I wish you were sober (Max-Idyl-Ciro-Char)

Había sido una linda velada. Extraña porque el arpía en sus años no podía decir que siquiera hubiese oído de hablar de "Aniversario de Adopción del Mapache". Pero podía esperar lo que sea de la gente del otro lado del canal. Y Ciro solo quería complacer a su novia así que pensó que si él toleraba tanta excentricidad, él bien podía hacerlo. 
Aunque podía tolerar una fiesta por un mapache gordo, aún le costaba tragar a Charlie y Ciro estando juntos. No es que no se alegrara por ambos. ¿Por que sentía ese pinchazo en su corazón cuando los veía?
Pasó la noche tomando vino que por suerte había bastante y de buena calidad
-Ciro...-murmuró tras su cuarta copa de un rico Merlot- Ah...-suspiró viendo el fondo de su copa vacía. No se quedaría asi mucho tiempo.
En su tercera botella lo supo. Mirando el techo y sin poder escuchar realmente que es lo que se supone que Maxxie le estaba contando,finalmente lo entendió. No era celos lo que sentía porque sabía que de verdad se alegraba por ellos. Los quería con todo su corazón. Era envidia. Quería lo que ellos tenían, sentir esa misma devoción y amor que se profesaban. Esa intimidad que parecían compartir. Quiso llorar por un momento, sintiéndose miserable y solo y sintiéndose aún peor por estar con su amigo al lado e igual sentirse solo. Pero su mirada le dijo todo y supo que no estaba solo. Al menos no por ahora. Se recargó suavemente sobre él...lo que probablemente para Maxxie fue una embestida del pájaro ebrio.

La noche pasó entre risitas tontas e idas y vueltas de la conciencia. El muchacho no estaba hecho para festejar. Por suerte tenía a Maxxie que lo ayudaría a acostarse.
-Voulez-vous...ahá...ain't no big decisssssiooon....-canturreaba, completamente ebrio moviendo su cabeza de un lado a otro; tambaleaba, colgado de los hombros del rubio-Es...essshtá bien Maxxie...vamos...vamos a mimir...

Avanzaron hasta el cuarto donde por acto reflejo y cayendo como bolsa de papas, el moreno se lanzó a la cama. Elevó ambos brazos en el aire, mostrando buena predisposición. 
-¡Estoy listo para ti, Max! ¡Arrrrrancame la camisa vamos...! Sé que quieres jeje..je...jeeee...
Le sonreía de forma despreocupada al muchacho, entre que su rostro indicaba una actitud juguetona con los ojos entornados y una incontrolable sonrisa. Se mordió un poco el labio cerrando los ojos ahora y respirando pausadamente, haciendo que su pecho suba y baje irregularmente bajo su camisa de seda púrpura.

Cuando lo incorporó para ayudarle con la camisa, Id se abrazó a el, sentado en la cama. Hundiendo su rostro en el espacio entre su cuello y su hombro. No pudo evitar inspirar hondamente, llenándose del aroma del irlandés. Tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no soltar una lamida en la piel del otro. Le agradaba mucho sentir la suavidad que ofrecía. Era una bella mezcla de músculos firmes y fuertes que se contraían y relajaban como una bella máquina.
Sus pensamientos eran menos elocuentes, claro está, solo concentrandose en las manos deslizándose por su torso, deseando que hicieran más que solo deslizarse. Que recorrieran su pecho y se apretaran contra su cintura, atrayéndolo hacia él y lo reclamaran. El pensamiento lo hizo jadear, soltando una bocanada de aire etílico y caliente sobre el cuello del rubio. Se apartó, extasiado, para facilitar la tarea
No pudo mas que mirar fijamente como lo hacía. Rogaba recordar aquello al dia siguiente porque quería rememorarlo en aquellas ocasiones donde daba vueltas en la cama y las sensaciones que Max le causaba llegaban a él, cual pesado manto y lo hacian sentir un calor que ni destapándose lograba evaporar.

Se tumbó en la cama, sin su camisa ahora.
-Estoy bien Max...me has salvado...eres mi ángel personal..-arrastraba las palabras- I belieeeeeve in angels...something good in everyone I seeeeeeeee-canturreó-Ya has hecho...suficiente mi ángel...mira, mira...-con un par de movimientos de dos sobre su talón se sacó sus mocasines, que cayeron al suelo con un ruido sordo- Tadaá...ahora para mi siguiente truco me sacaré el cinturón...
Comenzo a mover sus dedos, torpemente por su cintura. Deslizandose de un lado a otro y cuando finalmente se agarraban a un resquicio de la hebilla, volvían a caer torpes, a cada lado. Comenzó a mover la cintura hacia arriba como si eso ayudara, tratando de ver. El creciente bulto debajo de la hebilla no ayudaba.
-Je...jeeee...parece que para mi próximo truco...mi liiiiiiii...-dijo tomándole la mejilla-...iiiiiiiiindo asistente, me quitará el pantalón...mmh...-se inclinó hacia Max-Mi lindo asistente que huele...a vainilla...-se relamió los labios inspirando otra vez el perfume del rubio-¡Miren!

