuinamente preocupada por su comodidad y se notaba en la suavidad de su expresión— Ya algo se me ocurrira si es que llegan a sobrar, pero solo quiero que usted disfrute el momento tanto como yo— En ese momento acercó su mano a la mano libre del contrario y la toco casi como si fuera un roce o incluso una caricia.
Contrario a lo normal de otros humanos, esta estaba realmente helada al tacto al punto que parecía casi una muerta en vida o el mismo invierno hecho mujer debido a su gelidez.
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Post by Xavier Muller on Oct 21, 2021 1:09:45 GMT
Parecía que la situación estaba controlada y el vampiro seguía bebiendo tranquilamente aquella infusión cuando las palabras de Caliópe lo alertaron repentinamente con la taza levemente inclinada. Parpadeó un par de veces sin mostrar signos de nervios por fuera, aunque por dentro era un manojo de nervios ¿Sospechaba algo siquiera? Dioses, ojalá que no. No podía darse ese lujo... Por lo menos no en la superficie. - Hija mía, que observadora eres. - Deja la taza sobre el plato y se cruza de piernas manteniendo la elegancia y la sonrisa haciendo como si nada pasara - Créame que nada me daría más placer que paladear éstos manjares, solo que las limitantes de mi salud no me lo permiten. Pero agradezco de corazón su comprensión ¿Sabe? Me daría una pena inmensa que se desperdiciara el resto así que no sería mala idea compartirlo con los demás sacerdotes quienes estarán encantados. Bajó la mirada hacia esa delicada mano palpando la suya. Lamentablemente no podía hacer nada respecto a su baja temperaura corporal. A veces no se sentía tanto, pero en ocasiones como éstas, donde los nervios hacían acto de presencia, podía acrencentarse más. El vástago se valió de sus dedos para rodear la palma de la bruja riendo suave.
- No se asuste... Es normal.
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Post by Caliope Edevane on Oct 22, 2021 0:28:51 GMT
Bingo.
Le dio directo al clavo… ¿lo logró?
Era obvio que algo pasó por la mente del joven hombre por la reacción que tuvo, conocía bien esa clase de reacciones y estuvo pensando qué diría. Con la mano libre que tenía, tomó el tenedor y pincho la frutilla que decoraba el pastel que tenía frente a ella. Pasó la fruta por sus propios labios con suavidad antes de darle una mordida, era extrañamente seductivo como hacía esto teniendo la mirada clavada en Xavier, era obvio que estaba pensando algo más.
“Sigue evadiendo e insistiendo… Debe haber algo más pero…” “Quizás debe ser algo muy privado o que no le guste hablar…” “No debo presionarlo, si no lo dice es por algo”
Sus propios pensamientos se irrumpieron por como este tomó su mano de vuelta, estaba tan helada como ella… no había nada de calidez. Eso no la hubiera sorprendido tanto si esa risa tan suave la hubiera captado con la guardia baja.
“No se asuste”
“Es normal”
Resonó en su cabeza.
1+1 son 2
Y el padre Xavier era un Selenita.
No dijo nada pero miró directo a los ojos a este y parpadeo varias veces claramente perpleja por su respuesta. Las palabras no eran necesarias en ese momento para comprender que la bruja había conectado los puntos.
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Post by Xavier Muller on Oct 23, 2021 0:06:49 GMT
De nueva cuenta disimuló la sorpresa al sentir que la piel de Calíope era tan fría como la suya. El pensamiento lo llevó momentáneamente a maquinarse que también podría tratarse de otro sucio vástago y, por escasos segundos, emitió una mueca leve que podría denotar desagrado. Más, sin prueba ¿Cómo juzgarla? Podría estar equivocado y simplemente tratarse de una chica con presión baja o alguna otra condición semejante. Notaba como comía aquella fruta con elegancia y toque seductivo ¿Era inconsciente o intentaba captar su atención? Eso no bastaría, se conocía perfectamente. Xavier retiró la mano regresánsola a su regazo.
- ¿En que piensas tanto, mi estimada? Tus ojos no han dejado de mirarme y, aunque me siento halagado, también estoy curioso. - Vuelve a tomar la taza cuidadosamente - ¿Le gustaría confesarme algo? Me ampara el secreto eclesiástico, aunque está claro que no es una obligación.
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