Post by Zareb Abara on Oct 26, 2021 23:54:49 GMT
Estaba de descanso del trabajo, o eso se suponía debía de ser, pero una vez más el moreno hacía lo que se le apetecía y se desvió por unos pocos, cientos de metros del restaurante donde estaba laborando para poder darse un respiro de tanta gente que tuvo que atender el día de hoy ¿Y qué mejor lugar para descansar del bullicio de los clientes que en donde hay bullicio de transeúntes? Entre residentes y turistas que vienen de paso por el espacio amplio donde estaba de fondo la más famosa torre del mundo, Zareb por la prisa del salir del local se había cambiado a medias: cargaba con sus jeans oscuros y sus zapatos deportivos pero no había conseguido cambiarse la camisa de vestir blanca y de paso mantenía su cabello recogido en una coleta alta; desordenado pero informal iba caminando con una mochila colgando por sobre el hombro sin tener un rumbo fijo por donde ir ¿Tal vez podría ir al café donde trabaja Orpheus? Descartado, no tenía animo como para lidiar con los sermones del carnero si lo pillaba escapándose de sus responsabilidades como adulto funcional, tampoco es que podía buscar a Carlos porque también haría lo mismo y él era peor por poseer un poder de convencimiento mayor llamado "dedazo en al frente" y Zareb no quería exponerse a eso.
¿Pero cómo podría matar el aburrimiento?
Ubicó finalmente una banca desocupada donde arrojó su mochila, era una pena que su instrumento musical fuera grande o sino podría transportarlo cómodamente ¿Qué otra cosa podría hacer? Fácil, bailar. Era otra forma de descargar energía y estrés que le resultaba sumamente útil: bastó con ponerse audífonos y empezar con sus estiramientos antes de proceder con algún movimiento osado o piruetas, cosa que le gustaba hacer, era divertido desafiar la gravedad.
También era divertido desafiar a la autoridad.
-¡HEY!- escuchó una voz profunda llamarle la atención, estando parado de manos pudo ver que se trataba de un oficial con solamente detallarle el uniforme... Zareb se quedó así en esa posición mientras el otro individuo se acercaba a él con un evidente ceño fruncido -No puede bailar aquí, es un espacio público y por aquí caminan personas-.
-Zas ¿No ve que estoy caminando también?- en vista del silencio del hombre, Zareb continuó -Camino con las manos, me parece una discriminación que me regañe a mi solamente y no a los que caminan con los pies- y nuevamente silencio de parte del uniformado, la advertencia había sido clara y por supuesto que el moreno había entendido perfectamente pero quería seguir con el juego.. Y su víctima de momento no se lo estaba dejando fácil, ahora solamente le quedaba una opción. Suspirando, dejó caer los pies a tierra y se enderezó para verlo cara a cara -Bueno, ya esta...- tomó su mochila, y con un puchero obvio... Empezó a bailar otra vez haciéndole mofa a la autoridad, provocando que el hombre empezara a sacar las esposas y con ello el moreno comenzará a darse a la fuga del regaño.
¿Pero cómo podría matar el aburrimiento?
Ubicó finalmente una banca desocupada donde arrojó su mochila, era una pena que su instrumento musical fuera grande o sino podría transportarlo cómodamente ¿Qué otra cosa podría hacer? Fácil, bailar. Era otra forma de descargar energía y estrés que le resultaba sumamente útil: bastó con ponerse audífonos y empezar con sus estiramientos antes de proceder con algún movimiento osado o piruetas, cosa que le gustaba hacer, era divertido desafiar la gravedad.
También era divertido desafiar a la autoridad.
-¡HEY!- escuchó una voz profunda llamarle la atención, estando parado de manos pudo ver que se trataba de un oficial con solamente detallarle el uniforme... Zareb se quedó así en esa posición mientras el otro individuo se acercaba a él con un evidente ceño fruncido -No puede bailar aquí, es un espacio público y por aquí caminan personas-.
-Zas ¿No ve que estoy caminando también?- en vista del silencio del hombre, Zareb continuó -Camino con las manos, me parece una discriminación que me regañe a mi solamente y no a los que caminan con los pies- y nuevamente silencio de parte del uniformado, la advertencia había sido clara y por supuesto que el moreno había entendido perfectamente pero quería seguir con el juego.. Y su víctima de momento no se lo estaba dejando fácil, ahora solamente le quedaba una opción. Suspirando, dejó caer los pies a tierra y se enderezó para verlo cara a cara -Bueno, ya esta...- tomó su mochila, y con un puchero obvio... Empezó a bailar otra vez haciéndole mofa a la autoridad, provocando que el hombre empezara a sacar las esposas y con ello el moreno comenzará a darse a la fuga del regaño.