Idyl se dejó caer otra vez. El bulto en sus pantalones, evidente...Id solo se llevó ambas manos a la cara, riendo aún. 

El moreno soltó una risa larga y que mas bien parecía una jadeo, aún tapándose la cara. Cuando sacó las manos se lo veía ruborizado, pero con una sonrisa incontenible. 
-¡NOOOOOOO!-dijo diciéndolo probablemente más alto de lo que pretendía. Miró a Max haciéndole un puchero y con ojos suplicantes-No me tires al agua fría...ya lo hiciste en Pascua...¡me enfermaré si me tiras al agua!
Se giró sobre si mismo para mirarlo de costado.
-¿Y no quieres eso o sí...? Serías un muy muy muy muy muuuuuuy mal enfermero si lo hicieras...-rió otra vez, apartando la mirada y elevando el mentón en un gesto arrogante y vanidoso-Y...tendrías que...cuidarme...-dijo pasando su mano por su pecho, donde latía su corazón, descendiendo por su costado hasta su entrepierna...donde también latía otra cosa.

Rio sacudiéndose en la cama
-¿No dormirás conmigo? Uy...si siempre estas pegado a mi Maxxie...y solo por un mínimo problema te alejas...pero está bien...lo entiendo...
Fingió estar triste por un momento y luego soltó otro tema.
-¿De verdad crees que sería un buen y sexy profesor, eh?-evocaba y recordaba memorias de forma completamente aleatoria-Eso dijiste...
De un solo movimiento se giro y posicionó en el suelo, de rodillas, algo chueco.
-Pero...déjame que me encargue de ti...mi bonito pupilo...-sus ojos ahora estaban invadidos de lujuria, mientras se ponía a gatas sobre el suelo. Con un rapido movimiento se sacó la coleta, dejando su pelo verdoso suelto-...y mientras lo hago me encargaré de mi...teehee..hee...¿no quieres besar al profesor?
Comenzó a gatear hacia el rubio tarareando.
-When I kissed the teacher...couldn't quite believe his eyes...when I kissed the teacher...my whole class went wild...-soltó otra risita ebria acercándose mas con los ojos perdidos en los ojos del otro...hasta que se tropezó con sus propios pantalones que se salieron mientras se arrastraba y cayó al suelo...
-Ugh...je..jeeeejeee

-IIIIIISSSSH-siseó el muchacho como si el fuera Sunshine esta vez. El agua helada se le acumulaba en el pelo dandole una sensación de helado frescor que lo despertó de golpe-¡YA! ¡YA ESTOY BIEN!
Chilló un poco más sintiendo el frio en su torso, pataleaba, boca abajo y con las piernas elevadas, tomando bocanadas de aire cada vez que el agua helada impactaba.
Una vez el otro se detuvo, se terminó de sacar los pantalones y le dedicó una mirada afilada.
-No eres nada divertido...-dio media vuelta y se marchó hacia el baño trastabillando, y con su ebrio orgullo herido.
Regresó 10 minutos luego, con una expresión mas fresca y despreocupada.
-Ya...durmamos.
Se acomodó en la cama dándole la espalda al rubio. No sabía que iba a hacer al dia siguiente pero tampoco podía pensar con claridad que es lo que había estado diciendo. Solo rogaba no decir demasiado. Aunque no se dormía aún, fingió que sí lo estaba. Lo había hecho muchas veces, para irse de casa en la noche. Así que tenía práctica, respirando pausadamente, los ojos entrecerrados y el cuerpo inmóvil. Ignorando esas pequeñas molestias que solían surgir.
Mañana sería otro día.

La fiesta de Chunky había sido por demás divertida, pues además de tratarse de un motivo peculiar como el aniversario de adopción de un mapache, Ciro había disfrutado todo lo que Charlie preparó con esmero. Desde bocadillos temáticos hasta gorritos de fiesta con los colores del mapache, sin mencionar que el animal en cuestión llevaba su propio conjunto de ropa especial y tenía sus bocadillos favoritos por montones. Ambos pasaron horas fotografiando a su bebé peludo, soltando más exclamaciones de ternura que cualquier otra cosa, cargándolo para sentarlo a comer, jugando con él en la pista de baile osea la sala, y presumiéndolo ante todo el que se dejara.

Si, el español la había pasado de maravilla, olvidando por completo todo lo estresante de sus vidas por un día. No supo a qué hora se fueron sus amigos, tan solo despidiéndose de ellos y metiéndose al cuarto de Charlie junto con ella. Chunky ya estaba dormido para entonces, así que simplemente lo dejó en su camita y de inmediato se metió a la cama para abrazar a su novia.

- Todo fue precioso. Te luciste, Charles - felicitó con un beso, pues no se cansaba de repetir lo bien que se sentía, con la fiesta y con la irlandesa en general. Claro que el cansancio físico si llegó eventualmente, y Ciro se quedó tan profundamente dormido que no supo de sí hasta la mañana. Por suerte él no había bebido demasiado, aun apenado por la última vez, así que no despertó con resaca, tan solo estirándose con los rayos del Sol que se colaban por la ventana y reafianzando el abrazo a su novia que aún estaba acurrucada.

