Post by Taylor Sørensen on Mar 5, 2022 16:14:48 GMT
Los días habían pasado y, para bien o para mal, todo seguía su curso, haciendo que muchos volvieran a la normalidad a la que tanto estaban acostumbrados; sin embargo, no todos podían "disfrutar" aun de esta situación, había cabos por atar y, para desgracia de Cassius, había llegado el momento de enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Había sido citado desde temprano para ir al magisterio; pero, contra todo pronostico, no fue su jefe de departamento quién lo hizo, sino uno de los magistrados...la cosa era bastante seria para llegar a algo así, o al menos, era lo que uno pensaría dadá la situación.
Caminando a paso firme y con una carpeta en brazos, Taylor finalmente había llegado a la pequeña sala en la que el vampiro había sido citado, tras recibirlo con una sonrisa típica de la magistrada, tomo asiento. Supiró, tal cual un padre decepcionado viendo las notas de su hijo, negando un par de veces.
—Cassius, Cassius... Acabo de leerme tu historial, esta fresco en mi memoría. Eres un empleado bastante bueno en tu rubro, te felicito.
Taylor puso sus codos sobre la mesa, entrelazando los dedos de sus manos para recargar la barbilla en ellos, mirando al muchacho fijamente en el momento
—Aunque el deslíz que hiciste es algo que no se puede pasar por alto...Lo sabes mejor que cualquier selenita cómun. Ambos sabemos que los que rompen las reglas terminan mal, muy mal...— su rostro mostro un semblante más serio y lugubre ante aquellas palabras, mientras sus ojos ambar no dejaban de verlo.
—Pero tienes suerte, tú no eres un selenita ordinario— La sonrisa esplendida de la magistrada volvio a pintarse sobre su rostro, ladeando ligeramente la cabeza.
—Estas suspendido de tus actividades en el DAS hasta nuevo aviso; en su lugar, harás trabajo de intendencia para el resto del magisterio. Estarás en el peldaño más bajo de este lugar, más abajo que los intendentes de planta...Pero es mucho mejor que estar en la cárcel ¿Verdad que si?
Taylor terminó por recargarse en el respaldo de su silla, con una sonrisa más tranquila al igual que su mirada. Bajó ligeramente sus lentes redondos y rosados, mirando al selenita que ahora estaba frente a ella, como si con eso le dijera si tenía algo que decir a su favor ¿Una queja? ¿Una réplica? ¡Quizá un agradecimiento! La kitsune no se cerraba ante lo que el muchacho pudiese decir.
Taylor terminó por recargarse en el respaldo de su silla, con una sonrisa más tranquila al igual que su mirada. Bajó ligeramente sus lentes redondos y rosados, mirando al selenita que ahora estaba frente a ella, como si con eso le dijera si tenía algo que decir a su favor ¿Una queja? ¿Una réplica? ¡Quizá un agradecimiento! La kitsune no se cerraba ante lo que el muchacho pudiese decir.