Gata vs Gata (Priv Angus)

— Oh, lo siento, fui bastante descortés, ¿verdad? —le dijo al felino con una sonrisa apenada y en sus ojos no cambió aquella dulzura hacia el animal. La pantera solo supo verlo mal, restregándose contra sus piernas mientras veía desconfiada al leopardo de las nieves—. Solo hace mucho que no veía a uno de tu especie.

Sus manos pasaron tiernamente por el pelaje de la pantera, calmándola un poco mientras esos ojos dorados veían a la contraria con atención, gruñendo por lo bajo hacia Angus que esta no le agradaba, haciéndole reír mientras se arrodillaba en el suelo, mostrando que estaba descalzo en ese falso bosque.

— Como si alguien pudiera separarme de tu lado, mi pequeña damita —susurró con cariño hacia el felino más grande, escuchando su ronroneo de inmediato, recibiendo una lamida en su brazo—. No has cambiado nada desde que eras una cachorra, Lass.

Y es que la había llamado así luego de varios años de perder a su primera compañera, un puma hermoso que había salvado en un bosque de América, y quien se había encariñado con él al punto de pasar su corta vida con él. Jamás creyó tener otra compañera como ella, pero apenas había encontrado a esa cachorra de pantera en pésimas condiciones, víctima del tráfico ilegal, supo que no podría dejarla ahí. Además, a veces sentía que era como si su primera Lass hubiera renacido solo para acompañarlo en su solitaria existencia inmortal.

— ¿Te molesta si nos sentamos aquí? —preguntó hacia la otra dama que los acompañaba—. Descuida, no volveré a acercarme si no quieres —se sentó contra un árbol y de inmediato la pantera olfateó con curiosidad hacia la más pequeña, pues ella no conocía muy bien como la puma a los seres extranormales—. Esto no es un bosque como tal pero..., es suficiente como para no enloquecer por completo.

Se sentía más cómodo hablándole a un animal, o bueno, un cambia formas, que a un humano, así que se aprovechó de eso y suspiró, quería convertirse y correr entre los árboles, como antes.

"¿Por qué no te conviertes?", le preguntó la pantera "¡Juega conmigo!".

Las orejas redondeadas de la pantera se alzaron al ver que la otra hacía la misma posición que el pelirrojo cuando jugaban juntos, y su primer instinto fue ver hacia el vástago, quien solo sonrió y asintió, dándole luz verde para hacer la misma posición mientras este cruzaba los brazos detrás de su cabeza como apoyo para así recostarse bien contra el árbol.

Al escuchar al leopardo gris, Lass se detuvo y movió su cabeza con extrañeza.

"Si", fue lo que contestó. "Convertirse en cosa roja y grande, y jugar conmigo, ¡Ser divertido!". Hizo de nuevo la pose de juego, siguiéndole la corriente, "Él amar jugar con Lass, ser muy bueno, Lass adora a Angus", gruñó con ánimo, y entonces el pelirrojo abrió un ojo para ver qué estaban haciendo.

— Solo no te vayas muy lejos, ¿Está bien? —le pidió con una risita al ver que parecieron hacer las pases, pero la pantera volvió a pedirle que jugara también—. Lass, no sabemos si es seguro —la pantera volvió a gruñir, y este hizo una mueca de culpa—. Lass...

Aprovechó ese acercamiento para olfatearla mejor, grabándose su olor con un brillo de reconocimiento en su mirada. Su hocico se restregó un poco con ella, al igual que con Lass, quien respondió esta acción gustosa y con otro ronroneo. La pantera respondió la acción de juego al instante, viendo como el lobo las seguía, haciendo la misma pose juguetona que la leoparda al principio. Rápidamente entre los tres comenzaron a perseguirse, recibiendo mordidas suaves y traviesas de las dos mientras él fingía que las mordería (obviamente sin hacerlo) y las empujaba con suavidad para así correr, rodear un árbol y sorprenderlas por detrás.