Todo iba bien, una mañana tranquila luego de una noche ajetreada, con el español suspirando mientras meditaba en si debía pararse para hacer el desayuno o si debía quedarse encamado un poco más... Sin embargo, aquel dilema dejó de ser importante cuando la pequeña luz de color rosa se paseó por el cuarto de la irlandesa. Ciro se incorporó lentamente, haciendo su mayor esfuerzo para no hacerlo de golpe y despertar a Charlie con ello.

- ¿Rosita? - murmuró, mirando con los ojos como platos al espectro danzarín que se posaba en las cosas de la chica sobre el buró. Tenía muchas preguntas, comenzando con ¿qué hacía ahí? Claro que esas cosas luminosas habían seguido a sus ahora dueños desde otro lugar, pero aun así, estaba casi implícito que se habían acomodado en una casa en particular. - No toques nada, por favor - le pidió el español mientras se deslizaba fuera de las sábanas, temiendo que Rosita hiciera algo a las pertenencias de su novia por capricho. Pues aunque se portaba bien con él, aun no demostraba ser buena con todos.

La pequeña luz se alborotó tan pronto el español quedó fuera de la cama, impaciente por lo siguiente que haría. Voló hacia el muchacho y luego hacia el suelo, metiéndose como rayo debajo de la cama. Instintivamente, Ciro se agachó también, asomándose y encontrando al espectro empujando la caja de zapatos ahí abajo... La confusión lo invadió, pero también la incertidumbre, mientras la pequeña luz acercaba más y más la caja misteriosa hasta él, y justo cuando Ciro estaba por decirle que parara, la caja ya estaba frente a él, totalmente al descubierto. Rosita tintineó con insistencia alrededor de la tapa, y entonces desapareció... El mensaje era claro.

No estaba seguro de si aquello era lo correcto, pero Ciro abrió la caja, quedándose aun más perplejo y confundido ante las bolsas de marihuana guardadas ahí. Levantó la mirada hacia su novia, tan pacíficamente dormida, tragando saliva y tomando la bolsa directamente para incorporarse con ella en la mano... La respuesta obvia no podía ser verdad. Charlie estaba limpia, estaba rehabilitada, y estaba orgullosa de ello. Tenía que ser otra cosa... Tal vez había vuelto a vender brownies con droga, tal vez era de algún amigo y ella solo la guardaba, tal vez era de Maxxie para algún paciente con cáncer... La verdad es que Ciro creería cualquier cosa con tal de no aceptar que era para consumo por placer de Charlie.

Tristemente, solo había una forma de averiguarlo. Se sentó en la cama, acercándose a la rubia para sacudirla suavemente del hombro.
- ¿Charles?... Despierta, mi amor - habló suave, lo más tranquilo que su voz podía modular, aun si el corazón le daba vueltas por lo que podía suceder al verlo ahí con la bolsa de hierba en la mano. ¿Debía esconderla de vuelta? ¿Debía sacar el tema de manera casual primero? ¿Debía fingir que no había visto nada y conservar la felicidad que estaban teniendo por fin? Sea como sea, ya estaba actuando sin retorno.

La reacción aterrada de Charlie también alarmó a Ciro, pues lo volvía todo mucho más real. Sería difícil decir que la hierba era de alguien más ahora, así que al menos la confirmación de pertenencia se tenía asegurada... Aun así, podían existir más explicaciones, tenían que existir más explicaciones. El español se mantuvo en su sitio, tan solo alzando la mano libre para mostrar que no pretendía actuar, o lo que sea que significara no mostrarse como amenaza... ¿Estaba siendo una amenaza? La sola idea de eso le revolvía el estómago. No podía detenerse a pensar en la reacción defensiva de su novia y en lo mucho que dolía que se cubriera de él.

- No entres en pánico - advirtió demasiado tarde. - Solo quiero hablar... ¿Podemos hablar? - levantó también la mano con la bolsa, una indicación directa para completar su pregunta como: ¿Podemos hablar de ESTO? - ¿Para qué es? - porque iniciar preguntando si era suya se habría sentido como un insulto luego de retroceder así. Al menos preguntar "para qué" dejaba abiertas las opciones de decir que no era para su consumo. - Solo quiero saber.

Y la peor parte es que no podía culpar a la irlandesa por asustarse, incluso si le partía el corazón esa imagen, pues él había dejado bastante claro que no toleraba las drogas en su relación. Literalmente habían roto su pasada relación por eso. Y si la respuesta no era satisfactoria ahora, era lógico pensar que podía romperla de nuevo... Aun si Ciro no estaba dispuesto a eso, ¿cómo no pensarlo? ¿Cómo decirle que no iba a romper con ella sin decirlo textualmente para que no pensara que precisamente eso iba a hacer?