E5: PA "A sweet date" (+18)

Llevó los dedos de Paul que entrelazaban los suyos hacia sus labios, besándolos. Se sentía tan ligero y seguro, podría estar así bastante tiempo.

— Si —respondió verbalmente—. Me gustaría mucho... ¿Y a ti? —lo vio de reojo, mientras sus dedos acariciaba esas manchas coloridas en su espalda y hombros.

Lo pensó un poco, viendo sus posibilidades de ir a algún lugar donde pudieran nadar. Había visto un mapa y sabía que ese país tenía playas, quizá un lago estaría dentro de sus opciones.

— ... Podemos ver eso —respondió a lo primero—, estamos cerca de la playa, o en un lago.

Correspondió al beso con otro más, siendo igual de suave y lento que el castaño. Le gustaban esos besos, y sus labios eran muy tersos.

— ¿Así?

De hecho era cierto, no había pensado en su trabajo desde que iniciaron su cita, no al menos de manera obsesiva. Tampoco sentía urgencia de volver al papeleo de los reportes o de tomar todos los turnos que pudiera para mantenerse ocupado.

Justo ahora, lo que más deseaba era volver a besar el hombro de Paul, y sentir que el día seguiría a su lado.

— Creo que lo entiendo —dijo lentamente, acomodándose en ese lugar para hacer lo que pensaba, besando su piel—, esto me gusta más de lo que jamás imaginé.

Pero si, era tarde, y Paul se veía cansado.

— ¿Quieres que te lleve a casa?

— ¿Pasita? —preguntó confundido, hasta que vio sus manos y notó que estas estaban sobre hidratadas. Ah, a eso se refería, pero se iba a quitar pronto—. Esta bien, si quieres puedes tomar algo de mi ropa, aunque creo que te quedará grande.

Le ofreció una camisa al menos, para que la llevara sobre sus pantalones.

— Es mejor llevarte pronto, o Shion se va a preocupar.

¿Le había robado su camisa? ¿Pará qué la querría una serpiente? Ahora tenía más curiosidad, pero quizá no sería prudente preguntarle aún.

—Entonces te llevaré, no quiero ser regañado por ella —y hablaba en serio, aunque se dio el ánimo de sonreír, dándole un beso en la frente antes de poner una toalla en su cabello—. Es más, le tengo el concierto grabado de Justin Bieber, quizá así me perdone si te llevo tarde.

—Un compañero del trabajo me enseñó a recuperar algunas cosas de la memoria del teléfono —le contestó mientras intentaba secarse el cabello, que al ser más largo lo hacía algo difícil—. No pude hacer mucho, pero como era el único video que tenía, se guardó.

De todos modos casi no usaba esa cosa, solo para llamar y mensajear a Paul, y para el trabajo.

—Espero que con eso no se enoje —dijo al final, dándole la espalda para buscar sus boxers, dejando ver ese enorme tatuaje de alas negras en su espalda, y varias marcas profundas de heridas en toda esta—. ¿Quieres que te preste algo más?